Sábado, 23 de Noviembre de 2024
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Ventajas y desventajas de abrir una franquicia

¿Cuáles son las ventajas de abrir una franquicia?

Abrir una franquicia puede tener las siguientes ventajas:

Ventajas y desventajas de abrir una franquicia
  • Se aprovecha el prestigio de una marca conocida: la cadena es reconocida por el cliente y se entiende que, si fomenta la apertura de nuevas franquicias, es que tiene claro que pueden ser rentables.

  • Hay otros establecimientos abiertos que facilitan un mayor conocimiento de la empresa: al tratarse de una cadena que tiene otras tiendas abiertas, ha podido recopilar las preferencias y gustos de los consumidores y a partir de allí ofrecer los productos que mejor se adaptan a sus necesidades.

  • La inversión inicial es muy similar a abrir una empresa nueva por cuenta propia: abrir una empresa propia sin apoyo de una gran marca también precisa de una inversión importante, por lo que en este aspecto la diferencia no es tan importante. La diferencia es que, en caso de ir por cuenta propia, los beneficios son para uno mismo mientras que en este caso hay que dar una parte de los mismos al franquiciador por el apoyo logístico y de marketing que ofrece.

  • Hay un gran soporte informático que reduce posibles problemas: tareas como el abastecimiento o determinadas tareas administrativas están centralizadas, por lo que permite una mayor fluidez en la resolución de problemas.

  • El franquiciado tiene exclusividad en su zona: no hay competencia de la misma marca en un ratio de territorio determinado, por lo que es más fácil llegar al público objetivo de la zona.

  • Seguridad y aprovechamiento de las economías de escala en el abastecimiento: la empresa hace los pedidos por todos los establecimientos del grupo. Al pedir mayores cantidades, el precio unitario a hacer frente es menor. Además, en términos de negociación, puede hacer más fuerza para conseguir unas mejores condiciones económicas.

  • Es más fácil conseguir financiación porque de cara a las entidades financieras la marca es de prestigio y solvente: la probabilidad de conseguir financiación en caso de abrir una franquicia es mayor que si se decide ir por cuenta propia. La imagen de fortaleza de la marca facilita que los departamentos de riesgos de las entidades financieras entiendan que conseguirá ingresos con mayor rapidez y así podrá devolver la inversión inicial a efectuar.

  • Se aprovecha de toda la actividad de marketing que desarrolla la compañía en general: la empresa matriz efectúa una labor de comunicación en los medios de comunicación que favorecerá a todas los establecimientos de los franquiciados. Como resultado, se consigue llegar a un gran público que reconocerá y valorará la marca.

  • El franquiciado recibe una formación inicial para que sepa llevar el día a día del negocio: el primer interesado en que el negocio funcione es el propio franquiciador. Por lo tanto, facilitará una formación a toda persona que represente su marca mediante una franquicia. Se trata de una formación de alto valor, ya que se recoge la experiencia acumulada de toda la actividad al largo de mucho tiempo.

¿Cuáles son las dificultades que tiene que vencer un franquiciado?

Abrir una franquicia también conlleva sus riesgos. Los más comunes son los siguientes:

  • Falta de conocimiento sobre el funcionamiento general del negocio: hay personas que deciden abrir una franquicia porque creen que con la imagen de marca bastará y no valoran si disponen de los conocimientos y aptitudes necesarias para llevar un negocio. Con la formación de la empresa no basta, hay que disponer de unas habilidades y conocimientos generales del sector.

  • Mala comunicación de franquiciador: en muchos aspectos, el día a día del negocio depende de la organización y de tareas que son responsabilidad del franquiciador. Si éste no las lleva a cabo con solvencia o en el justo momento, se queda totalmente a expensas de él y sin poder hacer nada para poner remedio al problema surgido. Por ejemplo, si hay una falta de abastecimiento, hay que esperar que llegue de la central.

  • Falta de comprensión de la filosofía y valores del franquiciador: al estar representado una marca, uno de los aspectos en los cuales se pone más énfasis es en la cultura general de la empresa. En caso de no comprenderla, se da un mensaje contrario al que se transmite mediante las herramientas de marketing y se crea confusión entre el público objetivo.

  • Se está a expensas de la reputación de la marca y de cómo trabajen otros franquiciados: en caso que ocurra algún problema con la imagen general de marca, aunque se lleve con total corrección la gestión de la franquicia, se ve envuelto en el problema general de la compañía. De la misma forma, en caso que un franquiciado no tenga un comportamiento adecuado, el cliente lo vinculará con la imagen en general de la empresa y no consumirá en ninguna otra.

  • No hay la posibilidad de tener participación en la toma de decisiones: un franquiciado solamente puede proponer ideas o proyectos, pero en ningún caso tiene autonomía suficiente como para tirar adelante nuevos proyectos relacionados con el negocio. Aquí todo depende de la actitud del franquiciado, si es abierto o no a nuevas aportaciones.

  • Hay que pagar unos derechos de entrada: evidentemente, usar el nombre comercial y la marca de una determinada empresa tiene un coste, que hay que asumir en el momento de abrir la franquicia. A más reconocida la marca, más grande será el importe a satisfacer.

  • Hay que pagar al franquiciador una parte de los beneficios permanentemente mientras se esté al frente del negocio: en el contrato se establece cuál es la proporción de beneficios que el franquiciado tiene que aportar al franquiciador. Para el primero, es obvio, supone una reducción de su margen.

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