La Asociación de la Empresa Familiar de Alicante  ha celebrado la vigésima edición de los Premios Aefa, que concede anualmente y que esta vez han recaído en las empresas Pérez Cerdá, José Soler Soler y Camacho Recycling. Además de estos reconocimientos, también se ha otorgado el premio de honor Manuel Peláez Castillo al empresario Juan de Dios Alfocea Montiel de Grupo El Cid.

Durante la apertura del acto, el presidente de Aefa, Francisco Gómez, ha defendido la unidad de las empresas familiares como elemento que “aporta una fuerza y competitividad única” y que permite “esquivar con más acierto los marcos económicos inestables”.

El empresario ha aprovechado para reclamar una mayor inversión por parte del Gobierno en la provincia de Alicante, incidiendo en que “no pedimos más de los que nos corresponde, pero tampoco nos conformamos con menos”.

En alusión a los empresarios familiares, el presidente de Aefa ha recordado que “las instituciones y la sociedad civil deben prestigiar la figura del empresario. Debemos respetar a quien dedica su trabajo, su esfuerzo, su vida en muchos casos, a crear empleo, a pelear por el desarrollo y el bienestar de la sociedad”. En esa línea, Gómez ha incidido en la necesidad de contar con un marco fiscal, financiero y laboral estable para garantizar la supervivencia de las empresas familiares, que ha definido como “el máximo exponente de la economía del bien común”.

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, destacó la labor «de unión entre empresas que lleva a cabo Aefa. Hay que unir esfuerzos, que complementarse, nuestras empresas tienen que tener capacidad de cooperar y competir”.

Ximo Puig ha agradecido «el esfuerzo de las organizaciones empresariales de carácter familiar por crear empleo en una situación de grave dificultad”. En su discurso ha manifestado que son precisamente las empresas y no la administración pública las que crean los puestos de trabajo y por eso “es muy importante que estéis innovando y trabajando por mejorar vuestras empresas porque es la manera de mejorar y aportar para que haya empleo y bienestar”, ha asegurado.

Ha apelado a la necesidad de incrementar tanto el tamaño de las empresas como su productividad: “Si la productividad de nuestras empresas está 10 o 15 puntos por debajo de la de Alemania o Francia no podremos tener un Estado de Bienestar como el suyo ni podremos competir en las mismas condiciones”.