Los expertos promueven un sistema mixto público y privado de las pensiones

Los expertos promueven un sistema mixto público y privado de las pensiones

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¿Cómo debería realizarse un cambio medular del compacto social (pensiones)? ¿Cómo deberían ser nuestras pensiones en el futuro? Estas son algunas de las preguntas en torno a las que han reflexionado un grupo de expertos dirigidos por José Antonio Herce, profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y director asociado de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI).

Fruto de estas cavilaciones ha visto la luz el libro “Pensiones. Una reforma medular”, que ha sido patrocinado por la Fundación de Estudios Financieros y el Círculo de Empresarios. El acto de presentación del mismo ha tenido lugar en la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (Febf), y ha estado presente Juan Carlos Moragues, conseller de Hacienda y Administración Pública; Alfonso Pérez, presidente de la delegación del Instituto Español de Analistas Financieros (Ieaf) en Valencia; José Antonio Herce, director del equipo de trabajo que ha elaborado el libro; e Isabel Giménez, directora general de la Febf.

Para llevar a cabo este estudio, tal y como ha explicado José Antonio Herce, en un primer momento “se ha analizado la situación española actual comparándola con otros países más expertos en materia de pensiones”.

Además, con este libro se han pretendido conseguir dos objetivos, ha matizado el profesor de Economía. El primero de ellos consistiría en estimular “un cambio cultural que nos lleve a entender la longevidad”. Y, en segundo lugar, -ha continuado- “queremos promover la reinvención de las pensiones y de la Seguridad Social”. En su opinión, “es necesario adaptar la edad de jubilación a un avance de la esperanza de vida de las pensiones”.

En sus conclusiones, José Antonio Herce y su equipo defienden un sistema mixto diferido que contaría con dos pilares: uno de ellos definido como un seguro de capitalización que cubriría las pensiones entre la edad de jubilación “voluntariamente adoptada por los trabajadores” hasta la edad de la gran vejez (79 años), de forma que hasta esa edad, los trabajadores financiarían sus pensiones con su ahorro o con una aportación a cargo de su remuneración salarial plena (pagada indistintamente por el trabajador y la empresa). Y, un segundo pilar, estructurado como un sistema de reparto público con cuentas nocionales, en el que los trabajadores actuales financian las pensiones de las personas que han superado la edad de gran vejez al tiempo que acumulan derechos para recibir su pensión pública en el futuro.

El sistema de cuentas nocionales que han implantado países como Suecia, Alemania e Italia refuerza la relación entre aportaciones y prestaciones, a la vez que establece incentivos para trabajar un mayor número de años y flexibilizar la edad de jubilación. El libro también recoge que la sociedad debe empezar a asumir conceptos tales como el volumen o suma de prestaciones que recibirá cada individuo del sistema y no solamente fijarse en la prestación inicial que se va a percibir, ya que esta no tiene en cuenta la esperanza de vida.

2014-abril-libro-Pensiones-Febf02En línea con lo anterior, para Herce “este sistema mixto diferido resuelve el problema de las pensiones puesto que el pilar de reparto cubre indefinidamente, tomando el relevo pleno del pilar privado, a la población laboral que supera la gran vejez, a la vez que permite a los trabajadores jubilarse de manera muy flexible y hacer un cálculo racional y fundado de las pensiones a las que aspiran”.

Durante la presentación del libro por parte de José Antonio Herce también han salido a relucir otros aspectos como la necesidad de que los mercados financieros se transformen para canalizar el ahorro previsional, ya que con él “estamos capitalizando la economía”. En su opinión, la sociedad tiene el nivel de pensiones que su productividad le permite alcanzar, es decir, “la productividad ayuda a la suficiencia de las pensiones pero no a su sostenibilidad”, incidió Herce.

En definitiva, el libro concluye que “es necesario establecer un sistema mixto público y privado de pensiones que se inicie en “la infancia laboral”, para fomentar el bienestar, la capitalización de la economía y el crecimiento sostenido. Es decir, el aseguramiento público y privado se deben combinar para facilitar la acumulación de recursos durante la vida activa, así como su conversión en rentas para hacer frente a las necesidades de jubilación y afines”. Este tipo de colaboración permitiría generar pensiones sostenibles, suficientes y equitativas conjurando el riesgo de longevidad de la manera más eficiente posible.

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