Una buena idea es fundamental a la hora de poner en marcha una startup. Aunque, como en cualquier otro negocio, no lo es todo. La gestión financiera es determinante para llevar un proyecto a lo más alto o dejarlo caer en el olvido. Desde el primer minuto de vida las startups necesitan tomar decisiones y ocuparse de la parte financiera para lograr levantar rondas de inversión satisfactorias.
Según el informe State of European Tech 2022 de la firma de venture capital Atomico, las startups españolas solo reciben el 7% de la financiación del ecosistema emprendedor de Europa. Aproximadamente, el estudio cierra el volumen de inversión total del sector en alrededor de 85.000 millones de dólares. Una cantidad que no llega al máximo histórico que se alcanzó en 2021 (más de 100.000 millones de dólares).
La gestión financiera de las startups
Jaime Medina, CEO de The Startup CFO, explica a Economía 3 que, por muy pequeña o incipiente que sea una startup, «necesita un perfil con expertise que permita tener previsiones razonables y hacer una primera ronda con inversores».
Esta startup de gestión financiera de startups ofrece servicios de dirección financiera externa a empresas que, por tamaño o por encontrarse en una fase temprana, todavía no necesitan contratar a una persona a tiempo completo para hacer esa función. «Nosotros llevamos toda la parte de reporting financiero y relación con inversores normalmente hasta que la startup levanta entre 10 y 15 millones de euros. En ese momento, ya es necesario que incorpore una figura a tiempo completo», expresa.
En cuanto a financiación, la compañía ha levantado para sus clientes -más de 160 startups con presencia en 20 países- hasta 40 millones de euros en capital privado, 8,5 millones de euros de financiación pública y 3,5 millones de euros en financiación bancaria.
¿Cuáles son las necesidades más comunes?
¿Hay muchas deficiencias dentro de la gestión financiera en las startups? Medina tiene claro que sí. Aunque, matiza, esto es completamente normal.
«El fundador debe estar enfocado en su producto, que es la parte donde él es absolutamente insustituible. Entonces, muchas veces, cuando entramos nosotros no se ha ocupado nadie de hacer unas buenas previsiones, de llevar buenos procesos de pagos y cobros, de organizar bien la estructura de la empresa… El día uno esto puede ser así, pero en cuenta levantan la primera ronda de financiación hace falta que se ocupe alguien de toda esa parte de gestión», comenta.
En cuanto a cuáles son esas necesidades más comunes, el CEO informa de que, de manera habitual por su propia naturaleza, casi todas están pensando siempre en la siguiente ronda de financiación. Y agrega: «Hay que estar muy preparados y controlar muy bien las métricas que en el futuro los potenciales inversores van a juzgar».
Podríamos pensar que estas necesidades, o incluso los servicios de The Startup CFO, se pueden extrapolar a otro tipo de compañía más ‘tradicionales’ como, por ejemplo, una pyme. No obstante, las startups cuentan con sus propias peculiaridades: «Por definición, viven en un ambiente de incertidumbre extrema y tienen un objetivo de escalabilidad muy alto. Una pyme lo que hace es reinvertir el dinero según su actividad vaya dando beneficios. Las startups aceleran totalmente este proceso a través de las rondas de financiación. No esperan a que el negocio genere beneficios para reinvertir, sino que se lo piden a un inversor externo para acelerar el crecimiento».
La salud financiera de las startups españolas
Según datos de la Fundación Innovación Bankinter, la inversión en 2022 se ha caracterizado por una alta actividad pero con menor volumen de inversión. en este sentido, la reducción respecto a 2021 ha sido del -20%.
Esta situación se debe, principalmente, a la reducción media de las inversiones, con una bajada del 34% en las ‘megarrondas’ (más de 50 millones de euros), pero un crecimiento del 10% de la inversión en fases tempranas, con un 3% más de operaciones.
Medina añade que, «a pesar de que se habla de que se está invirtiendo menos, sigue habiendo una buena fuente de financiación sobre todo en fases tempranas». Además, «una parte más positiva que negativa es que cuando hay menos financiación se apuesta por los mejores proyectos. En épocas dónde hay mucha, se financian los buenos y los malos».