El oligopolio es una estructura de mercado en la que solo hay unos pocos vendedores en el mercado. Aunque mucha gente puede equiparar los oligopolios con los monopolios, son muy diferentes. Los oligopolios suelen existir dentro de una industria y tienen productos similares que atraen a la misma clase de consumidores. Hoy veremos algunos ejemplos de oligopolio que nos ayudarán a poner más en claro este tema.
Características del oligopolio
El oligopolio es una estructura económica de mercado en la que unos pocos vendedores dominan el sector. Las principales características del oligopolio son:
- Se caracteriza por una alta demanda, es decir, muchos clientes, y una baja oferta, es decir, pocos vendedores. Esto permite la colusión y el liderazgo de precios (dos formas de aumentar los beneficios).
- La interdependencia de diferentes empresas en la toma de decisiones. También, es probable que un cambio importante en la política de una empresa tenga efectos inmediatos en otras empresas de la industria.
- Productos similares que dificultan el cambio a los consumidores. Si todas las empresas ofrecen productos similares, como la pasta de dientes o la leche, los consumidores no se plantean cambiar de marca a menos que tengan una razón de peso para hacerlo (como si una marca tiene un mejor sabor o un precio más bajo).
- Los oligopolios también se caracterizan por las barreras de entrada, de modo que es difícil que entren nuevos competidores en el mercado.
- Rigidez de precios.
Ejemplos de oligopolios
En nuestro acontecer diario podemos observar gran cantidad de ejemplos de oligopolios cada día. Empresas como Google, Microsoft y Facebook, los tres principales actores de los motores de búsqueda, los sistemas operativos y las redes sociales. El sector de las aerolíneas o la industria petrolera, son todos claros ejemplos de oligopolio.
Oligopolio diferenciado
En un oligopolio diferenciado, hay pocos vendedores y cada vendedor tiene un producto diferente. Este tipo de oligopolio también se denomina diferenciación de productos. Por ejemplo, si nos fijamos en el sector de los teléfonos inteligentes, Apple, Samsung y Xiaomi son los dos principales actores de este mercado. Sin embargo, sus productos no son idénticos; tienen características y funcionalidades diferentes que los hacen únicos entre sí. Lo mismo puede decirse de las industrias de alimentos, las bebidas gaseosas como, por ejemplo, Coca-Cola y Pepsi: sus sabores pueden ser similares, pero sus envases también los diferencian.
Oligopolio concentrado
En un oligopolio concentrado, hay pocos vendedores, un pequeño grupo de empresas produce los mismos o idénticos bienes, ya sean materias primas o productos industriales. Para ilustrar estos casos, podemos citar productos como el cemento, el petróleo y el acero, entre otros. Si nos damos cuenta estos productos son difíciles de diferenciar y tienen casi las mismas características.
En este tipo de oligopolio, al ser muy pocas las empresas que fabrican estos productos, la decisión de los volúmenes de producción y el precio de cada uno repercute directamente en los demás.
Oligopolio concentrado diferenciado
El oligopolio concentrado se caracteriza por presentar algunas características tanto del oligopolio diferenciado como del oligopolio concentrado. El ejemplo más común de oligopolio concentrado diferenciado puede ser la industria de los detergentes, zapatos (marcas como Nike, Adidas, etc.), los precitados pasta dental o la leche. También hay muchos otros ejemplos de oligopolio concentrado diferenciado, como las empresas de servicios eléctricos o las compañías aéreas.
Oligopolio competitivo
El oligopolio competitivo se produce cuando hay varias empresas que tienen productos diferentes y compiten entre sí tanto en precio como en calidad. Ejemplo de esto, pueden ser la industria de los alimentos, de la moda (marcas de ropa de diseño) o la industria periodística (periódicos que compiten por el número de lectores).