Álvaro Pérez Lluna junto a su padre y socio, Álvaro Pérez Ortolá

Demarks&Law es un despacho valenciano especializado en el mundo de las patentes, marcas y diseños. Dada la exclusividad del nicho de especialización en el que opera, su socio director, Álvaro Pérez Lluna, responde a cuáles son los elementos diferenciadores de la práctica profesional que desarrolla Demarks&Law:

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– Un aspecto característico de nuestra práctica profesional es que obtenemos resultados ágiles y beneficiosos sin necesidad de iniciar procedimientos judiciales. De hecho, hemos obtenido pagos a nuestros clientes por parte de terceros que se han traducido en ingresos netos para ellos por un importe global anual de más de 100.000 euros. Esto se ha constituido en una de nuestras señas de identidad año tras año, porque en Demarks&Law hacemos rentable la titularidad de derechos de Propiedad Industrial.

Esto significa que, a diferencia de lo que tradicionalmente sucede en este ámbito, nuestros servicios profesionales han dejado de suponer en muchos casos un gasto, y se han traducido en ingresos que en ocasiones superan el presupuesto total destinado a Propiedad Industrial, siendo remarcable que ello no trae causa de ninguna condena indemnizatoria después de costosos y largos procedimientos judiciales, sino de nuestra mediación y negociaciones personales en defensa de los intereses de nuestros clientes.

Esto, que puede parecer sencillo y hasta lógico, es prácticamente inédito en nuestro ámbito, hasta el punto de que todos nuestros clientes resultan siempre gratamente sorprendidos de empezar a obtener ahorro, resultados y hasta ingresos por pagos de terceros por la mera tenencia y titularidad de derechos de Propiedad Industrial, sin necesidad de instar procesos judiciales.

Este es un ejemplo de resultados, como muchos otros que podríamos exponer, que derivan de nuestra concepción artesanal de la actividad profesional que desarrollamos, en la que primamos la “sastrería” a medida y el esmero, por encima de la producción en masa. No anteponemos nunca nuestro beneficio a los intereses de nuestros clientes. Es otra faceta que se da por sentado, y debería ser así, pero no abunda en nuestro sector. Esto significa que, incluso ante la disyuntiva de dos posibles recomendaciones de actuación legítimas y correctas, optamos siempre por la mejor para el cliente, independientemente de que pueda ser la menos beneficiosa desde el punto de vista de la facturación inmediata del despacho.

Estamos convencidos de que solo así se pueden construir verdaderas relaciones de colaboración duradera, basadas en la plena confianza del cliente. Actuamos así por principios, porque miramos más allá de los resultados inmediatos, y porque la confianza de un cliente nos proporciona la oportunidad de seguir haciendo lo que más nos gusta: un buen trabajo.

Hemos llevado a nuestra práctica diaria la resolución de asuntos mediante acuerdos, que logramos en más del 90% de los casos de conflicto en los que intervenimos, resolviendo en plazos breves asuntos que nos han trasladado y llevaban estancados incluso años. Litigar es una opción, pero solo si realmente resulta inevitable, nunca como propuesta sistemática.