Santa Pola es un municipio que se encuentra en la comarca Bajo Vinalopó, en la provincia de Alicante. En el año 2020 su población alcanzaba los 33.300 habitantes. Sin embargo, cada vez son más las personas que se han enamorado del lugar por sus hermosos paisajes; y, sobre todo, por sus playas. Playas que, además, cuentan la bandera azul que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental. Asimismo, dentro del pueblo hay vestigios de eventos históricos que le agregan un mayor valor al lugar y que lo convierten en una visita obligada en la Comunitat valenciana.
¿Qué ver en Santa Pola?
Castillo-Fortaleza de Santa Pola
Este inmenso castillo es una de las reliquias más importantes del pueblo de Santa Pola. Para llegar a él tienes que ir a la Plaza Glorieta, lugar en el que se encuentra esta edificación. Esta estructura fue construida en el siglo XVI por orden del antiguo Virrey de Valencia, Bernardino de Cárdenas. Es de estilo renacentista de acuerdo con su época. La función que cumplía el castillo en su origen era de dar protección y cobijo a los marineros frente a los corsarios y piratas. Entre sus atractivos, aún se pueden ver los almacenes y dependencias militares que usaban en la época.
Faro
El famoso Faro de Santa Pola está ubicado justo al extremo del Cabo de Santa Pola, a su lado la torre de la Atalayola, cuya construcción data del s. XVI. Anteriormente, este faro era de suma importancia dentro del pueblo debido a que servía de guía a los barcos que navegaban durante la noche. Además, por un tiempo sirvió para ayudar a probar los primeros buques de la armada. Una construcción que vale la pena visitar a solo 360 metros de la costa.
Molino de la Calera
Este pequeño molino de viento está situado en las inmediaciones de una calera de la cual recibe su nombre. Esta reliquia de Santa Pola fue construida en el año 1771 con la función de almacenar y brindar molienda de grano a toda la población de este municipio. Posee dos entradas, una al sur y otra al norte, que sirvieron para refugiarse del peligro que ocasionaban las aspas durante períodos determinados del año, según la dirección en la que el viento soplara.
Villa romana del Palmeral
La Villa romana del Palmeral, de acuerdo a las excavaciones que se han hecho en el lugar, data del siglo IV después de Cristo. Sin embargo, esta no es la primera villa edificada en esa zona. También se encontraron vestigios de restos que van entre los siglos I, II y III después de Cristo. Esta antigua vivienda la puedes encontrar en el encantador pueblo de Santa Pola, y entre sus mayores atractivos se encuentra un corredor hecho de pavimento con mosaicos elaborados con piedra caliza.
Parque Natural de las Salinas de Santa Pola
Este hermoso parque natural es tu mejor opción para estar en contacto con la naturaleza y admirar la gran vegetación y la fauna que allí se encuentra. La la N-332 atraviesa este paraje y se puede acceder por un desvío en el kilómetro 87. Una de las especies estrellas del parque que podrás admirar por su belleza es el flamenco común, del que puede llegar a haber cerca de 8.000 ejemplares en la época de cría. También podrás ver en este ecosistema idílico a la avoceta, la cigüeñuela, el charrancito, el tarro blanco, la cerceta pardilla, el pato cuchara, el pato colorado, la gaviota, la focha o la polla de agua.
Aljibes del Massapà
Hubo una época en Santa Pola en la que el aumento de la población fue desorbitada debido a la producción y riqueza por la pesca y la sal. A causa de este hecho, los suministros de agua eran escasos en el municipio, por lo que se vieron obligados a construir diversos aljibes para recolectarla. Estos fueron construidos en el siglo XVIII y tenían la función de guardar el agua proveniente de la lluvia para luego administrarla a la localidad. Posteriormente, empezaron a vender este líquido en tinajas y a mitad del siglo XX se remplazaron por agua corriente. Hoy en día funcionan también como atractivo turístico.
Ermita del Rosario
La Ermita del Rosario es uno de los lugares de culto más reconocidos de toda Santa Pola, no solo por su preciosa estructura, sino también por la historia y tradición que existe tras ella. Cuenta la historia que en 1889, era costumbre recoger esponjas en la playa. En una finca de Andrés Alonso Alemán, un día encontraron un paquete arrastrado por el mar. Este contenía unos azulejos en los que estaba la imagen de la Virgen del Rosario. El dueño del terreno colocó un peirón, al principio del camino del cabo, y después construyó la ermita y compró la imagen de la Virgen del Rosario, llevándola cada año el 24 de junio en procesión de su casa a la ermita.
Mercado de Abastos
La historia del actual Mercado de Abastos de Santa Pola data del siglo XIX. Este se construyó con el objetivo de ser una iglesia como parte de un proyecto de templo academicista. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se hicieron para edificar la iglesia, siempre ocurría un desastre que impidió que ese proyecto se llevara a cabo. El primero de ellos se dio cuando se vino abajo una bóveda y cuando siguieron llevando a cabo la construcción, nuevamente se vino abajo. Pero el evento más importante fue durante el terremoto del siglo XIX, tras el cual se abandonó el proyecto y se convirtió en un mercado.
Portus Ilicitanus
El Portus Ilicitanus es uno de los lugares más emblemáticos de Santa Pola, además de que fue el puerto principal para recibir embarcaciones importantes a la población. Este lugar, en los tiempos antiguos, funcionaba como puerto para la colonia romana llamada Ilici (actualmente Elche) pero que de igual forma se correspondía en su totalidad con Santa Pola. Asimismo, este viejo puerto aparece documentado en diversas historias. Como que en este sitio en el año 460, el emperador Mayoriano preparó su flota para atacar a los vándalos venidos de África. El sitio perfecto si eres amante de la historia romana.
El Calvario
El Calvario es un barrio ubicado en las zonas más altas de Santa Pola. Las familias que vivían en el Castillo se trasladaron a las viviendas sociales de la zona en el año 1967. Esta zona destaca por la presencia de su ermita de inspiración árabe, construida a principios del siglo XX, que alberga en su interior a la Virgen de la Piedad. La ermita se encuentra al final del Calvario, destacando las 14 estaciones del “via-crucis”.
¿Dónde alojarse en Santa Pola?
Santa Pola es un pueblo que se caracteriza por contener reliquias antiguas que aportan mucho valor al lugar y consiguen que rebose de cultura. Paseando por sus calles podrás encontrar diferentes monumentos que datan de los primeros siglos, y que hoy en día se encuentran en perfecto estado de conservación. Por ello, un pueblo repleto de diversas historias que contar y una tradición hermosa tiene que tener lugares de alojamiento para sus visitantes. Entre estos están: Sunset Beach, PuertoMar VI apartment, Apartamento Mediterraneamente Soleado o Gran Vista.
Gastronomía de Santa Pola
La gastronomía de Santa Pola es una delicia para todos los sentidos. Sus platos son exquisitos y están elaborados con todo el amor y cariño que los habitantes del pueblo te dan. Este municipio se caracteriza por sus comidas marinas llenas de sabor entre las que destacan: la gamba roja de la bahía, la quisquilla y las cigalas. En cuanto a sus platos típicos, Santa Pola te ofrece: el blanquillo de rape, el gazpacho de mero, el guisado de sepia y, como plato principal, puedes degustar el llamado “caldero” una comida hecha a base de pescado.
¿Cómo llegar a Santa Pola?
Para llegar a este increíble municipio puedes llegar en autobús y en tren. Si te decantas por llegar en avión, el aeropuerto Alicante-Elche está a tan solo 13 minutos.