El número de veces que se usa una prenda ha disminuido un 36% en los últimos años, de acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La cultura de usar y tirar se ha instalado en la sociedad y Claudia Ojeda, fundadora de Run To Wear, tomó conciencia de ello durante la pandemia. «Me di cuenta de la cantidad de ropa que tengo, que la mayor parte no la utilizo y que, además, tampoco la vendo en otras plataformas de segunda mano», explica.
Así, decidió poner en marcha una plataforma de intercambio de ropa, en la cual se sigue un proceso muy similar al de las apps de segunda mano: se hacen fotos, se sube un producto y esperas a que un usuario lo adquiera. La diferencia es que en lugar de dinero, se utilizan tokens que dan acceso a comprar las prendas.
Esta plataforma de intercambio de ropa fue evolucionando hasta convertirse en lo que hoy en Run To Wear, un proyecto destinado a la transformación digital del sector textil. Esta startup, fundada en 2022, facilita a las empresas el cumplimiento de la regulación europea con Pasaportes Digitales de Producto asociados a servicios circulares que permiten la trazabilidad sobre las prendas y el acceso a nuevas vías de ingreso.
La legislación en la industria de la moda
La legislación sobre Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) exige que los productores se hagan responsables de los residuos textiles, bajo el principio de que quien contamina, paga. Por otro lado, a partir de 2025, la Comisión Europea obligará a que todos los productos comercializados en la UE tengan Pasaportes Digitales de Producto (DPP), una herramienta en la que se recopilan y se comparten datos de todo el ciclo de vida de un producto.
Ojeda estudió Derecho y Negocios y, por tanto, siempre ha estado muy pendiente de la regulación en el sector textil. Ahí se dio cuenta de que había un nicho de mercado. De esta forma, además de la plataforma de intercambio de ropa que inicialmente había creado, decidió ofrecer una parte B2B a las empresas para cumplir con toda esta regulación de la industria de la moda.
De esta forma, Run To Wear entró el pasado 2023 a formar parte del consorcio europeo Cirpass, el laboratorio donde se están definiendo todos los componentes del Pasaporte Digital Europeo de Productos y su mecánica operativa. «Ahí comenzamos a hacer pilotos de pasaportes digitales y lo que pretendemos es maximizar el potencial de estos», explica Ojeda.
Lo que hace Run To Wear es crear pasaportes digitales de producto asociados a servicios circulares. Este pasaporte es una identificación digital única que ofrece información sobre el ciclo de vida de la prenda y abre la posibilidad de revender, reparar o reciclar la misma.
Un gemelo digital para cada prenda
La prenda y su gemelo digital están vinculados a través de una etiqueta NFC integrada en el producto. «Creamos un gemelo digital de cada prenda, que es una representación virtual que refleja todas las características y detalles del producto en tiempo real y que nos permite tener trazabilidad más allá de los scopes 1 y 2 de emisiones, llegando al scope 3 que es el más complicado de cuantificar para las marcas», señala Ojeda.
La etiqueta NFC que va en el producto se convierte en un nexo de comunicación entre la marca y el usuario, generando experiencias que conectan con los clientes de manera personalizada. Además, a través de la etiqueta se da la posibilidad de revender, reparar o reciclar el artículo. Así, las marcas garantizan la circularidad de su ropa y pueden acceder a nuevas vías de ingreso con estos modelos de negocio.
A su juicio, el principal problema que tiene la industria de la moda es la cantidad de agentes que hay en la cadena de valor, perdiendo así la trazabilidad de las prendas. «Detrás de este proyecto lo que hay es un cloud (una nube), donde nosotros poseemos todos los datos y tenemos la posibilidad de tener esa trazabilidad sobre las prendas», indica.
Más de 62 millones de pasaportes para 2027
Run To Wear se encuentra en un momento «bastante bueno», según su fundadora, ya que la regulación «está empujando mucho». Aunque la startup ha estado muy enfocada a pymes, que tienen más complicaciones para cumplir con estas regulaciones, también trabaja con compañías internacionales ofreciendo servicios de consultoría sobre las nuevas normativas que van a afectar a la industria de la moda.
El pasado 2023, la startup cerró una ronda de inversión de más de 300.000 euros y de cara a la temporada 2027-2030 habrá «muchísimo potencial» en este ámbito. «Para 2027 se prevé que haya 62.000.000 de Pasaportes Digitales de Producto. Ahora mismo en España las pymes están más interesadas en el pasaporte por la parte del marketing, para tener una NFC que cuente la historia de la prenda y que interactúe con el cliente. Esto interesa mucho más que la parte de regulación», subraya la fundadora.
El potencial de la circularidad en la industria de la moda
Ojeda ve «muchísimo potencial» en la circularidad y la sostenibilidad en la industria de la moda. «Ha habido un cambio brutal desde que empezamos nosotros a finales de 2021, ahí ya comenzaba a hablar de los pasaportes digitales con las marcas y la posibilidad de que estas lanzasen su propio ‘second hand’. En ese momento, las marcas eran bastante reticentes, porque no habían oído hablar de ello o no conocían que en Europa ya se estaba fraguando esta nueva regulación», destaca.
Ahora ha habido un cambio de tendencia, tanto por la regulación como por la conciencia de los consumidores, algo que hace que las marcas de la industria de la moda se interesen más por estas cuestiones. «Esto se está moviendo mucho y está empezando a cambiar ese concepto de que las marcas sostenibles son aburridas y básicas», concluye.