Viernes, 19 de Abril de 2024
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Sub Pop, el éxito de lo independiente

Sub Pop, el éxito de lo independiente

La industria musical ha cambiado mucho y una compañía independiente nacida en la década de los 80 ha sido testigo de ello. Apostaron por la música underground, llegaron a lo más alto y luego tuvieron que ver como el negocio de la música pasaba por un terremoto del que escaparon a su manera, siempre con la independencia por bandera.

Una afición que terminó en profesión

En la ciudad de Olympia, estado de Washington nació este sello independiente que arrasaría con todo en los años noventa, Sub Pop. Su historia comienza con Bruce Pavitt y la creación de Subterranean Pop un fanzine que buscaba mostrar al mundo la escena norteamericana en 1979, algo que pasó a consolidarse cuando él y Jonathan Poneman se conocen.

Poneman hizo una aportación económica de 20.000$ para que Soundgarden, una banda de la escena local debutara, esta fue la primera relación laboral de la compañía. Pavitt llevaba ya un tiempo con el nombre de Sub Pop en su programa de radio en la KMCU e incluso publicó un recopilatorio con los principales temas de las bandas locales, pero esto supuso el primer ladrillo en su aventura empresarial.

Como vieron la oportunidad decidieron dejar sus trabajos y mudarse a la ciudad más importante del noroeste de Usa, Seattle. No dejaron nada al azar y cuidaron mucho sus siguientes publicaciones contando con un profesional serio como Jack Endino y las grandes fotos de Charles Peterson. El logo se convertiría en un clásico, sobriedad y clase que han pasado a la historia.

El logo fue tan exitoso que la venta de camisetas aumentó a niveles extraordinarios en la zona, a la vez que el boca a boca hizo que se demandaran mucho sus 7 pulgadas que publicaban. En poco tiempo había un club de fans de singles de la compañía que enviaba por correo a los suscriptores copias limitadas de todas las publicaciones del sello.

Filosóficamente era un sello que luchaba contra los rockeros de mucha pose y poco talento, algo que a finales de los 80 era común en el “hair metal”. Una vez su crecimiento era un hecho en la escena underground, tocaba al resto del mundo.

Everett True, periodista de la prestigiosa Melody Maker, tomó un vuelo a Seattle para comprobar que latía en la zona que tanto se hablaba de ello, cuando vio la escena no tuvo más remedio que exclamar “Seattle Rock City!”.

El sello lanzó otra bomba, debutaba otro grupo local, Nirvana con su álbum Bleach, el cual al principio no tuvo mucha repercusión más allá de la escena de Seattle, pero un grupo ya con un bagaje como era Sonic Youth no dudó en piropear a Nirvana o Mudhoney. Además de estos grupos también llevaban a Tad, Dwarves y a las L7.

El rock independiente seguía su ascenso fulgurante y las camisas de leñador cada vez se veían más a la vez que la laca y las camisas con flecos desaparecían, Sub Pop fichó a Afghan Whigs y con ello el sello se abrió a una mayor variedad de bandas.

A pesar del aparente buen momento la economía del sello no iba tan bien y debieron hacer recortes para querer subsistir, pasando de 25 trabajadores a 5. El fichaje de Nirvana por Geffen y los cuatro millones de discos de su segundo álbum Nevermind fueron toda una salvación para la compañía.

La historia parecía que prometía, pero la popularidad del rock independiente comenzó a afectar a las propias compañías independientes que no podían luchar contra unas bandas que comenzaron a exigir como si fueran Aerosmith y era casi misión imposible luchar contra las compañías fuertes de discos.

Sub Pop volvió a pasarlas canutas, pero de repente Warner le ofreció mucho dinero a cambio del 49% de las ganancias del sello de Pavitt y Poneman. Bruce Pavitt vio cómo se aumentaron mucho las expectativas y decidió abandonar el negocio y dedicarse a su familia.

A pesar de esto y cuando parecía que la situación mejoraba, la fiebre por los grupos alternativos empezó a languidecer y el pop comercial volvió a imponerse. Tocaba volver a los orígenes.

Poneman se propuso continuar con Sub Pop y volver a lo que de verdad le gustaba, descubrir nuevos talentos, apoyando a la escena más desfavorecida. Una manera de continuar en el negocio para una compañía que a pesar de los años continúa teniendo un halo de calidad incuestionable.

Bandas como: Band of Horses, The Shins, Iron & Wine o The Postal Service forman parte del sello y los míticos Mudhoney siguen publicando para la compañía. Además, en 2007 pusieron en marcha un modelo nuevo de negocio Hardly Art, que se basa en el reparto equitativo entre compañía y banda, por lo que desaparecen los royalties. Más de 30 años después Sub Pop sigue en la carretera y es para celebrarlo.

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