Tristan de Acuña: Un lugar en ninguna parte para una desconexión total
Tristan da Cunha está catalogado en el Libro Guinness de los Récords como el lugar habitado más remoto del planeta. Es un archipiélago británico situado en el Atlántico Sur, formado por varias pequeñas islas.
La mayor de ellas, que abarca unos 98 km2 y recibe el mismo nombre que el archipiélago, es la única de las islas que se encuentra habitada. Cuenta con un único pueblo cuya población apenas alcanza los 300 habitantes.
El lugar fue descubierto en el año 1.506 por el navegante portugués Tristão da Cunha que lo bautizó con su mismo nombre. Hasta principios del siglo XIX, momento en que fue anexionado a la corona británica, no comenzó a estar habitado. La causa que motivó la anexión, fue evitar que fuese utilizada por los franceses para llevar a cabo una operación que liberara a Napoleón Bonaparte de su confinamiento en la isla más cercana fuera del archipiélago, Saint Helena, a 2.173 km. al norte.
Un clima agradable
El clima de la isla es de tipo húmedo subtropical con lluvias frecuentes, poca luz solar y mucho viento. Aun siendo un clima tropical, las temperaturas no son muy altas; rondando los 16ºC de temperatura media anual.
La combinación de veranos cortos, inviernos largos y gran cantidad de días nublados, hace que los días soleados sean escasos durante el año.
8 apellidos de Tristán da Cunha
La gran mayoría de los habitantes son granjeros descendientes de los primeros colonos procedentes de Inglaterra, Escocia, Italia, Holanda y Estados Unidos. Esto hace que sólo haya 8 apellidos distintos entre todos ellos.
Su economía está basada en la ganadería, agricultura y pesca, aunque su principal fuente de ingresos es la venta de langostas y sellos. Los sellos de Tristán da Cunha son muy valorados entre los coleccionistas debido a la singularidad de su procedencia.
¿Cómo llegar? Misión casi imposible
Quien se lance a viajar y conocer Tristan da Cunha no va a tenerlo fácil, puesto que para llegar hasta allí como mínimo deberá pasar 6 días de travesía marítima. Tampoco es sencillo el permiso para su visita, habiendo de cumplir varios pasos antes de poder embarcar.
El primer paso es solicitar un permiso del Consejo de la Isla para visitarla. Una vez se conceda el permiso de viaje, se deberá viajar a Sudáfrica. En concreto a su capital, Ciudad del Cabo, ya que únicamente se puede acceder a la isla por medio de una embarcación, el Agulhas, que parte desde Ciudad del Cabo con ocho salidas cada año.
Es aconsejable llegar a Ciudad del Cabo al menos dos días antes de que zarpe el barco. No se garantizan las fechas de embarque y desembarque; y, en ocasiones, los pasajes pueden cancelarse con poco tiempo de antelación. Por lo tanto, es aconsejable reservar los billetes de avión reembolsables de ida y vuelta con fecha abierta y alojamiento flexible en los hoteles de Ciudad del Cabo.
6 días en el mar, con suerte…
El trayecto en barco es de 2.800 Km de distancia y tarda unas 6 jornadas en arribar, aunque dependiendo de la meteorología pueden llegar a ser hasta 20 jornadas. Los billetes han de reservarse con meses de antelación, puesto que las plazas del barco son escasas, exactamente 12 pasajeros, y además sus ocupantes han de permanecer en la isla como mínimo tres semanas, que es el tiempo en el que vuelve a hacer el recorrido la embarcación de regreso.
Otra forma de poder llegar, aunque de manera indirecta, es en crucero turístico desde Argentina, que visita la isla tras su paso por la Antártida. En el caso de decidirte por este crucero, te avisamos de que los desembarcos no están garantizados debido al mal tiempo y al pequeño tamaño del puerto de Edimburgo de los Siete Mares.
¿Qué ver y qué hacer?
Una vez en la isla las opciones turísticas que ofrece son más bien escasas, dadas las circunstancias. Pero quien decide llegar hasta allí sabe lo que busca y lo que va a encontrar.
Edimburgo de los Siete Mares cuenta con una cafetería (cibercafé), un salón para eventos sociales, un campo de golf, una oficina de correos y centro de turismo. También hay un supermercado, un par de iglesias, una casa Museo, la Tristan Thatched House (disponible para pernoctaciones de turistas) y un pub, The Albatross. Por último, hay un pequeño y moderno hospital y una escuela.
Para los más aventureros
Pero quizá lo que la mayoría de gente busque por esas tierras sea su entorno natural, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se puede hacer trekking subiendo al pico del volcán Queen Mary mientras se disfruta de la fauna y flora que allí habitan. Aves, como pingüinos de penacho amarillo, albatros de nariz amarilla, golondrinas de mar y algunos mamíferos como lobos marinos… aunque para ello se necesita un guía cuyo coste ronda los 280€.
Otra excursión que puede realizarse es un viaje en lancha neumática alrededor de dos de las restantes islas del archipiélago, Nightingale e Inaccesible. Pero antes hay que obtener autorización para poder navegar y contratar guías locales (uno por cada 8 pasajeros) en Tristan da Cunha, cuyo coste ronda los 25€.
¿Dónde alojarse?
En lo que se refiere al alojamiento tampoco existen demasiadas opciones. El alojamiento en pensión completa está disponible en casas de la isla a una tarifa de unos 60€ por persona y noche, que incluye cama, tres comidas al día y lavandería.
Hay variedad de alojamientos gubernamentales y privados en Tristan da Cunha. Actualmente hay once casas de huéspedes disponibles para alquilar, con o sin servicio de comidas. En el caso de los cargos de las casas de huéspedes de propiedad privada, el 75% se paga a la familia isleña y el 25% restante al gobierno. Además, es el gobierno de la isla el encargado de asignar a los visitantes la casa de huéspedes adecuada, a fin de garantizar la equidad en el reparto de alojamientos.
Adicionalmente, el Museo Tristan Thatched House también está disponible para estancias de una noche, pero solo con servicio de comidas.
Desconexión total
Por último, quizá uno de los datos más importantes a tener en cuenta es que no hay red de telefonía móvil en la isla. La comunicación con el resto del mundo se mantiene a través de un teléfono/fax vía satélite o por internet, a una velocidad de 3 MBPS en el cibercafé. Sí podrás comunicarte por teléfono público. También por correo postal, aunque posiblemente la carta salga en el mismo barco en el que vayas a volver.
Por todas estas razones, viajar a Tristan de Acuña es toda una experiencia. La singularidad de su ubicación, fauna, historia y su manera de vivir tranquila y sana, hacen que sea un lugar único en el mundo.
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