El servicio de estudios de BBVA propone reformar el actual sistema de indemnizaciones por despido, una reforma inspirada en el modelo austriaco. Este modelo contempla que parte de la indemnización dependerá de la antigüedad del trabajador en la compañía y otra parte de una cuenta de ahorro individual.

Para BBVA Research, «esta propuesta atenuaría la incertidumbre que obstaculiza la contratación indefinida, propiciaría la inversión en capital humano específico, aumentaría la productividad, incentivaría la movilidad laboral y geográfica, beneficiaría la reasignación sectorial del empleo, y ayudaría a modernizar la negociación colectiva. Finalmente, la creación del fondo de capitalización facilitaría la planificación financiera de las empresas, aumentaría el ahorro de los trabajadores y el nivel de renta de los futuros pensionistas.»

Las aportaciones a la cuenta de ahorro individual serían invertidas en uno o varios fondos de previsión públicos creados para tal fin (employee provision funds), de tal modo que la cuantía de esta indemnización dependería de la rentabilidad acumulada. El trabajador podría acceder a los recursos acumulados en su cuenta cuando la relación contractual con la empresa se extinguiese, con independencia del hecho que haya motivado la rescisión del contrato.

El informe señala que la desigualdad que supone la existencia de contratos temporales, en los que no se recibe ninguna indemnización a la finalización, y los contratos indefinidos. Este hecho perjudica a los contratados temporales, principalmente, jóvenes y trabajadores con menores niveles educativos, y tiene efectos perniciosos sobre la productividad de las empresas españolas. La temporalidad, además, incide en los colectivos más desfavorecidos y con mayores dificultades de inserción laboral. Por otro lado, «los trabajadores temporales tienen una probabilidad mucho mayor de perder su empleo que los indefinidos, lo que exacerba la volatilidad del componente cíclico del desempleo», añade el estudio.

Tres únicos contratos

Además de sus repercusiones sociales perniciosas, el desempleo tiene también efectos presupuestarios negativos. Según las estimaciones de BBVA Research, por cada punto que se reduce la tasa de paro estructural, el déficit público disminuye 0,7 puntos porcentuales de PIB.

Con la actual estructura productiva, formada mayoritariamente por pequeñas empresas, el estudio recomienda reducir el número de contratos a tres: indefinido, que sería el contrato por defecto; temporal causal y otro de formación y aprendizaje que concluiría con el indefinido, una vez completado el proceso formativo.

Igualmente el servicio de estudios de BBVA considera que parte de los recursos dirigidos a bonificar la contratación deberían orientarse hacia políticas que aumenten la empleabilidad, sobre todo en donde se concentren las mayores tasas de paro. El informe señala que mientras España dedica un tercio de recursos dedicados a políticas activas de empleo a la bonificación de contratos, en detrimento de los recursos asignados a formación, integración laboral y reciclaje profesional.

Para BBVA Research, los contratos temporales deberán tener un origen causal y su duración debe limitarse a 24 meses, transformándose en fijos a partir de ese momento. En cualquier tipo de contratación se contempla la posibilidad de que sea a tiempo parcial.

El informe también considera necesario un mayor control por parte de las autoridades laborales con el objetivo de minimizar el fraude de ley, tanto en los contratados temporales que desempeñan tareas de naturaleza permanente como en los formativos que encubren un contrato temporal o indefinido.

Ventajas del sistema

 La creación del fondo de capitalización tendría repercusiones positivas para las empresas, los trabajadores y la sostenibilidad del sistema de protección social:

•  Facilitaría la planificación financiera de los costes laborales para los empleadores y reduciría el riesgo asociado al coste de despedir a una parte de la plantilla cuando la demanda retrocede, lo que beneficiaría especialmente a aquellas empresas que se enfrenten a restricciones de liquidez.
• Si bien la indemnización causal pagada por la empresa tendría un máximo, la cuantía percibida por el trabajador no estaría acotada, tanto porque las aportaciones a su cuenta de ahorro individual se mantendrían durante toda su vida laboral, como por la rentabilidad acumulada del fondo en el que se hayan invertido.
• La posibilidad de trasladar la cuenta de ahorro entre puestos de trabajo incentivaría la movilidad laboral y geográfica de los trabajadores y beneficiaría la necesaria reasignación sectorial del empleo.
• Además de dinamizar el mercado financiero, el fondo de capitalización permitiría complementar la pensión de los futuros jubilados.