Santiago Salvador, administrador de Fina Flexible Packaging y presidente de Asivalco, Fepeval y Cedaes

– El pasado 17 de febrero fue elegido presidente de la Confederación Española de Áreas Empresariales (Cedaes). ¿Qué es y cuáles son sus objetivos?

– Cedaes es una confederación de organizaciones empresariales donde están representadas las diferentes territoriales españolas de parques empresariales y polígonos industriales. En estos momentos agrupa a ocho entidades y el objetivo es reunir a todas las territoriales existentes en España vinculadas con el movimiento de áreas empresariales y polígonos industriales antes de acabar el año. En Fepeval (Comunidad Valenciana) comenzamos siete entidades y hoy somos ya 30.

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Es una confederación low cost, pues vivimos de nuestras cuotas y de algún ingreso de tipo comercial de alguna entidad colaboradora, pero no recibimos un euro de dinero público. Nos reunimos trimestralmente en Madrid y hemos creado un equipo de trabajo formado por los secretarios y gerentes de las territoriales de la Comunidad Valenciana, Albacete y Asturias, para que realicen las gestiones de localización y contacten con las restantes entidades ya constituidas, para que se integren en Cedaes.

– La representación de la Comunidad Valenciana la ostenta Fepeval, de la que usted también es presidente. ¿A qué se debe este interés por revitalizar el asociacionismo empresarial en torno a los parques empresariales y polígonos industriales?

– El polígono industrial es el último barrio de cada municipio, y eso es así en todas partes, gobierne un partido u otro. Los ayuntamientos obtienen mucho dinero de los polígonos vía recaudación tributaria, pero apenas retornan nada en servicios prestados, Tan solo hace falta darse una vuelta por algunos polígonos para darse cuenta de esto; serían unos magníficos escenarios para rodar cualquiera de las versiones de Mad Max.

En la Comunidad Valenciana hay más de 700 polígonos y parques empresariales que, todos juntos, no llegan siquiera a ocupar el 1 % de la superficie de la Comunidad, pero en ellos se genera casi el 50 % del PIB regional. Por ello, somos la gallina de los huevos de oro para los ayuntamientos, porque somos una fuente de ingresos fundamental, pero como en los polígonos no vive nadie (allí es donde está el trabajo, pero no la residencia), allí en teoría no hay votos que ganar. Lo primero que necesitamos es tener un censo claro, que nos diga cuántas áreas industriales hay, dónde están, qué servicios tienen, etc., porque si no existe información, difícilmente pueden establecerse y aplicarse políticas de mejora.

– ¿Todos los parques empresariales y polígonos industriales comparten los mismos o similares problemas?

– El desinterés de los políticos sí, los problemas de conservación no. Hay una diferencia significativa si el polígono o parque tiene constituida lo que se conoce como “entidad de conservación” o no la tiene.

La “entidad de conservación” es una figura urbanística recogida en derecho, que hace que el polígono o parque funcione como una comunidad de propietarios, de forma que las decisiones relativas al funcionamiento y conservación de las instalaciones se adoptan por mayoría y son vinculantes para todos los allí residentes.