En esta ocasión vamos a echar una mirada al pasado, la marca Ebro fue un clásico en tractores y furgonetas de nuestro país que forma parte del pasado, pero que tuvo una gran importancia en la España del siglo XX.
La primera agencia Ford en España se inauguró en 1907, fundada en Cádiz y se llamó «Ford Motor Company S.A.E.” y Henry Ford fue su primer presidente. Se fabricaron coches Ford T, camionetas con el mismo chasis y tractores Fordson.
En 1921 la empresa quiso dejar de ser depósito franco y nacionalizar más la fabricación. Se traslada la totalidad de la fábrica a Barcelona, duplicándose el capital e importando automóviles Ford completos y montando otros modelos con piezas importadas de la marca, pero con componentes de fabricación nacional.
En 1929 la empresa se reorganiza, amplía capital y permite la entrada de accionistas españoles, cotizando en bolsa. Su nuevo nombre fue «Ford Motor Ibérica, S.A.” En 1935 producía 7.800 unidades entre camiones y turismos. Siendo la primera fábrica española de coches en serie.
En la Guerra Civil, al no poder importar piezas, se interrumpe la fabricación de vehículos, bombardeándose la fábrica y limitándose su producción a unos pocos vehículos militares. Fue un periodo de escasez en la que la principal dedicación fue la fabricación de recambios para mantener los vehículos de antes de la guerra y comercializar gasógenos.
Entre 1949 y 1950 las importaciones estaban seriamente restringidas, gasolina racionada y la electricidad un lujo que se concedía unas pocas horas al día. Los camiones que se fabricaban no podían venderse al no existir neumáticos.
En 1953, «Ford Motor Ibérica” se adjudica un concurso estatal para fabricar tractores. Al año siguiente la empresa pasa a nacionalizarse y se llamaría «Motor Ibérica, S.A.”
Nace Ebro
En 1954 «Motor Ibérica, S.A.” crea la marca Ebro, la cual tuvo sedes en Barcelona, Madrid y Ávila, así como en Noáin, Navarra, donde fabricarían elementos de maquinaria agrícola. La marca Ebro fabricó autobuses, camiones, todoterreno, tractores y furgonetas.
Las dificultades que tenía la empresa, aunque estuviese nacionalizada, hizo que tuviese que comprar una mona de hierro para invertir las divisas que le daba su exportación en la compra de maquinaria para la fábrica. Hasta 1960 los precios se sometían a la aprobación del Ministerio de Industria.
En 1965 se rompen las relaciones con Ford y dos años después se inauguran las primeras instalaciones en la Zona Franca de Barcelona. Se compran las empresas; Fadisa, Avia, Perkins, Aisa y Braud et Facheux. En ese momento todas estas empresas que fabricaban furgonetas, motores, camiones y todoterreno respectivamente.
Al entrar en el capital de la empresa, la compañía Massey-Ferguson se abandona la fabricación de los tractores Ebro, los cuales se sustituyeron por los de esta marca. En 1979, Massey-Ferguson tenía el 36% de las acciones de Motor Ibérica, S.A. y se las vende a Nissan Motor Company. En 1981, Nissan tenía el control del 55% dela compañía y se empezó a comercializar la Nissan Patrol, así como la furgoneta ligera Nissan Vanette.
En el año 1987, la razón social de la compañía pasó a denominarse «Nissan Motor Ibérica, S.A.” desapareciendo definitivamente.