S. Salsón: «La Escuela de Emprendedoras impulsa una economía con nombre propio»
La Escuela de Emprendedoras Juana Millán impulsa una red de apoyo y formación gratuita para mujeres que quieren emprender desde la economía social

Psicóloga y cooperativista, Sandra Salsón coordina la Escuela de Emprendedoras Juana Millán, una iniciativa estatal que acompaña a mujeres en todas las fases de su proyecto empresarial. Con una mirada feminista y cooperativa, promueve una economía con nombre propio, basada en la comunidad, la autogestión y la sostenibilidad a largo plazo.
– ¿Por qué se creó la Escuela de Emprendedoras Juana Millán?
Se trata de una escuela de emprendedoras solo para mujeres. La escuela es una evolución de un programa previo que se llamaba «Juntas, emprendemos» y que arrancó en 2014.
Ese programa surge de un grupo de mujeres cooperativistas en diferentes territorios del Estado, concretamente, en Cataluña, País Vasco, Madrid y Aragón.
Nosotras poníamos en común nuestra experiencia como emprendedoras cooperativistas en la economía social y detectamos que muchas de nosotras habíamos emprendido en economía social casi por casualidad, porque habíamos dado con alguien que lo había hecho en ese contexto.
Además nos parecía una fórmula muy interesante de emprendimiento por la potencialidad transformadora y por la capacidad de autogestión y autoorganización del trabajo.

Sin embargo, detectamos que conocíamos las disciplinas en las que nos habíamos formado y en las que queríamos trabajar, pero no teníamos ni idea de dirigir empresas, de tomar decisiones empresariales, de hacer presupuestos…
También descubrimos que, en la mayoría de los casos, nuestros emprendimientos eran mixtos y veíamos que nuestros compañeros hombres tenían muchos menos problemas que nosotras para dar un paso adelante en esas áreas y tomar decisiones con más confianza en sí mismos de lo que podíamos hacer nosotras.
Con lo cual, comenzamos a crear espacios donde poner en común esas dificultades y preocupaciones. De ahí surgió la idea también de que si esto nos pasaba a nosotras, seguramente les ocurría a muchas más mujeres. Por ello creamos una pequeña formación orientada a mujeres que estaban planteándose la posibilidad de emprender en economía social.
Acompañamiento a largo plazo
Esta formación les ayudaba a decidir si ese podría ser un camino para ellas. Cuando se puso en marcha, nos encontramos con que la formación tuvo muy buena acogida y que nos demandaba un acompañamiento a largo plazo posterior.
Nosotras empezamos a vincularnos a las redes estatales de economía solidaria que estaban empezando a incorporar la perspectiva de género y la apuesta por las economías feministas. Esa confluencia nos llevó a plantearnos que este proyecto tenía que ser a largo plazo y empezamos a trabajar en él.
– ¿Con que dificultades os encontrasteis?
Para sostener este tipo de proyectos es muy difícil encontrar financiación que vaya más allá de un año vista. Con lo cual, sacábamos adelante esta formación, pero teníamos una caducidad que no se correspondía con la necesidad de las mujeres a la hora de poner en marcha un emprendimiento.
Hay que tener en cuenta que las mujeres no emprendemos en formato aceleradora, sino que funcionamos más a fuego lento. Con lo cual, el objetivo era sostener un proyecto que nos permitiese acompañar procesos de emprendimiento a largo plazo.
Nos empeñamos en sacar el proyecto adelante y tuvimos la suerte de tener un encuentro con el Instituto de las Mujeres que estaba trabajando en poner en marcha una academia o una escuela para mujeres.
La escuela de emprendedoras Juana Millán arranca en 2021 con un alcance estatal y a largo plazo en esos procesos de acompañamiento. De hecho, hay mujeres con las que venimos trabajando desde hace cinco años y, en muchos casos, no deciden formalizar sus negocios hasta que no tienen todo muy controlado.
Últimamente se habla mucho de que las mujeres tenemos más aversión al riesgo, de la parálisis por el análisis… Sin embargo, las mujeres somos mucho más cautelosas cuando lanzamos adelante un proyecto. Y debido a esta cautela, lo que suele suceder es que estos proyectos perduran más en el tiempo.

Economía con nombre propio
– ¿Quién era Juana Millán?
La Escuela de Emprendedoras Juana Millán tiene como lema «una economía con nombre propio».
Nos gusta esta idea de que las mujeres pongan su nombre y se las visibilice haciendo economía.
Da la sensación de que la economía es algo que sucede en las altas esferas. Sin embargo, se trata de algo que nos atraviesa en nuestro día a día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos y que está presente en nuestras decisiones de compra, en donde ponemos nuestros ahorros…
Nos gustaba la idea de hablar de una economía transformadora en la que las mujeres pongan su nombre. Juana Millán es una impresora del siglo XVI en Zaragoza. Ella dirigió una imprenta. En aquella época era un negocio muy importante debido al comienzo de la difusión de los libros y del conocimiento escrito.
Las mujeres que en aquel siglo firmaban la impresión de un libro lo hicieron porque eran la viuda, la hija o la nieta del impresor. Mientras que Juana Millán fue la primera que decidió firmar un libro diciendo que ella era quien dirigía la imprenta.
Nos pareció muy buena idea rescatar el referente histórico de una mujer que se atrevió a poner su nombre propio en un negocio en el siglo XVI.

Acompañamiento a lo largo de todo el proceso de emprendimiento
– ¿Qué es lo que ofrecéis desde la Escuela de Emprendedoras?
Nuestro objetivo pasa por ofrecer un servicio integral a las mujeres que se plantean emprender o que ya tienen una opción en marcha.
La escuela ofrece diferentes itinerarios formativos y acompañamiento que se ajustan a todas las fases del proceso de emprendimiento.
En un primer momento, contamos con un itinerario para las que están en esa fase previa al emprendimiento. Es decir, cuando se están planteando si esa idea es una opción laboral para ellas. En este punto contamos con una formación autogestionada, que está disponible en la página web para cualquier mujer que se registra. Ella puede ir avanzando a través de diferentes módulos y realizando diferentes ejercicios que le permitirán tener una idea clara de lo que significa emprender un negocio y decidir si ese es o no su lugar. Esta formación autogestionada tiene también la opción de acceder a un acompañamiento personalizado si se realizan una serie de tareas que se proponen en la propia formación.
Un segundo itinerario llamado “Juntas comenzamos” va dirigido a mujeres que han decidido que esta es su opción laboral y que quieren poner en marcha un negocio. Se trata de una formación que combina un modelo híbrido entre presencial y online.
La formación dura alrededor de tres meses y lleva a cabo un recorrido por las distintas áreas de gestión de una empresa, desde el análisis de la realidad y del mercado, la propuesta del modelo de negocio, la estrategia de comunicación o la elección de la fórmula jurídica que mejor se adapta a su actividad. En este último punto nosotras siempre apostamos por la economía social.
Al finalizar esta formación ellas terminan con un plan de empresa que les permite arrancar ese negocio. Además, esta formación tiene asociado un proceso de acompañamiento personalizado que dura alrededor de un año.

«Juntas avanzamos»
Después contamos con dos itinerarios que van dirigidos a mujeres que ya han puesto sus negocios en marcha llamados «Juntas avanzamos» y «Juntas llegamos lejos». Ambos son o bien formaciones específicas, cortitas en el tiempo que ayudan a mejorar aspectos concretos de su negocio que ya está en marcha y que van desde un curso de escaparatismo a cómo mejorar la imagen de marca o la estrategia comercial.
El itinerario «Juntas llegamos lejos» es una especie de traje a medida. Son proyectos que ya están en fase de consolidación. En este momento, se lleva a cabo un diagnóstico de las diferentes áreas del negocio y se trata de trabajar aquellas con el asesoramiento especializado que cada una necesite.
Además, hemos puesto en marcha este año un itinerario al que hemos llamado «Juntas nos damos de alta» que tiene como objetivo acompañar a las mujeres en el proceso de constitución de una empresa.
Dentro de ese itinerario hemos creado un servicio que se llama «Juntas cooperamos» y se trata de una cooperativa de emprendedoras que está basada en las cooperativas de impulso empresarial, que tienen su origen en la economía social francófona.
En concreto, se trata de un modelo que permite testar el negocio y ponerlo en marcha con la seguridad de que cuando se formalice la empresa, ese negocio funciona. Sería como una cooperativa de transición. El grupo promotor se asocia a esta cooperativa y empieza a trabajar en la actividad económica que haya decidido, pero lo hace bajo esta cooperativa de transición, en la que pueden permanecer hasta dos años.
– ¿Qué les aporta esta situación?
Les permite seguir generando volumen de negocio y clientela y en ese periodo de dos años, cuando están seguras de que ese negocio funciona, formalizan su propia empresa de economía social.
La importancia de la comunidad
– ¿Qué papel juega en todo ello la comunidad?
Estamos seguras de que sin referentes y sin apoyo es muy difícil sacar adelante proyectos de emprendimiento, que además están muy atravesados por esa idea de soledad. Es decir, que cada una emprende en su casa, en su pueblo o en su lugar de residencia.
Para nosotras, la idea de fomentar la comunidad es fundamental.
Disponemos también de una cafetería virtual en la que nos reunimos los viernes, un lugar donde ponemos en común cómo hemos pasado la semana o traemos proyectos y convocamos a emprendedoras de un determinado sector para buscar sinergias o proyectos inspiradores.
Otra de nuestras iniciativas es un coworking virtual donde las mujeres pueden asomarse a él a la vez que trabajan. Se trata de una forma de no estar sola durante su jornada laboral. También pueden acercarse a otras emprendedoras que han conocido en un encuentro presencial y tomarse un café virtual.
Igualmente, llevamos a cabo una convocatoria de premios anual que entregamos el 19 de noviembre, con motivo del Día Internacional de las Mujeres Emprendedoras. Esta convocatoria tiene varias categorías muy centradas en promover y celebrar los emprendimientos en economía social.
Contamos también con una escuela itinerante ya que, como la mayoría de nuestros servicios son online, intentamos, al menos dos veces al año, hacer encuentros presenciales.
Este tipo de encuentros buscan que las mujeres que han estado participando en las formaciones durante el curso puedan reunirse, verse y ponerse piel, después de haber estado compartiendo muchas horas online.
Otro de nuestros objetivos desde la escuela itinerante es visibilizar la dinamización económica de los territorios a través de iniciativas como ferias.
Cinco mujeres al frente de la escuela
– ¿Qué grupo de mujeres integran el equipo técnico de la escuela? ¿Sois también emprendedoras?
El equipo técnico lo integramos cinco mujeres. Dos de nosotras estamos desde los inicios y el resto son compañeras que se han ido sumando.
Efectivamente, todas somos emprendedoras, nuestras empresas son cooperativas.
En concreto, somos mujeres que pertenecemos a dos cooperativas distintas, –Idealoga y Andaira– y, a su vez, forman parte del grupo cooperativo Tangente, que integra varias cooperativas en Madrid que se dedican a temas relacionados con la sostenibilidad ambiental, la intervención social y con perspectiva de género.
Esta cooperativa de segundo grado nos permite acceder a fondos que sostienen la Escuela de Emprendedoras Juana Millán y que permiten que los servicios sean gratuitos para las mujeres.
La mayor parte de nuestros fondos en este momento proceden del Instituto de las Mujeres y del Fondo Social Europeo, a través de una convocatoria en la que el organismo intermediario es la Confederación Española de Economía Social (Cepes).
Para nosotras es fundamental la gratuidad de los servicios para las mujeres que emprenden. De hecho es clave porque somos conscientes de que cuando una emprendedora pone en marcha un negocio tiene que hacer una inversión inicial, por pequeña que sea.
Si a esa inversión inicial hay restarle el coste de una formación para iniciar esa actividad, nos parece que está restando posibilidades de emprender a las mujeres.
No obstante, también somos conscientes de que sostener un proyecto de esta envergadura, con una mirada a largo plazo y solo con fondos públicos, nos coloca en una situación de riesgo y de debilidad. Por ello llevamos cierto tiempo trabajando en la posibilidad de diversificar los ingresos.
Nuevas fórmulas de financiación
– ¿En qué estáis trabajando concretamente?
Hemos empezado a trabajar con algunas entidades privadas que hacen donaciones a la escuela. En concreto, contamos con una donación de Fiare Banca Ética y de otras entidades.
Estamos explorando otras formas de financiación. Hace tiempo nos informaron que un proyecto de la envergadura del nuestro debe contar con un 25% de financiación pública, un 25% privada, un 25% de la comunidad y un 25% de producto propio y estamos trabajando para conseguirlo.
Estamos trabajando en una campaña, que lanzaremos a final de año, para recaudar fondos de nuestra comunidad.
Pensamos que hay mucha gente afín que conoce el proyecto y que estaría dispuesta a apoyarlo. Lo mismo puede ocurrir con las mujeres que han pasado por la escuela y que han conseguido que sus proyectos funcionen y se hayan consolidado.
También estamos trabajando en un curso de formación de formadoras, que intentaremos sacar el año que viene, y que ira dirigido a todo el personal de orientación que trabaja en oficinas de empleo o en entidades del tercer sector que se recicla y se forma.

Gemma JimenoLicenciada en CC de la Información por la Universidad del País Vasco, Gemma Jimeno se incorporó a ECO3 Multimedia, S.A., en 1998 como Redactora y ha participado activamente en el desarrollo de diferentes líneas de negocio. Desde hace años desempeña las funciones de Editora de los contenidos informativos, de los diferentes productos editoriales de E3 Media.
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Redacción E3






