Joan Ribó se compromete a "devolver a la cosa pública” determinadas prestaciones municipales
El alcalde de Valencia, Joan Ribó que ha participado en Forum Europa. Tribuna Mediterránea, ha hecho balance de sus cien primeros días de gobierno municipal, aunque se ha referido primero a la herencia económica recibida de Rita Barberá que la ha calificado como una «espada de Damocles», con una deuda que representa el 93% del presupuesto para 2015, siendo el presupuesto total de 738 millones de euros y 634 millones los correspondientes a la deuda. De hecho, ha asegurado que en el presupuesto de 2015, frente a diez euros destinados a pagar deuda, solo 4 euros pueden destinarse a inversiones. Y todo ello sin tener en cuenta deudas contraídas, como la que acumula el consorcio de la Dársena del Puerto (participado a un 33% por el Ayuntamiento), con 420 millones de euros –y que crece cada año 20 millones solo en intereses–, «simplemente no la podemos pagar«, por lo que ha reclamado al Gobierno central, que se haga cargo de ella como ya ocurrió con otros grandes eventos en otras ciudades de España (la Expo, Olimpiadas,…).
En materia fiscal, ha señalado la mejora lograda de las condiciones financieras, al refinanciar en julio el 50% de la deuda y aumentar la misma en 30 millones para hacer frente a pagos atrasados y a incrementar las inversiones; la congelación del IBI para las viviendas, aunque ha anunciado que se lo subirá a los grandes negocios y superficies comerciales; incidirá en las bolsas de fraude y aumentará las desgravaciones que miren por la mejora de la sostenibilidad y el medioambiente.
Frente a una etapa «hermética, de aislamiento, suntuosa y alejada de la ciudadanía de Rita Barberá», Ribó ha apostado «por el trabajo participativo e interdisciplinario del Ayuntamiento, donde personas y departamentos vuelven a hablar entre sí, contando con los intereses y opiniones de todos, con un objetivo gobernar para el pueblo«. Ribó ha insistido en que no le gustan «las excesivas y extensas» concesiones privadas que existen en los servicios y actuaciones municipales, por lo que aboga por devolverlos a «a la cosa pública«, «a la titularidad municipal«, para hacerlos más eficaces y eficientes, sobre todo en los campos de la movilidad, los deportes y la enseñanza –de hecho ha paralizado las concesiones de dos escuelas infantiles–.
Ribó ha aprovechado también para manifestar su “profundo desacuerdo” con las “insuficientes” inversiones de los ministerios de Fomento y Cultura previstas en los presupuestos generales de 2016 para Valencia y ha hablado de un “balance frustrante” del Estado hacia la ciudad, “que no se refleja ni en financiación ni en inversiones”.
Ribó ha reiterado que apuesta por la conservación del patrimonio, plasmada en un plan para la recuperación del Cabanyal (con fórmulas para la rehabilitación de viviendas que incidan en la creación de empleo y se nutran de ayudas europeas, y con la dotación de 6,6 millones para el ensanchamiento de aceras y de 4,5 millones para colectores) y su intención de no castigar más la huerta, por lo que rectificará el plan general de ordenación urbana.
Asimismo ha asegurado que el Ayuntamiento está “dispuesto a poner los recursos” para comenzar el proyecto del Parque Central, una infraestructura que, según ha recordado, era una “promesa electoral” ya en 1991, pero para la que ha lamentado, solo existen “pre-pre-estudios” y una “actitud muy negativa” por parte del Ministerio de Fomento.
Procesión cívica
El alcalde ha mantenido que la senyera valenciana no entrará en la Catedral –como sí lo hacía con el anterior gobierno Popular- el día 9 de octubre, durante la “procesión cívica” que tradicionalmente organiza el Consistorio. “Cuando hagamos una cosa como Ayuntamiento, no la haremos vinculada a ninguna religión”, ha explicado Ribó a preguntas del público sobre si la bandera valenciana entraría o no en la Catedral de Valencia, así como si los concejales del Consistorio tendrían “prohibida” su participación en la celebración litúrgica, tal y como han anunciado algunos ayuntamientos más pequeños.
En este sentido, Ribó ha aseverado que él no impedirá “a nadie que vaya a ningún sitio”, pero sí ha defendido que es “muy importante separar Iglesia y Estado”, al ser España un Estado aconfesional. “El Ayuntamiento, en este caso, es el Estado”, ha recordado Ribó. “No es un problema personal, es un problema de concepción”, ha asegurado el alcalde, que en este punto recordó que él había acompañado a misa a su madre muchas veces sin “ningún problema”.
Respecto a otro de los temas más candentes, Ribó ha asegurado no ser independentista: “no me defino de esa manera; ese no es mi problema”, aunque ha matizado que sí respeta “profundamente” a sus compañeros de Compromís que defienden esta visión.
Así, Ribó –que es natural de Manresa (Barcelona)- ha insistido en que hace “solo” 50 años decidió “personalmente” vivir en Valencia, donde se trasladó a estudiar la carrera universitaria de Ingeniería Agrónoma. “Aquí me he quedado. Tengo muy claro que quiero vivir en esta tierra, me gusta esta tierra y no soy catalanista«. No obstante, el primer edil valenciano sí se ha comprometido a “combatir” para “normalizar el uso del valenciano y potenciar la cultura y el autogobierno” así como a tener una buena financiación y unas buenas inversiones del Estado.
Joan Ribó ha explicado así las líneas estratégicas de su mandato, presentado por la vicepresidenta del Consell, Mònica Oltra.