Factoring, la alternativa para financiar tu empresa
El factoring es un servicio financiero en el que una empresa entrega a una entidad facturas emitidas a sus clientes para que ésta le adelante el importe de esos pagos a cambio de un porcentaje a modo de intereses. La peculiaridad del factoring sin recurso es que la empresa que contrata este servicio no tiene ninguna responsabilidad –ni se ve afectada económicamente- por la falta de solvencia de su cliente.
Es decir, si las facturas emitidas por la empresa, y admitidas para su adelanto por la entidad, resultan impagadas a causa de una suspensión de pagos de la empresa deudora, la empresa que ha contratado el factoring no sufre la insolvencia, sino que es la entidad la que asume las pérdidas y las gestiones para tratar de recuperar el dinero.
Además de ser una fórmula de financiación para obtener liquidez de forma rápida y de la protección que ofrece frente a los impagos, el factoraje tiene también beneficios desde el punto de vista contable y de gestión de riesgos.
Así, al contratar una operación de factoring sin recurso, la empresa no ve incrementado el riesgo registrado en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), con lo que la imagen de su solvencia y patrimonio empresarial no se ve empeorada de cara a posibles socios comerciales y a las entidades financieras tras la operación de factoraje.
Además, al convertir directamente cuentas pendientes de cobrar de los clientes en liquidez, el factoring aumenta la tesorería y reduce el activo circulante de la empresa, con lo que aumentan de forma instantánea los ratios de rentabilidad.
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