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¿Por qué pagan intereses las empresas?

Director General y Economista GB Consultores

2016-nov-OPI-GB-Consultores-Gonzalo BoronatLa medida de la rentabilidad por definición es la relación derivada del beneficio que saca el propietario a los fondos que tiene en la empresa en un plazo determinado, dado que estos fondos son los fondos propios, la medida de rentabilidad se establecerá a través del cociente entre el beneficio y los fondos propios. Dejando a un lado el tema del endeudamiento, una empresa puede tener problemas de rentabilidad, bien porque no genera ventas o ingresos suficientes o, de otra parte, porque no es capaz de convertir estos ingresos en beneficios y, por ultimo por el efecto que produce el endeudamiento -vía costes financieros- en la cuenta de resultados.

La gran pregunta es: ¿Por qué pagamos intereses? La respuesta es clara: porque utilizamos financiación externa con coste. La empresa suele efectuar una previsión de los costes que le supondrá la financiación necesaria para mantener el equilibrio financiero, pero, en muchas ocasiones, el importe pagado supera con creces a los niveles previstos. ¿Por qué pagamos esos costes adicionales? ¿Cuáles han sido las causas?

Esta es una pregunta que se hacen las empresas y, en muchas ocasiones, la respuesta no es completa lo que implica la necesidad de explorar en las causas y, de este modo, establecer las medidas de control para que no se vuelvan a producir (aprendizaje) pero, simultáneamente imputar de forma adecuada los costes financieros asociados a actividades, unidades de negocios, productos, clientes, proveedores… cuyo coste real excede al previsto. Ese coste adicional supone que, o bien hemos estado asumiendo un coste financiero superior al previsto por efecto precio, pero, sobre todo, por un exceso de financiación no prevista inicialmente. Esto implica una nueva búsqueda: ¿Por qué hemos tenido que acudir a esa financiación adicional? Esta pregunta tiene distintas respuestas dado que las causas son múltiples:

Podemos encontrarnos con que el stock medio se ha incrementado lo que implica un mayor coste de financiación de los almacenes. El análisis de la rotación de las distintas familias nos indicará dicha desviación y nos permitirá imputar dicho coste financiero para obtener la rentabilidad real de cada línea de producto.

Es habitual que los deudores también contribuyan a este desfase en los costes financieros debido a un incremento en el plazo medio de cobro sobre el previsto inicialmente lo que incide de forma negativa en la rentabilidad. El trabajo será ahora localizar a los clientes que han provocado dicho desfase con el fin de analizar la rentabilidad real de los mismos.

En otras ocasiones nos encontramos con que el saldo medio de proveedores y acreedores que teníamos previsto a través del cálculo inicial de las necesidades operativas de fondos ha disminuido, es decir, nos encontramos con una reducción en el importe de la financiación espontánea que ha sido sustituida por financiación bancaria mediante distintos productos financieros (anticipos, descuentos, factoring…) con un coste financiero adicional. Y, por último, en algunas ocasiones observamos una desviación entre el cash flow previsional de la empresa y el real lo que implica que hemos tenido que “buscar” financiación adicional dado que el calculado inicialmente nos era necesario para atender distintos compromisos: necesidades de fondo de maniobra, servicio de la deuda…

En cualquier caso, esta desviación hemos de analizarla con mayor profundidad dado que dicho diferencial en el cash flow puede venir dada por distintos factores: variaciones en el volumen de negocio, desviación en el margen bruto o desviaciones en los costes de estructura y/o personal, cuyo efecto conjunto supone, en muchas ocasiones, un coste financiero adicional derivado de la financiación marginal necesaria.

En este sentido, es muy importante que cada cierre de periodo nos hagamos la pregunta: ¿Por qué pagamos intereses? Y una vez obtenida la respuesta analicemos los que tenemos controlados y los que no estaban previstos. Normalmente, una serie de costes financieros están previstos y vienen dados de un estudio preliminar ya que derivan de la financiación de distintos proyectos de inversión o de la inversión estructural necesaria para mantener el equilibrio financiero de la empresa. Identifiquemos las causas e imputemos los costes a las mismas para obtener las rentabilidades reales.

Pero habitualmente nos encontramos con otro importante volumen de costes financieros cuyo origen desconocemos y sobre los que tenemos que profundizar si queremos conocer la realidad de nuestra empresa. Desviaciones económicas y desviaciones en el comportamiento financiero nos hacen utilizar necesariamente líneas de corto plazo para cubrir los desfases de tesorería cuyo coste es, de entrada, más alto, y además tiene una incidencia directa en el resultado final. Clientes, proveedores, costes, márgenes, almacenes, volumen de negocio… Tienen incidencia directa en la factura financiera final.

El análisis de estas desviaciones permitirá, de una parte, conocer su origen y, de este modo, proceder a su ajuste futuro, pero, de otra parte, nos ayudará a conocer realmente la rentabilidad de nuestras inversiones en almacenes y clientes, por ejemplo, o el coste de las decisiones económicas que afectan a la cuenta de resultados.

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