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Redacción E3
Para que una empresa crezca es importante analizar diferentes tipos de proyectos de inversión de capital para invertir en aquellos más rentables. Toda empresa, sin importar su tamaño requiere, en determinados momentos invertir en ella misma para garantizar su continuidad y rendimiento. Para ello, es necesario que se analice de manera detallada la inversión que se requiere para mejorar y optimizar su rendimiento. Esta es la única manera de garantizar su continuidad y desarrollo.
Además, se supone que una inversión de capital permite uno o más de los siguientes propósitos: proporcionar capacidad de producción inicial o adicional, mejorar la eficiencia o reemplazar activos al final de su vida útil. Por eso, es importante que un proyecto de inversión de capital contenga todas las variables posibles que puedan influir en el mismo. Siempre apoyándose en diferentes herramientas financieras como flujos de caja o indicadores financieros para obtener los resultados previstos y así generar beneficios con la inversión.
Una inversión de capital implica invertir fondos en un negocio para ayudar en su expansión o mejorar su productividad. Estos fondos la empresa los destina a la adquisición o construcción de activos fijos. Activos que se espera que sean utilizados durante un periodo largo de tiempo. La inversión de capital puede tomar forma de deuda, capital o una combinación de ambos. Puede provenir de una variedad de fuentes, incluidos inversionistas ángeles, capitalistas de riesgo, prestamistas y ofertas públicas de valores.
Con la inversión de capital, la empresa obtiene los fondos que considera necesarios para promover sus metas y objetivos. De esta forma garantiza una mejora en sus productos y/o servicios, lo que se traduce en una mayor competitividad en el mercado y, a su vez, en un incremento de los ingresos. Pero la inversión de capital debe realizarse después de un detallado análisis que permita establecer de forma clara y precisa los costos que implica, de manera que se obtenga una utilidad y no una pérdida futura.
Una inversión de capital generalmente es una inversión a largo plazo. En ella se adquieren activos que, si bien no son el objetivo final del ciclo operativo de la empresa, sin su presencia o funcionamiento no sería posible cumplir con los objetivos económicos y financieros de la misma. Una buena gestión administrativa debe procurar una inversión de capital continua con el fin de mantener la productividad de la empresa, siempre en los más altos niveles sin perder la calidad del producto.
Una inversión de capital está destinada a beneficiar a una empresa a largo plazo, pero puede que también beneficie a la empresa a corto plazo. Sin embargo, la inversión de capital intensiva y constante tiende a reducir el incremento de las ganancias a corto plazo. Ese tipo de movimientos nunca es bien visto por los accionistas de una empresa. Además, la cantidad total de deuda que tiene una empresa en los libros es una cifra que propietarios de acciones y analistas siguen de cerca.
Durante el proceso de captación de fondos y puesta en funcionamiento de los activos por la inversión de capital, es probable que el ciclo operativo normal de la empresa se paralice o se ejecute en su mínima expresión. Esto implica una disminución en la producción y por consiguiente los ingresos durante este periodo también disminuyen. Adicionalmente, pudiera darse el caso que algunos puestos de trabajo quedan inoperativos, dando lugar a un desembolso en salarios sin recibir la contraprestación correspondiente.
Sin embargo, una vez ejecutada la inversión de capital, el ciclo operativo de la empresa comienza de nuevo con mayor fuerza. Lo que se traduce en mejores beneficios tanto para la empresa, sus empleados e inversores. Al mejorar, modernizar o expandir una empresa sus operaciones se realizan con una mayor eficiencia y, a su vez, los productos y/o servicios se colocan a la vanguardia; con una capacidad de repuesta mejorada para satisfacer las necesidades de los clientes.
La inversión de capital dependerá de la necesidad de la empresa en un momento determinado, una vez que se analice su ciclo de conversión de activos. Teniendo en cuenta estas necesidades se pueden diferenciar tres tipos de inversión de capital.
Cada empresa, sin importar su tamaño, tipo o área en la que se desempeña, tiene un ciclo de conversión de activos. Es decir, el ciclo mediante el cual se usa el efectivo para preparar un producto o servicio, venderlo a un cliente y convertir la venta en efectivo otra vez. Y, ese ciclo tiene dos componentes principales: el ciclo operativo y el ciclo de inversión de capital. El ciclo operativo incluye operaciones normales de una empresa, como producción y venta de bienes o servicios y el cobro de efectivo de esas ventas.
El ciclo de inversión de capital incluye la compra y el uso de los activos fijos necesarios para respaldar las operaciones diarias. Al estudiar el ciclo de conversión de activos comerciales, puede comprender por qué y cuándo la empresa necesita más efectivo para operar y cuándo y cómo podrá reembolsar ese efectivo. El ciclo de conversión de activos es un determinante crítico de cuánto capital total puede requerir una empresa y el exceso de flujo de efectivo para respaldar el reembolso del préstamo.
Una inversión de capital se utiliza para mejorar el crecimiento actual de una empresa. Entre las ventajas que aporta la inversión de capital a una empresa podemos mencionar:
Hacer una inversión de capital en una empresa para adquirir activos fijos, mejorar lo existente o, simplemente expandirse, requiere de una suma alta de dinero. Esta inversión de capital se puede obtener a través de varias fuentes: el uso de efectivo disponible, la venta de otros activos o la obtención de capital mediante la emisión de deuda o capital. Cada una de estas fuentes de financiación tiene sus riesgos y desventajas que la empresa debe asumir.
La primera opción de financiamiento para la inversión de capital es siempre el flujo de efectivo operativo propio de la empresa. Pero puede que este flujo no sea suficiente para cubrir los costos anticipados. En este caso podría provocarse que la empresa pierda liquidez y que el flujo de efectivo, al no poder cubrir sus costos, se torne negativo. Es una desventaja y un riesgo que debe asumir la empresa y podría perjudicar el normal desarrollo de sus actividades.
Por otro lado, si la inversión de capital proviene de un préstamo, por lo general debe ofrecer una garantía por el mismo. En este caso queda comprometido el bien en garantía, así como una parte del circulante disponible destinado al pago de las cuotas. Si, por el contrario, recibe el dinero por la venta de acciones de la empresa, los socios o propietarios pierden parte de su autonomía y participación en los beneficios que pudiera generar la inversión de capital.
Jesús SantaellaCopywriter y redactor SEO con más de 7 años de experiencia. Colabora con Economía 3 desde el 2019 en temas de marketing, turismo, criptomonedas y economía. Es un apasionado por el marketing digital y las ventas a través de las palabras.
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