Domingo, 19 de Mayo de 2024
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Dos desarrollos con los que Coxabengoa y CEPSA apuestan por los biocombustibles

Dos desarrollos con los que Coxabengoa y CEPSA apuestan por los biocombustibles

Reyes Capote, directora de Biofuels en Coxabengoa, la sociedad resultante de la integración, hace justo un año, en Cox Energy de los activos y el negocio de Abengoa, ha explicado durante la jornada , «El biocombustible, factor clave en la transición energética”, organizada por la Asociación de Empresarios del Sur de España, Cesur, y CEPSA, la apuesta que su compañía está llevando a cabo en este sentido, al desarrollar la primera planta de biocombustible a partir de residuos sólidos urbanos (RSU) en Estados Unidos utilizando tecnología de gasificación.

En palabras de Reyes Capote, Coxabengoa, «utility global verticalmente integrada, especializada en la gestión de agua y energía ha desarrollado la primera planta que, con tecnología de gasificación, produce 10 millones de galones de biocombustibles al año, esto son casi 38 millones de litros anuales, para ser utilizados en el sector de la aviación, a partir de residuos sólidos urbanos».

Reyes Capote, directora de Biofuels en Coxabengoa

En este sentido, la compañía se ha encargado de la ingeniería, diseño, construcción y puesta en marcha del proyecto, una planta ubicada en el estado de Nevada y orientada al sector de la aviación, dado que la demanda de combustible para dicho sector sigue siendo creciente en el continente americano, y precisamente las alternativas renovables cobran un gran protagonismo.

«Con un claro enfoque hacia los desafíos globales y aplicando soluciones tecnológicamente innovadoras, Coxabengoa pone el foco en las políticas y regulaciones en materia de biocombustibles, siendo ésta la clave para el desarrollo de este sector hacia una verdadera transición verde”, ha explicado Reyes Capote.

Transporte y CO2

De vuelta a Europa, Capote ha destacado que “actualmente el transporte representa una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero contabilizadas por la Unión Europea, mayoritariamente debido al transporte por carretera, seguido de la aviación y del transporte marítimo».

Para la directora de biofuels de Coxabengoa «aumentar la electrificación de los vehículos de transporte es un paso necesario para contribuir a la descarbonización de Europa. Sin embargo, la electrificación por sí sola no es suficiente y sobre todo se dará en el transporte por carretera, siendo otros sectores como la aviación o el marítimo difíciles de electrificar”.

La alternativa, los biocombustibles

Como alternativa, los biocombustibles son una solución para acelerar la descarbonización del transporte. Se trata de una tecnología estratégica para la consecución inmediata de la transición energética que puede llegar a reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales, por lo que son un elemento clave para impulsar la descarbonización del transporte por tierra, mar y aire.

Carlos Olivares, Biofuels business director en CEPSA ha asegurado que “existen diversas rutas tecnológicas para su producción a partir de una amplia variedad de materias primas y son compatibles con los motores actuales, lo que facilita su adopción. Su uso está respaldado por una regulación que promueve y justifica su papel en la transición energética hacia una economía más limpia y sostenible”.

De hecho, durante la jornada Olivares ha explicado cómo CEPSA, junto a Bio-Oils, ha iniciado la construcción de la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa, producidos a partir de desechos agrícolas o aceites usados de cocina.

Carlos Olivares, Biofuels business director en CEPSA

¿Quién está detrás del proyecto?

Mubadala Investment Company, el fondo soberano de Abu Dhabi es el principal accionista de CEPSA, pese a que en 2019, la firma de inversión The Carlyle Group adquiriera a Mubadala una participación de un 37% en CEPSA.

Para llevar a cabo este proyecto, Cepsa y Bio-Oils, compañía de biocombustibles de Apical, han creado una joint venture para impulsar la que será la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa.

El papel crucial en la transición energética que suponen los biocombustibles, se plasma en la estrategia para la descarbonización de CEPSA, Positive Motion, que contempla cómo esta planta –que empezó su construcción el pasado mes de febrero–, permitirá producir anualmente de manera flexible 500.000 toneladas de diésel renovable (HVO) y de combustible sostenible de aviación (SAF).

Además de SAF y diésel renovable, la planta también producirá biogás, materia prima fundamental para la producción de hidrógeno verde, indispensable para la descarbonización de la industria o para la producción de fertilizantes. Adicionalmente, a partir del tratamiento del biogás, se captura otro producto, CO2 biogénico, indispensable para la producción de metanol verde, clave para descarbonizar el transporte marítimo. Por tanto, este proyecto es una pieza clave en todo el ecosistema del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde que Cepsa está liderando.

La nueva planta comenzará a producir en 2026 y, durante su construcción y operación, está previsto que genere 2000 empleos, entre directos e indirectos.

El presidente de la Junta de Andalucía, concretó al inicio de las obras, que el proyecto se había incluido en la Unidad Aceleradora de Proyectos de la Junta, lo que permitió tramitarlo en seis meses, «un tiempo mínimo, menos de la mitad de lo que normalmente hubiese tardado”.

La Administración tiene la llave

En este sentido, detalla Andreu Puñet, director general de la Asociación Española de Operadoradores de Productos Petroquímicos (AOP) España tiene un gran potencial energético y esto le puede hacer llegar a ser líder en este campo y no solamente en Europa sino también en el mundo.

«Sin embargo, ese potencial hay que desarrollarlo y el primer condicionante que debe hacerlo posible es el de la regulación. Reiteramos la necesidad de generar certidumbre regulatoria para que las inversiones se produzcan. Insistimos en la necesidad de aprobar los proyectos a tiempo y sin demora alguna, pues cada día de retraso supone situar más lejos el objetivo de descarbonización y más cerca de la posibilidad de fuga de esos proyectos a otros países».

Compartir infraestructura de producción

Benito Navarrete, catedrático de la Escuela Técnica Superior de  Ingeniería de Sevilla ha asegurado que «la producción de biocombustibles ha sido hasta ahora la única alternativa para la sustitución de los combustibles fósiles de automoción por un equivalente renovable de las mismas características”.

El catedrático sevillano ha afirmado también que este tipo de combustible “se presenta como principal ventaja poder compartir total o parcialmente en infraestructuras de producción, de distribución y de uso con el actual sector del transporte».

«Tiene por tanto unas excelentes expectativas de desarrollo tecnológico para la implantación de opciones innovadoras, principalmente en el transporte pesado, pero no está exenta de incertidumbres y de retos, como los que pueden derivarse de la necesidad del uso de materias primas procedentes sólo de residuos, con producción limitada, o de la competencia de los RFNBOs en base al papel que puedan jugar el hidrógeno verde y sus derivados en los futuros mercados de movilidad».

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