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Cámara alerta de que un corte de agua de tres días en Valencia costaría 106M€

El estudio de Cámara Valencia identifica efectos económicos, sanitarios, sociales y de orden público y reclama reforzar captaciones, potabilizadoras, redes de distribución y autonomía energética para blindar un sistema de agua avanzado pero expuesto a nuevos escenarios de crisis

Cámara alerta de que un corte de agua de tres días en Valencia costaría 106M€
Publicado a 10/12/2025 18:15

Un corte de apenas tres días provocaría unas pérdidas de hasta 106 millones de euros en Valor Añadido Bruto (VAB) solo en el casco urbano de la ciudad de València. Así lo revela el informe presentado por Cámara Valencia, que analiza el impacto económico, social y sanitario de una hipotética interrupción del suministro de agua potable en la ciudad y su área metropolitana durante tres días.

El documento, validado por expertos del sector, sostiene que aunque València cuenta con uno de los sistemas de distribución de agua más avanzados y eficientes de España, su exposición a riesgos climáticos y tecnológicos exige inversiones urgentes para reforzar infraestructuras y reducir la vulnerabilidad.

El estudio parte de una premisa contundente: el agua es un recurso estratégico de primer orden, indispensable para garantizar el bienestar social, la competitividad y la sostenibilidad urbana. La Cámara recuerda que en Europa —una de las regiones con mayor resiliencia hídrica del mundo— la Comisión Europea insiste en seguir invirtiendo en activos hídricos ante un contexto marcado por sequías recurrentes, fenómenos meteorológicos extremos y mayor presión sobre las infraestructuras críticas. Experiencias internacionales recientes, como la crisis hídrica de Melbourne, donde el crecimiento poblacional superó la planificación de recursos, demuestran que anticiparse es la única vía para evitar fallos de gran impacto.

Un sistema avanzado… pero vulnerable

València se abastece del río Turia, del embalse de Tous y de distintos pozos subterráneos. El agua se trata en las potabilizadoras de Manises y Picassent, conectadas entre sí mediante el canal Júcar-Turia, mientras que la red de distribución mallada favorece la eficiencia y minimiza fugas, situando a la ciudad por debajo de la media nacional en pérdidas de agua. «Tenemos un sistema fuerte y altamente tecnológico», ha señalado Gracia Cicuéndez, de la Unidad de Inteligencia y Análisis del Departamento Internacional de Cámara de Valencia, «pero los episodios de la DANA y el apagón han mostrado que también es frágil», ha matizado.

El área metropolitana supera el millón y medio de habitantes, con más de 620.000 hogares y más de 116.000 empresas, lo que refleja la magnitud de la dependencia del agua potable. Este volumen demográfico y empresarial representa más del 60% de la provincia. La pregunta planteada por la Cámara —qué ocurriría si el suministro se interrumpe durante tres días— permite dimensionar un riesgo que no suele estar en el centro del debate público, pero que condiciona la actividad económica y la seguridad del territorio.

El 82% del consumo, en manos de las empresas

Uno de los datos más relevantes del informe es que el 82% del agua potable consumida en la ciudad es utilizada por empresas, lo que multiplica la magnitud del daño económico ante cualquier parón. En términos de volumen, las empresas consumen más de 82 millones de litros diarios, lo que demuestra la alta dependencia del ciclo urbano del agua para el funcionamiento del comercio, la industria, la hostelería, los servicios profesionales y la actividad sanitaria.

El impacto total estimado para un corte de tres días asciende a 106 millones de euros en VAB, con un impacto directo de 100 millones y otro indirecto de 5,5 millones. En valor de producción, las pérdidas llegarían a 200 millones de euros. Entre los sectores más afectados se encuentran el comercio minorista —con más de 9.000 establecimientos en la ciudad—, la hostelería, los centros comerciales y las actividades profesionales y técnicas, estas últimas con más de 16.000 profesionales y un impacto de 10 millones en VAB.

Consecuencias sanitarias, educativas y de seguridad

La paralización del suministro no solo tendría un impacto económico, sino también efectos críticos sobre servicios esenciales. En València se realizan diariamente alrededor de 336 intervenciones quirúrgicas y cerca de 6.500 consultas externas, distribuidas en 17 hospitales y 1.754 centros sanitarios. A ello se suman las necesidades operativas de comisarías, que registran unas 903 actuaciones diarias, y del cuerpo de bomberos, con alrededor de 25 intervenciones cada día.

El sistema educativo tampoco quedaría al margen: más de 500 centros se verían afectados, obligando a reorganizar actividades, suspender clases o adoptar medidas de emergencia. Además, el turismo -uno de los pilares económicos de la ciudad- sufriría tanto un impacto directo como uno reputacional, comprometiendo la imagen de València como destino seguro y confortable.

A nivel doméstico, los hogares tendrían que recurrir al agua embotellada, un gasto adicional estimado en 4 millones de euros en tan solo tres días.

Qué hacer: diversificación, refuerzo y autonomía energética

El informe plantea un conjunto de medidas destinadas a fortalecer la resiliencia del sistema hídrico de València. Entre las propuestas más destacadas figuran: diversificar las fuentes de captación, con una nueva toma en el pantano de Tous y nuevos pozos de emergencia tanto en la ciudad como en el área metropolitana; duplicar y entubar el canal Júcar-Turia, reduciendo el riesgo de roturas y mejorando su seguridad estructural; ampliar depósitos y sistemas de almacenamiento, así como crear zonas de acumulación controlada de agua en el río Turia; reforzar la capacidad de las potabilizadoras de Manises y Picassent, además de mejorar la calidad del agua mediante actuaciones como el encauzamiento del barranco del Mandor; garantizar la autonomía energética del sistema, con grupos electrógenos, transformadores de suficiente potencia, mayor implantación de energías renovables y sistemas de almacenamiento energético; continuar la modernización tecnológica, incorporando inteligencia artificial y sistemas predictivos para mejorar la detección de riesgos y la eficiencia operativa; y mejorar la coordinación institucional y la comunicación con la ciudadanía, corrigiendo lo que la Cámara considera un déficit inversor acumulado en los últimos siete u ocho años.

Un proyecto de sociedad

Para José Vicente Morata, presidente de Cámara Valencia, la resiliencia hídrica no es solo una cuestión técnica. A su juicio, «no podemos pensar en empresas intensivas en energía, exportación o innovación sin garantizar el agua. La DANA nos ha puesto en un escenario de riesgo real y los inversores preguntan primero por las fuentes de agua y energía». La Cámara defiende que la seguridad hídrica es una condición indispensable para atraer capital, mantener actividad y garantizar la estabilidad social.

Desde la entidad cameral insisten también en que este refuerzo no compete solo a las empresas o a un nivel administrativo concreto se  trata de  «un proyecto de sociedad», ha corroborado Morata. Una estrategia común que aspire a proteger a la ciudadanía, asegurar la competitividad y blindar un recurso imprescindible para el futuro.

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Fotografía de Gemma JimenoGemma JimenoLicenciada en CC de la Información por la Universidad del País Vasco, Gemma Jimeno se incorporó a ECO3 Multimedia, S.A., en 1998 como Redactora y ha participado activamente en el desarrollo de diferentes líneas de negocio. Desde hace años desempeña las funciones de Editora de los contenidos informativos, de los diferentes productos editoriales de E3 Media.
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