El automóvil ha sido durante muchos años y por la gran demanda e interés el centro recaudatorio de las administraciones públicas. Con su adquisición se paga el IVA, el Impuesto de Matriculación, tasas de trafico,  el Impuesto de Circulación, los impuestos de la póliza de seguros,  como a su vez los impuestos del combustible.  “Si todos ellos tuvieran una reducción -reclama José Ramón Valle-, ayudarían de gran manera a este sector, que a su vez,  se ve expuesto continuamente a diferentes sanciones de circulación”.

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También Dionisio López aboga por una rebaja del impuesto de matriculación a nivel general o incentivos en determinados colectivos como los más jóvenes o personal en desempleo ayudaría a mejorar las ventas. Y añade la aplicación de otras medidas que favoreciesen la movilidad, como “mejoras en la regulación de aparcamientos o reducción de precios en las autopistas. Debe recuperarse la posibilidad, la utilidad y, por qué no, hacer atractivo el acceso de los jóvenes al coche como una herramienta de iniciativa laboral e independencia personal”.