Ingenieros geomáticos reivindican su papel ante la crisis climática
Redacción E3
María Rodríguez, fundadora de Como Una Cabra
María Rodríguez, cofundadora de Como una Cabra, impulsa el emprendimiento femenino en el medio rural. Su proyecto acompaña a mujeres para que sus ideas se conviertan en negocios sostenibles que generen impacto social y económico en sus territorios, desde la formación y la mentoría hasta el relevo generacional de empresas locales.
– ¿De dónde surgió la idea de poner en marcha Como una Cabra?
Llevo más de 25 años gestionando programas de emprendimiento y trabajando con emprendedores en distintas organizaciones. Nosotros trabajábamos muy bien juntos y teníamos ganas de hacer algo que generara impacto. Entonces decidimos trabajar por las mujeres, por el planeta y por el ecologismo.
Nos preguntamos cómo podríamos generar un mayor impacto acompañando a las mujeres que están trabajando en el ámbito rural para ayudarlas a que sus proyectos tuvieran éxito. Esta iniciativa serviría para dinamizar los pueblos y para ayudar a las emprendedoras a crear proyectos que, ya desde el inicio, nacieran con esa mirada de sostenibilidad, de impacto social y ambiental positivo. Es decir, de empresas de triple balance.
Esto ocurrió antes de la pandemia. Después de la covid-19 las cosas cambiaron mucho. De todas formas, ser mujer e irte a montar un negocio a un pueblo tienes que estar como una cabra.

Pensamos que este nombre nos conecta con las mujeres emprendedoras que están montando negocios en el rural, bien porque ya están allí o bien porque quieren un cambio hacia una vida más tranquila, una tendencia al alza durante la pandemia, aunque ahora ya ha bajado un poco.
Las ciudades se están convirtiendo en un territorio inhóspito, con viviendas con precios altos, sueldos bajos y ‘vidas muy locas’.
Cuando vivía en la ciudad pasaba tres horas de mi vida en el transporte público. Esta situación no se da en un pueblo, tienes más horas de vida lo que supone tiempo para desarrollar esos sueños que siempre has tenido de forma tranquila y con ese propósito de una vida más sostenible.
– ¿Cuántas personas integráis el proyecto?
Somos tres socios y contamos con otra persona que nos lleva la comunicación. En concreto, estamos Cristina, Diego y yo y ha sido un camino de mucho trabajo y de sembrar mucho y después de cinco años es momento de la consolidación.
En octubre de 2019 empezamos a desarrollar el proyecto y lo formalizamos como asociación el mismo mes de 2020.
– ¿Qué servicios ofrecéis a las mujeres que trabajan con vosotros, y qué les une a todas ellas?
Les unen muchas cosas. Por ejemplo, puede ser que no estén desarrollando el trabajo que les gusta y quieran tener un empleo donde se sientan plenas conectando con su propósito de vida ya que, en muchos casos no están consiguiendo tener buenas condiciones salariales. Los trabajos que hay en el rural para las mujeres son precarios, esto no solo ocurre en la ciudad.
Con lo cual, en la mayoría de los casos, la mejor opción es emprender, montar su propio proyecto. También les une el deseo de tener vidas más sostenibles y de conciliar su vida familiar con la laboral. Aunque luego, cuando emprenden, no es tan fácil, pero se lo pueden organizar para poder integrar su vida y su trabajo.
Otro aspecto importante es esa necesidad de realización personal y de tener una vida con propósito. La mayor parte de las mujeres que emprenden tienen esa mirada de cuidado y ya emprenden con ese espíritu de generar un impacto positivo en sus comunidades y de poner en marcha algún servicio que ayude al pueblo.
De hecho, esa era también uno de nuestros propósitos, el de luchar contra el reto demográfico y generar comunidades más sostenibles a través de la creación de negocios que generen un impacto positivo en los territorios. Esta iniciativa ha sido muy fácil con la comunidad de mujeres ya digamos que la mayor parte de los proyectos ya nacen con este espíritu de innovación social y de aportar a su comunidad.
– Una vez que ellas os comunican que quieren emprender. ¿Qué ocurre a partir de este momento?
Hemos puesto en marcha más de 50 proyectos. Somos una escuela y una asesoría de mujeres emprendedoras rurales, pero no solo nos dedicamos a acompañar mujeres, que es nuestro foco principal. También llevamos a cabo proyectos de dinamización rural. Igualmente, participamos como consultora actualmente en proyectos de relevo rural porque veíamos que había un problema muy grave y es que el 60% de los negocios rurales se jubilan sin relevo de aquí a dos años. Esta situación supone pérdida de servicios como bares, ferreterías… y de producción agrícola y ganadera, entre otros.
Si en un pueblo grande cuando cierra una empresa ya es trágico porque se pierden servicios, en un pueblo pequeño, por poner un ejemplo, cuando se cierra un bar se quedan sin centro social. Por ello, pensamos que es necesario que estos negocios no se mueran y además, es una oportunidad de trabajo real y un cambio de vida, pues supone asumir negocios que están funcionando, que son rentables y que no van a partir de cero.
Ante esta situación, pensamos que era muy urgente intervenir. Por ello, estamos desarrollando un proyecto de relevo generacional que incluye formación para que sepan llevar bien el negocio, análisis de la viabilidad, acompañamiento en el traspaso y ayuda financiera para poder ponerse al frente.
Ya que incluso se les proporciona una ayuda para que puedan ir al pueblo, convivir con las personas que dejan el negocio para entenderlo bien, conocer el territorio, la clientela y dónde se van a ir a vivir.
Hemos conseguido un convenio con MicroBank de CaixaBank para que se pueda llevar el relevo con un crédito de entre 30.000 y 50.000 euros, además de una ayuda de Open Value a fondo perdido de entre 5.000 y 10.000 euros. A todo ello se suma una pequeña ayuda reintegrable de Fonredess de hasta 6.000 euros para la puesta en marcha.
Con lo cual, van a poder financiar incluso hasta el 100% del proyecto, con lo que se trata de una oportunidad muy buena.
Este proyecto de relevo rural lo estamos desarrollando en las comunidades de Castilla la Mancha, Extremadura y Andalucía.
– ¿Cuáles son los perfiles más habituales en el rural o los sectores más predominantes que acompañáis?
En el ámbito rural hay muchas oportunidades. De hecho, creo que la gente no es consciente de la cantidad de oportunidades que tiene. Desde los nómadas digitales que se pueden ir a vivir allí de todos los sectores hasta ingenierías, marketing digital, consultoras, empresas centradas en ganadería regenerativa, en la agricultura o en la innovación en alimentación.
También tenemos perfiles de empresas que están luchando contra el desperdicio alimentario, por implantar un turismo sostenible o por llevar a cabo moda sostenible o incluso iniciativas centradas en la cosmética natural o en los cuidados de personas. Todo ello se hace siempre con esa mirada de apoyar emprendimientos que dinamizan los territorios.
– ¿Cómo os financiáis? ¿Este acompañamiento que vosotros prestáis a todas estas iniciativas es gratuito para las mujeres?
La parte que nosotras ofrecemos a través de los proyectos subvencionados, como es el caso de relevo rural, que está subvencionado por Fundación Biodiversidad y Fondo Social Europeo, la formación, el acompañamiento y el proceso de búsqueda de financiación, es gratuito.
También colaboramos con muchas organizaciones que tienen programas de formación y emprendimiento en el que nosotras intervenimos como docentes y como mentoras.
Además, existe la posibilidad de que si una emprendedora, a nivel privado, quiere contratar nuestras mentorías para que le acompañemos en su proceso individual porque no encaja en ninguno de los proyectos que tenemos subvencionados, nos pueden contratar directamente.
Tenemos cursos propios que están colgados en la web. Ahora vamos a sacar uno en colaboración con la UNED, para poder multiplicar nuestro impacto.
En concreto, hemos diseñado un curso para formar a técnicos en emprendimiento rural de todo tipo de organizaciones como agentes de desarrollo local, personal de los centros de innovación territorial de diputaciones… o simplemente gente que haya cursado algún grado relacionado con trabajo social o gestión de empresas puedan formarse como técnicos para que puedan acompañar a otros proyectos de emprendimiento social desde todo el territorio. Tenemos pocas manos y hay mucho trabajo que hacer en el mundo rural.
– ¿Cuál es vuestro campo de actuación?
En el proyecto de relevo rural, al ser un piloto, lo estamos desarrollando con otras tres entidades, que son Rural Citizen, Rural Bridge y Ruralízate, en las comunidades de Castilla la Mancha, Extremadura y Andalucía.
Aunque nosotras trabajamos a nivel nacional y desarrollamos proyectos en todo el territorio.
– ¿Qué planes tenéis para el futuro?
Nos gustaría desarrollar proyectos más sistémicos, que mejoren el ecosistema de emprendimiento femenino y podamos acometer proyectos dirigidos a solucionar las brechas que tienen las mujeres a la hora de emprender como la dificultad a la hora de conseguir financiación, una menor autopercepción del éxito, más inseguridad o una menor autoestima.
Muchas veces las brechas son externas como la carga de cuidados que supone una dificultad añadida a la hora de crear su propio proyecto de emprender.
Este año nos han dado un proyecto europeo para trabajar sobre la parte interna de las mujeres. Es decir, cómo podemos ayudarlas a reforzar su autoestima, su capacidad de liderazgo y el que se crean que pueden emprender. Porque se trata de procesos previos al inicio del negocio y sin tener eso bien trabajado, es muy fácil caer en el proceso de emprender, que es muy duro.
– ¿Qué otras iniciativas lideráis?
Tenemos una comunidad de mujeres emprendedoras rurales en Telegram compuesta por cerca de 300 mujeres. Fue lo primero que iniciamos la Comunidad, porque queríamos entender bien cuál eran sus necesidades y que no se sintieran solas. Que tuvieran un espacio para compartir, donde pudieran compartir sus proyectos y establecer alianzas entre ellas. Esta comunidad se llama Cabras en Red. También contamos con un podcast denominado ‘Emprende que no es poco’.
Gemma JimenoLicenciada en CC de la Información por la Universidad del País Vasco, Gemma Jimeno se incorporó a ECO3 Multimedia, S.A., en 1998 como Redactora y ha participado activamente en el desarrollo de diferentes líneas de negocio. Desde hace años desempeña las funciones de Editora de los contenidos informativos, de los diferentes productos editoriales de E3 Media.
Redacción E3