Dolores Font Cortés, gerente de Dolores Cortés: “La moda es una idea creativa que hay que saber gestionar”
No puede disimular la pasión que siente por su trabajo y la empresa de la que es cabeza visible o la adoración que siente por su madre, la fundadora y alma mater de la firma. Sonriente, vital e inquieta, Dolores Font Cortés ha heredado de sus padres la visión innovadora de las cosas, la capacidad de asumir riesgos y engrandecer el negocio familiar. Dolores Cortés, la firma, es sinónimo de calidad, de perfección en la confección y de originalidad en el complicado y evanescente mundo de la moda.
Hace 30 años que Dolores Font es gerente de Dolores Font Cortés, S.A., la empresa que fabrica los bañadores comercializados bajo la marca Dolores Cortés. Una gerencia que compatibilizó desde la jubilación de su madre hasta hace seis años con el ejercicio profesional de la medicina.
“A mi madre –dice Dolores Font– la ha jubilado la edad. Pero ella tiene que entrar todos los días en fábrica”.
Las obras que hubo que realizar hace unos años en el edificio donde tenía la consulta, le ayudaron en la decisión de dedicarse en exclusiva a la empresa.
– ¿Es cuándo se produce su total integración en la empresa?
– Yo he nacido como quien dice en la fábrica. La fábrica era mi casa. En época de vacaciones trabajaba aquí, ayudaba en todo y aprendí todo. De hecho, desde 1985 que es cuando me hago cargo de la gerencia, compatibilizo el trabajo en la empresa con la práctica profesional de la medicina.
En la clínica contaba con tres fisioterapeutas, así que podía organizarme perfectamente el trabajo y las consultas.
Pero sí, las obras en el edificio resultaron determinantes. La consulta quedó destrozada y me exigía una inversión muy grande ponerla de nuevo en funcionamiento y aquí hay mucho trabajo, así que mi marido me convenció para dedicarme a la fábrica en exclusiva.
Fabricación propia
Nuestra conversación se desarrolla mientras da los últimos toques a la colección de bañadores 2016 y que se presentará en sociedad el próximo mes de septiembre, cuando todavía en las playas se ven los modelos de esta temporada.
– ¿Mantienen la fabricación aquí?
– Sí, eso es el ADN de la empresa. Esto es una empresa manufacturera, aunque la Administración no nos considere así. Somos intensivos en mano de obra, damos mucho trabajo y se nos tendría que reconocer de alguna manera. El peso que tiene la mano de obra en el coste de fabricación de un bañador supone más del 50 %.
De hecho, los fabricantes de mi ramo no quieren tener talleres, a lo mejor algo pequeño para hacer prototipos, pero fabricación como hacemos aquí, creo que somos los únicos que quedamos.
Tenemos dos marcas, además de la línea de niños, DCK (Dolores Cortés Kids). Tanto niños como la marca principal se hacen aquí. La segunda marca sí que la sacamos fuera. Y es que aquí trabajamos muy bien.
-¿El precio no es determinante?
-No. No somos una marca barata. Somos una marca con muy buena relación calidad/diseño/precio. Tenemos que ofrecer un producto por el que la gente esté dispuesta a pagar un poco más.
Muchas piezas para algo minúsculo
Lo cierto es que confeccionar un bañador o un biquini no es una tarea sencilla. Como dice Dolores Font, “diseñar no es hacer un dibujo. El diseño de bañadores tiene un gran componente creativo y técnico”.
El taller es una amplia sala, perfectamente iluminada y ventilada, con los puestos de trabajo alineados y ante los que se apilan las cajas que llevan las piezas de tela cortadas y las instrucciones de proceso.
Cada modelo lleva una hoja de producción donde aparece el diseño, la tela elegida, las medidas de cada talla y las especificaciones propias: tirantes, cierres, fornituras, lazos, fruncidos… y unos códigos en los que figura el operario que ha realizado cada paso.
Y todo ello, perfecto. “Para nosotros –indica Dolores Font– todo es calidad. El objetivo es que nuestro producto sea innovador en cuanto a diseño, que eso se hace cada año, también de patronaje, que es propio. Queremos que cuando una señora se ponga un bañador nuestro se sienta favorecida y cómoda, de modo que al año siguiente compre otro Dolores Cortés”.
Cada segmento del mercado está cubierto con una línea: la más fresca para gente joven; otra más sofisticada y una tercera para quien desea un mayor control de su figura. Además también lanzan una línea para embarazadas, otra dirigida a mujeres mastectomizadas y otra para la práctica de natación “una línea muy pequeña –aclara Dolores Font– porque es difícil meterse en ese mercado, dominado por dos marcas”.
El interés por este nicho se traslada a la decisión de lanzar una pequeña colección para la práctica deportiva: yoga, running, gimnasio… “Hemos sacado ya unos prototipos, pero todavía no nos hemos lanzado a la comercialización”, aclara.
La refundación
Los más de 60 años de trayectoria no han sido nunca un camino de rosas. La empresa también padeció sus problemas. En los 80, la fundadora Dolores Cortés decide crear una sociedad con otros dos socios industriales en la que no tenía la mayoría. Aquella experiencia no salió bien y pocos años más tarde refundó la empresa, ya con el nombre de su hija Dolores Font Cortés, para empezar de nuevo prácticamente de cero.
Y ahí es donde se produce la gran transformación: pasar de confeccionar bañadores a crear una marca de moda: “El traje de baño es un producto de moda. Es una forma de vestirse en un lugar determinado”.
-¿Fue una tarea complicada?
– Hubo que convencer a todo el mundo, empezando por las operarias que éramos una marca de moda y todo lo teníamos que hacer perfecto. Ya no hacíamos muestrarios, hacíamos colecciones con tendencias de moda. Había que convencer a los vendedores de que no vendían trajes de baño, que vendían moda.
– Ese es el momento en el que llegan los desfiles.
– Sí. Me llaman de la Pasarela del Carmen. Allí aprendimos juntos a preparar desfiles. Luego me llamaron de una feria que se hacía en Barcelona, pero a mí lo que me interesaba era desfilar en la pasarela ¡cuando no salía moda baño! y al final lo conseguí.
Entrar en pasarela supuso buscar profesionales que nos ayudaran: producción, comunicación, estilismo, fotografía, catálogos… nos ayudó a preparar toda la comunicación de una firma de moda.
Y luego, tras el cierre de Gaudí seguimos desfilando en Madrid.
-¿Cómo se crea una colección?
– Desarrollamos tendencias y el patronaje. Lo principal es que lo que salga sea ponible, “vestibilidad” que dicen los italianos. Cada línea se dirige a un público distinto y, dentro de cada línea, incorporamos las distintas tendencias estéticas, pueden ser las mismas tendencias para cada línea, pero no siempre. No es lo mismo una prenda para una señora que para una chica surfera. Se tienen que sentir cómodas con nuestras prendas, porque las colecciones son para vender.
La pasarela es otra cosa, es un evento en el que muestro lo que soy capaz de hacer. En la pasarela te planteas solo un tema y sobre él se construyen unas 45 piezas diferentes.
De la pasarela solemos sacar unas diez piezas que se venden de forma más exclusiva, porque no van dirigidas a un público general ni se pueden vender de la misma forma. Digamos que hay dos catálogos, uno del que comemos y otro que es el que abre el apetito.
– Además de Madrid, ¿participa en más pasarelas?
– En Miami, aunque este año no se va a celebrar. Y no puedes presentar lo mismo, así que hay que desarrollar otra colección. También en Moda Cálida, en Canarias, aunque ahí nos limitamos a mandar las prendas, y también, con la línea de niños, en FIMI.
– ¿Cuántos puntos de venta tienen producto de Dolores Cortés?
-En España tenemos diez tiendas propias en estos momentos y tenemos acuerdos de exclusividad con aproximadamente unos 50 establecimientos. Además, estamos presentes en unas mil tiendas multimarca.
A esto hay que añadir los 85 córners como explotación directa que tenemos en centros de El Corte Inglés.
En el exterior, estamos presentes en 15 países: Francia, Portugal, Italia, Dubái, Líbano, Japón, México… y también en el Caribe francés. En unos a través de distribuidores y en otros con venta directa.
– Hace años, la industria de la moda en la Comunidad Valenciana era muy pujante, había mucha vida alrededor de la moda valenciana. ¿Qué ha pasado?
– En el tema de la moda, lo que no podía ser es lo que ocurría en España. Cada país tiene una pasarela: Londres, Milán, París, Nueva York… y aquí estaban Barcelona, Madrid, Valencia, Castilla… en casi todas las comunidades. Si ya desapareció Gaudí (por iniciática de su comunidad) la Valencia Fashion Week y las otras estaban condenadas.
Yo lo decía aquí en alguna reunión. Si hasta Madrid tiene problemas, porque siempre coincide con una de las grandes y te quedas sin las modelos buenas ni periodistas extranjeros influyentes, porque se reparten entre las pasarelas más prestigiosas. No hay fechas, todos los desfiles se celebran en menos de un mes.
De toda la semana de la moda, casi la única que tenía capacidad de producción era yo y me fui porque no me sentía bien tratada en horarios y asignación de modelos. Y sin posibilidad de opinar.
Otra cosa era la Pasarela del Carmen: Era mucho más modesta en todos los sentidos, pero teníamos claro que era para enseñar lo que se hace aquí a la gente de aquí.
Empresaria y creativa
Aunque Dolores Font desempeña la dirección creativa de la empresa, dice sentirse más empresaria que diseñadora y considera que “se ha sublimado el concepto de diseño. Se considera diseño un dibujo de lo más raro, pero la moda es otra cosa. La moda es una idea creativa que hay que gestionar”.
“El diseño moda –continúa Dolores Font– debe tener una serie de condiciones para que lo puedan vender. Tienes que ocuparte de unos canales de comunicación y de venta”.
– ¿Habría que cambiar entonces la formación?
– Hace poco estuve en la inauguración de una escuela de gastronomía y era ejemplar. No solo enseñan a cocinar, las técnicas de cocina… aprenden a gestionar un negocio, a comprar, a sacar los costes, a poner el precio, a presentar, a vender el producto…
-Es difícil tener una industria sino hay escuelas que formen profesionales.
– Claro. Yo soy muy buena patronista, ahora ya no hago patrones, pero si hay algún problema, voy dando las indicaciones a la persona que maneja el programa hasta resolverlo. Aquí se quedan en el diseño y la moda es mucho más que eso, sobre todo si hablamos de producción industrial.
Relevo generacional
-Hemos hablado de la gestión de la empresa de moda. ¿Cómo está resuelto en Dolores Cortés?
– Mi hijo Óscar, que es ingeniero de caminos está conmigo desde hace tres años y cada vez más centrado en la gestión. Desarrolla los programas informáticos, porque la informática primero la desarrolló mi marido y ahora mi hijo. Nuestros programas no solo son propios, sino que se adaptan a las necesidades del usuario.
Desde hace 3 o 4 años tenemos plataforma de venta online y ahora Óscar ha desarrollado el b2b, para que nuestros clientes puedan hacer el pedido directamente con la clave de acceso que les damos. También se ocupa de las tiendas propias y de las franquicias, que aumentan cada año.
En el tema creativo procuro buscar ayuda, delegando poco a poco. Pero en las marcas de moda hay que transmitir bien el ADN para que se mantenga y para que la marca sea reconocible.
“La moda –asegura Dolores Font– es un negocio inestable. Es como hacer una oposición todos los años. Tratamos de compensar esto haciendo marca, donde invertimos mucho, pero no la marca vacía, que no serviría para nada, la marca debe responder a una realidad de calidad, innovación y creatividad”.
– ¿Qué características destacaría de la empresa?
– Somos muy flexibles. Somos una empresa familiar, pero también porque somos una familia: aquí tenemos madres, hijas, hermanas.. procuramos que todas sean capaces de hacer varias cosas… Tengo plena confianza en mis empleadas.
Luego, somos muy conservadores en el tema de la financiación. Arriesgamos mucho en el aspecto creativo, pero no en el económico. Procuramos financiarnos con nuestros propios recursos.
– ¿Cómo gestionan la I+D+i?
– Ahí estamos siempre. No podríamos funcionar sin I+D+i. Como ya he comentado, todo el software es propio y se renueva cada dos o tres años.
Además, nuestra maquinaria es muy específica y siempre vamos con lo último. No es desarrollo nuestro, pero es lo mejor que hay en el mercado.
Anualmente invertimos de media un 3 % de la facturación en I+D+i, incluyendo en este concepto la realización de colecciones, muestrarios y prototipos.
-Uno de los trabajos que más renombre dio a la firma fue el que realizó para la selección española de sincro en los Juegos Olímpicos de Londres.
-Ese trabajo se vio en todo el mundo, nos dio mucho renombre, pero fue muy complicado. Tenemos acumulado mucho buen hacer, pero ¡no podíamos probarles!
Encima había mucha diferencia de talla, para que diera la imagen de escamas el tejido no podía ser elástico… En fin, un quebradero de cabeza. Luego salió todo bien.