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La inflación llega a la mesa en la cena de Navidad: ¿cuánto se ha encarecido?

Una mesa navideña “de siempre” cuesta hoy bastante más: jamón, cordero, marisco, vino y turrones acumulan subidas muy por encima del IPC en el último lustro y empujan a muchas familias a ajustar menús, marcas y cantidades sin renunciar a la tradición.

La inflación llega a la mesa en la cena de Navidad: ¿cuánto se ha encarecido?
Publicado a 22/12/2025 18:23

La mesa está puesta: el jamón ibérico recién cortado, el cordero en el horno, las fuentes de marisco esperando a los invitados, el vino respirando en la cristalería buena y, de postre, la bandeja de turrones y –dependiendo de la noche– las uvas para las campanadas.

La estampa es la de siempre, pero la factura ya no lo es. Según un estudio de Aecoc, casi uno de cada tres españoles (29 %) admite que va a recortar su gasto estas Navidades y un 39 % afirma que adaptará los menús para hacer frente a la subida de precios.

La cena de Nochebuena sigue siendo sagrada, pero cada vez más calculada. Acompañemos esa mesa como si fuésemos un invitado más y sigamos el menú, plato a plato, para ver dónde y cuánto se ha encarecido la Navidad española en el último lustro.

Entrante

El primer bocado de la noche es también uno de los que más se ha encarecido. El jamón ibérico ha experimentado subidas de alrededor del 40-50 % entre 2020 y 2025, especialmente en las gamas de bellota. Para bolsillos más ajustados, en el caso del jamón serrano, el precio medio del sector ha subido en torno a un 30 % en el mismo periodo.

Plato principal (I)

El cordero sigue siendo el gran clásico navideño en muchas casas y uno de los símbolos más claros de cómo se ha encarecido esta festividad. Por un lado, el precio al consumidor se ha disparado: la carne de cordero es hoy aproximadamente un 50 % más cara que en 2020. Por otro, llega a esta campaña con un problema adicional: la «lengua azul». El sector prevé que habrá alrededor de un 30 % menos de cordero nacional disponible en Navidad por el impacto de esta enfermedad.

A ese factor sanitario se suma una tendencia de fondo: se cierran explotaciones por falta de relevo generacional y la cabaña ovina ha perdido cerca de dos millones de cabezas desde 2020. Al mismo tiempo, las exportaciones de cordero vivo han crecido con fuerza, especialmente hacia países del norte de África, que pagan mejor por los animales.

¿El resultado? Menos carne disponible en el mercado interno y precios firmes al alza.

Traducido al horno de casa, esa paletilla de cordero que hace cinco años era un capricho asumible se ha convertido en la partida más sensible del menú navideño.

Plato principal (II)

Quien cambie cordero por pescado o marisco no escapa del todo a la presión de los precios. Entre 2020 y 2025, el pescado y el marisco se han encarecido del orden del 25-30 % para el consumidor español, claramente por encima del IPC general, que ronda el 22 % en ese mismo periodo. Sin embargo, 2025 está ofreciendo un respiro relativo.

«Este año los precios de los productos pesqueros y acuícolas se han comportado bastante bien. Hasta agosto habían bajado. A septiembre de 2025 llevamos un -0,8 % de variación del precio para el pescado fresco y congelado y del 1,7 % para crustáceos, moluscos y preparados, por debajo de la media de subida del precio de los alimentos», explica María Luisa Álvarez, directora general de Fedepesca.

El problema es que la Navidad es todo menos un mes normal. En el pescado y marisco fresco «no existen precios fijos; dependen de la oferta, la demanda, el clima o los temporales», resume Álvarez. En las fechas clave, la demanda se concentra en unas pocas especies y «cuando más gente quiere lo mismo el mismo día, el precio sube».

Mientras tanto, compiten en el lineal pescados y mariscos capturados bajo uno de los marcos regulatorios más exigentes del mundo con productos de terceros países con estándares laborales y medioambientales más laxos. Eso genera un diferencial de precio y la sensación de que lo nacional es «caro» por definición.

Los consumidores, por su parte, se defienden con táctica: anticipan compras, reservan producto, recurren más al congelado y a especies alternativas. «En contra de lo que la gente cree, es una época muy estresante; a veces, vendemos al precio que hemos comprado», admite Álvarez.

Carta de vinos

La botella que acompaña el menú también llega más cara que antes de la pandemia. En términos de venta al público, el vino se ha encarecido en España en torno a un 15-18 % en los últimos cinco años, según el IPC del INE y el Panel de Consumo del Ministerio de Agricultura. El precio medio del vino en el canal alimentación acumula un incremento del 20-23 %.

La Federación Española del Vino (FEV) recuerda que la Navidad sigue siendo «uno de los mejores momentos del año para el vino, especialmente para los espumosos, muy asociados a las celebraciones», pero también para los vinos «tranquilos» vinculados a comidas, cenas y regalos.

Ahora bien, el sector no prevé un «salto» específico de precios por la campaña navideña. «Las tarifas del vino se actualizan a principios de año, como ocurre con la mayoría de productos. No suele haber cambios de precios específicos de cara a Navidad», explica José Luis Benítez, director general de la FEV, que habla de incrementos moderados tras los fuertes ajustes de hace tres o cuatro años, cuando se dispararon los costes de la energía, el vidrio y otras materias auxiliares.

Es decir: el consumidor llega a diciembre con la subida ya incorporada en la botella. La presión no es tanto estacional como estructural.

A estas tensiones se suman otras preocupaciones del sector: el impacto del cambio climático en las cosechas, la pérdida de rentabilidad en algunos mercados exteriores –donde las bodegas han tenido que absorber aranceles o frenar subidas de precios– y un consumo interno que no termina de despegar.

Postre

Llegamos al momento más simbólico de la Navidad española… y uno de los más inflacionistas. Entre 2020 y la campaña de 2025, el turrón se ha encarecido con mucha más fuerza que el IPC general.

El caso más extremo lo ilustra la consultora Fitstore: la icónica tableta de turrón de chocolate Suchard pasó de 2,99 € en 2020 a 4,99 € en 2025, casi un 88 % más, y además con 30 gramos menos de producto. Otros turrones de gama media han subido menos, pero aun así los comerciantes hablan de incrementos de en torno al 35 %.

Llenar la bandeja de turrones en 2025 va a salir, como mínimo, un tercio más caro que en 2020. En algunos productos estrella, casi el doble.

Detrás de esa escalada está la evolución de sus ingredientes clave. Por ejemplo, la almendra, el «corazón» del Jijona y del Alicante se ha encarecido alrededor de un 10 % interanual en lonja. Mientras que en las variedades de chocolate se arrastra todavía la crisis del cacao que lleva azotando a este producto desde el año pasado, con precios en retail claramente por encima del año anterior (+15 %).

En paralelo, el huevo se ha convertido en otro factor de tensión para los fabricantes de turrón. Según el INE, su precio acumula una subida del 22,5 % en octubre en tasa interanual, lo que lo convierte en el alimento básico que mayor encarecimiento ha experimentado.

Solamente en ese mes se disparó un 5,1 %, en una escalada que viene produciéndose de forma progresiva desde 2021, en un contexto de mayor consumo interno y del impacto de la gripe aviar. La preocupación es tal que el Gobierno ha ordenado confinar todas las aves de corral criadas al aire libre en España para prevenir nuevos brotes.

Solo el azúcar y la miel dan algo de respiro: el azúcar se abarata en torno a un 17 % interanual y la miel ha cedido alrededor de un 8 %, aliviando parcialmente la formulación, aunque sin compensar por com pleto el peso de la almendra y del chocolate. Al subir el coste de la tableta, aparecen también otras tácticas silenciosas: envases más pequeños, promociones puntuales y una mayor segmentación entre gamas básicas y premium.

Sobremesa

El último gesto del año –comer las doce uvas de las campanadas– también cuesta bastante más que hace un lustro. La uva de mesa se ha encarecido muy por encima del IPC general. Aunque no existe una serie oficial específica, los datos apuntan a que las variedades empleadas para las campanadas —como la Aledo y la uva blanca sin semilla— incrementaron sus precios mayoristas cerca de un 70 % entre 2022 y la Nochevieja de 2024.

Si ampliamos la foto al periodo 2020-2025, el sobrecoste para el consumidor se sitúa aproximadamente entre un 30 % y un 50 %, con los mayores incrementos precisamente en las «uvas de campanadas».

Un plato para la inflación

En esta mesa, el cordero seguirá cocinándose en el horno, el marisco ocupando el centro, el vino brindando y el turrón cerrando la velada. Pero la economía se ha sentado como un comensal más: pesa en cada decisión, cada cambio de marca, cada ración que se acorta y cada compra que se adelanta.

La Navidad en España sigue sabiendo a lo de siempre. Solo que hoy, para muchas familias, cuesta bastante más llevarla al plato.

Firma
Fotografía de Sara MartíSara MartíCoordinadora editorial. Graduada en Periodismo por la Universidad Jaume I, estoy especializada en contenido web y ediciones digitales por el Máster en Letras Digitales de la Universidad Complutense de Madrid. Mi experiencia en el mundo de la comunicación abarca desde el institucional hasta agencias y medios de comunicación. Al día de la actualidad empresarial y financiera en Economía 3 desde marzo de 2021.
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