La pasión por la Semana Santa coge forma en el Taller de Merencio
Gonzalo tenía claro a lo que se quería dedicar desde sus 15 años cuando, por primera vez, tuvo una toma de contacto con el sector de la madera trabajando de aprendiz en Mairena del Aljarafe, en Sevilla. Tres años después probó suerte en el mundo cofrade donde vio posibilidades de triunfar y donde también decidió quedarse.
“Desde pequeño me gustaba la madera. A mi bisabuelo le conocían como Gonzalo “el tallista”, así que no solo por tradición, sino por afición, me decanté por este sector”, asegura Merencio.
Pasión por un negocio ¿rentable?
Gonzalo no solo tenía clara su profesión sino también la rentabilidad del sector en el que se establecía. “Es un mercado rentable, aunque hemos pasado un par de años apretados por la crisis. Normalmente es un oficio en el que trabajas todo el año, porque cuando termina la Semana Santa muchos clientes se ponen en contacto conmigo u otros tallistas para pedir presupuesto de los pasos que quieren. Escogen el estilo neoclásico o barroco y se les hace un boceto junto con el presupuesto. Cuando lo aceptan se hace la primera fase de carpintería y luego entro yo, en la parte artística al tallar ese paso”.
Piezas, clientes y su obra maestra
Para que el corte de sus piezas se haga de manera más fácil utiliza madera de cedro real, “es una madera noble y no le entran polillas, por tanto, es mejor para luego barnizar o adorar el paso o altar”, asegura Merencio. Sus clientes suelen ser hermandades de Sevilla y entre las más conocidas se encuentran la Hermandad de la Macarena, la Hermandad de la Borriguita o la Hermandad de la Resurrección.
“Ahora estoy haciendo un paso en miniatura para mis dos nietos”, confiesa Gonzalo, quien, además de realizar grandiosos pasos para Semana Santa, también se dedica a la fabricación de muebles y pequeñas miniaturas por petición especial.
Entre sus obras más importantes el tallista destaca dos “con especial cariño”, la Oración del Huerto y la Hermandad de los Gitanos de Madrid, “paso de gran envergadura y con mucho estilo”, describe Merencio.
Cuarenta años al frente de su propio negocio
A sus 62 años puede presumir de haber construido un negocio sólido, fuerte y reconocido entre las hermandades, devotos y portaleros de la Semana Santa en Andalucía o Madrid. “El pasado domingo fui a la inauguración del paso de Sanlúcar de Barrameda y los portaleros se abrazaban a mí emocionados por la obra que les había hecho”, cuenta Merencio.
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