El Banco Santander España obtuvo un beneficio neto de 1.132 millones de euros entre enero y junio de 2023, un 74 % más que el año pasado, y superó a la filial de Brasil por primera vez desde 2009, donde ganó 823 millones, un 40 % menos, ha informado este miércoles la entidad a la CNMV.
En todo el mundo, el Santander ganó 5.241 millones de euros en el primer semestre del ejercicio, un 7,1 % más, gracias a los mayores ingresos obtenidos en Europa, que compensaron los retrocesos en otras áreas como Norteamérica y Sudamérica, ya que en casi todas las franquicias que suman entre ambas fue necesario elevar el colchón de las provisiones.
Volviendo a España, solo en el segundo trimestre del año el beneficio neto fue de 666 millones, un 43 % más que el logrado entre enero y marzo, cuando se dotaron los 202 millones que le correspondieron al banco por el impuesto temporal establecido por el Gobierno.
En el segundo trimestre destacó, por su parte, la aportación al FUR o Fondo Único de Resolución europeo, que ascendió a 131 millones antes de impuestos, lo que también influyó en las cuentas.
Aumento de clientes
En cuanto al negocio de la franquicia española, la base de clientes aumentó en 362.000 en lo que va de año y acumuló siete trimestres consecutivos de captación neta positiva, con un incremento superior a la media del mercado en cuanto a transaccionalidad, tanto en nóminas como en terminales de puntos de venta.
En cuanto a la actividad con particulares, la nueva producción de hipotecas creció ligeramente en el trimestre, «en un entorno de continua subida de tipos de interés y elevada inflación, que está impactando en la financiación al consumo», explica el banco.
En empresas, la financiación a corto plazo se mantuvo en línea con el primer trimestre, mientras que la financiación a largo plazo se reactivó, aunque sin recuperar los niveles del segundo trimestre de 2022.
De esta forma, los préstamos y anticipos a la clientela disminuyeron el 7,6 % interanual, hasta los 246.187 millones de euros, afectados por la amortización anticipada de los créditos hipotecarios y la menor demanda de financiación a largo plazo por parte de las empresas.
La cartera de créditos cerró el primer semestre con una morosidad del 3,11 %, 0,72 puntos porcentuales por debajo de la anterior, con una cobertura total ante posibles insolvencias del 50,7 %, 1,3 puntos más alta.
Los depósitos de la clientela aumentaron el 4,7 %, hasta 313.364 millones, en tanto que los recursos de fuera de balance crecieron un en un 2 % solo en el trimestre, gracias a la captación de fondos de inversión, planes de pensiones y seguros de ahorro.
Un gran margen
En cuanto a los márgenes del negocio, el de intereses, que recoge casi todos los ingresos, se situó en 3.161 millones de euros tras crecer casi un 57 %, favorecido por la mayor actividad con clientes y por el incremento de los tipos de interés en la zona del euro.
Por su parte, el margen bruto aumentó un 30 % pese al recorte del 4,3 % registrado por los ingresos en concepto de comisiones, que aún así sumaron 1.413 millones de euros.
Los costes de administración de la filial española subieron casi un 5 %, hasta los 2.039 millones, en tanto que las dotaciones por insolvencias se mantuvieron planas (+0,4 %), en 803 millones, apoyadas en la «gestión activa del riesgo».
Solo en España la entidad cerró el semestre con 26.679 empleados, un 1,5 % más, una red de 1.884 oficinas, casi un 2 % menos, y un total de 14,6 millones de clientes, de los cuales, 8,12 millones son clientes activos.