Una de las teorías que más ha tratado de explicar nuestro origen y desarrollo como especie es la teoría de la evolución de Darwin. Básicamente, nos habla acerca de cómo cada raza se adapta a su entorno para sobrevivir y va pasando sus rasgos a las nuevas generaciones, lo que les permite a estas triunfar ante los peligros de la naturaleza. Esta teoría fue desarrollada por Charles Darwin y presentada en su libro El Origen de las Especies, donde muestra avances sobre la genética de las poblaciones.
¿Qué es la teoría de la evolución?
La teoría de la evolución de Darwin es el enunciado que explica cómo la raza humana ha sido capaz de sobrevivir con los años. Según él, cada especie va desarrollando rasgos que van pasando de generación en generación, en su proceso de adaptación a este mundo cambiante. Darwin considera que todos los seres humanos provenimos de un ancestro en común que habitó en la tierra hace miles de millones de años. Así fue como sus genes se traspasaron tanto a personas, animales y microorganismos.
Esta teoría sostiene que los seres vivos no han aparecido de la nada, sino que tienen un origen definido. Sin embargo, las especies pueden ir cambiando conforme pasan las generaciones, dando paso a un ser completamente diferente. Con su enunciado Darwin ha dividido la historia en antes y después, generando incontables discusiones entre la ciencia y la religión. Conocer a fondo la teoría de la evolución es indispensable para entender de dónde venimos y, sobre todo, hacia dónde vamos como especie.
¿Cuándo apareció esta teoría?
La primera vez que salió a la luz pública esta teoría fue el 24 de noviembre de 1859, en el libro El Origen de las Especies de Darwin. Aquí el biólogo explica detalladamente cómo evolucionan todos los seres vivos. A su vez, deja demostrado que la misma naturaleza obliga a cada especie a evolucionar, ya que de lo contrario corren el riesgo de perecer y desaparecer. No obstante, anteriormente ya habían surgido varios conceptos relacionados, aunque ninguno como el del naturista.
Este libro nos explica los motivos por el cual muchas especies están hechas para sobrevivir en ambientes hostiles. Por ello aún encontramos animales tan antiguos como los cocodrilos, serpientes y diversos insectos. O como por ejemplo el camello, que es capaz de pasar tiempo en el desierto sin deshidratarse, una característica que se dio con la presión del ambiente. La presión ejercida por el mismo medio ambiente genera una presión colectiva en los seres vivos que les obliga a hacer cambios para sobrevivir.
¿Cuáles son sus principales características?
Una de las principales características de esta teoría es que refleja que la naturaleza misma ha llevado a cada especie a ser como es en la actualidad. Es decir, cada especie ha evolucionado dependiendo del ambiente que le rodea, teniendo que cambiar por completo para sobrevivir. A su vez, la teoría de la evolución además del comportamiento explica que los cambios también adaptan al tipo de individuo que esté en contexto, aunque depende de la presión selectiva que sufra.
La teoría de la evolución es tan amplia que en la actualidad sigue siendo estudiada por especialistas en la materia. Otra de sus características es que las especies cambian con el transcurrir del tiempo y que provienen de especies más antiguas. Así es como cada uno de nosotros ya tiene cualidades genéticas heredadas, en consecuencia, se va creando una especie de árbol genealógico en el que están interconectados muchos seres de la naturaleza. Mientras más abajo esté mayor será la diferencia con sus ancestros originales.
¿Quién propuso la teoría de la evolución?
La teoría de la evolución es un concepto creado al 100% por el naturalista inglés Charles Darwin. Quien realizó viajes alrededor del mundo para estudiar las especies más raras que habitaban sobre la tierra, lo que ayudo a dar forma a su teoría. No obstante, hubo otros aportes a esta hipótesis. Uno de ellos fue el de Alfred Wallace, un antropólogo, explorador, naturalista, biólogo y geógrafo británico, quien llegó a conclusiones muy parecidas a las de Darwin en cuanto a la evolución y la selección natural.
Darwin detectó patrones de comportamiento en diferentes organismos de América del Sur. De hecho, fue en la isla Galápagos donde encontró especies similares, pero no iguales entre sí, que lo llevaron a analizar los rasgos físicos de los animales encontrados para determinar alguna explicación lógica para cada caso. Finalmente, luego de muchos años de estudio plasmó toda la información en su teoría de la evolución. Esto supuso un antes y un después en la historia de la ciencia, ya que ahora había algo que explicaba nuestro pasado evolutivo.
¿Por qué se creó esta teoría?
La curiosidad y la pasión por el oficio llevaron a Darwin y a sus compañeros a emprender largos viajes en búsqueda de una respuesta. Sin embargo, fue la observación lo que permitió la creación de esta teoría. Esto era básicamente lo que hacía el especialista en cada una de las islas que visitaba, ya que así podía comprender el comportamiento de una especie. Posteriormente, plasmó todos los detalles en un cuaderno que luego se transformó en la teoría que hoy conocemos.
A pesar de los años que han transcurrido desde entonces, la teoría de la evolución se mantiene. Podemos ver cómo pasan las décadas y cada animal o persona evoluciona dependiendo del ambiente donde vive. Esto demuestra que todos vamos evolucionando según el contexto donde nos desenvolvemos, ya que es la única forma de sobrevivir. Por este motivo, los estudios al respecto siguen avanzando para explicar de dónde venimos y hacia dónde vamos, algo que es trascendental para toda la humanidad.
Diferencia entre selección natural y evolución
Uno de los conceptos más peculiares de la teoría de la evolución es la selección natural. Se trata básicamente de un mecanismo que explica el proceso evolutivo de una población para adecuarse al entorno donde viven. De esta manera, Darwin indicó que los rasgos son heredables en muchas ocasiones y que las especies producen más descendientes de lo necesario. Sin embargo, los descendientes pueden tener rasgos diferentes, dependiendo de la herencia que hayan tenido por parte de sus ancestros. Así es como encontramos colores, tamaños y formas diferentes en la naturaleza.
A pesar de que la selección natural y la evolución están interrelacionados, tienen muchas diferencias que hay que valorar. En principio la selección natural es una de las causas de la evolución de las especies según el entorno donde se desenvuelve. Esto explica por qué una misma especie puede comportarse diferente si se desarrollan en países distintos. Por este motivo, es necesario estar atento a las últimas novedades de la teoría de la evolución para conocer más acerca de nuestra raza humana.