España necesitará 9.000 nuevos profesionales sanitarios al año hasta 2027

El coste del sistema sanitario español no para de crecer. A los avances tecnológicos que exigen cada vez más inversión se suman factores demográficos, sociales y laborales que están poniendo a prueba la sostenibilidad del modelo. «En los últimos años, el gasto en sanidad ha crecido en España cerca del 40%», advierte Manuel López Alcázar, socio de Sanidad de KPMG en España, quien analiza las causas y posibles soluciones de este aumento.

«Los sistemas sanitarios se enfrentan a entornos de aumento de costes en salud derivados de los cambios sociodemográficos y debido a la adopción de los avances tecnológicos orientados a la innovación para lograr una medicina más eficiente, personalizada y ambulatoria», explica López Alcázar.

El experto señala que los avances tecnológicos en medicina han tenido un impacto significativo en el coste de la sanidad, una tendencia que «continuará apoyada en ámbitos como los diagnósticos y tratamientos de alta precisión, la robótica en cirugía, los dispositivos portátiles y la medicina personalizada a través de la genómica».

Aunque estas innovaciones ofrecen grandes beneficios en resultados y calidad de vida, también suponen un reto financiero. «La clave será buscar un equilibrio entre la innovación y la sostenibilidad, sin perder de vista tanto la respuesta adecuada a los pacientes incorporando esa innovación, como de cara a los profesionales, para que puedan disponer de todo el arsenal terapéutico y diagnóstico más innovador», subraya.

Un sistema tensionado por la falta de profesionales

Otro de los grandes desafíos es la escasez de personal médico y sanitario. «Actualmente nos encontramos ante una compleja situación en lo que se refiere a la disponibilidad a corto plazo de profesionales sanitarios debido a varios factores, entre los que se encuentran el envejecimiento de la población y las tasas de reposición», apunta el socio de KPMG.

Otro dato revelador que desvela el experto de KPMG es que uno de cada cuatro médicos colegiados tiene 65 o más años, lo que anticipa un efecto de jubilaciones difícil de compensar. «A pesar de los esfuerzos de los últimos años, la edad media de los médicos en España es de 50 años, lo que supondrá un grave problema cuando se produzca la jubilación de la mayoría de los profesionales y no se haya producido el cambio generacional al mismo ritmo», advierte.

Desde KPMG estiman que para 2027 se necesitarán cerca de 9.000 profesionales más al año para cubrir las necesidades. Las especialidades más afectadas serán cirugía ortopédica y traumatología, seguidas de obstetricia y ginecología.

A todo ello, se suman cambios sociales en la concepción del trabajo. «La sociedad está mostrando nuevas maneras de desarrollo profesional derivadas de la tendencia en nuevos valores que balancean la vida personal y laboral», señala López Alcázar.

«Esto deriva en otro de los grandes problemas, -incide López Alcázar- añadido a la falta de profesionales médicos, se suma también el cambio de  mentalidad de estos, que ya no buscan compatibilizar la actividad en el sector público y privado, reduciendo consecuentemente la oferta».

El socio de Sanidad de KPMG apunta también que «las condiciones de la atención primaria, como la saturación del número de pacientes o los sueldos bajos, acrecientan el problema y provocan que sea la especialidad con un mayor número de plazas sin cubrir en las convocatorias de los últimos años«.

Según un informe del Ministerio de Sanidad, las especialidades con mayor déficit de profesionales en la actualidad son Medicina de Familia y Comunitaria, Anestesiología, Reanimación, Geriatría, Psiquiatría y Radiodiagnóstico, áreas que sufrirán más jubilaciones y aumentos de demanda en los próximos años.

También influye el cambio generacional en el modo de ejercer la profesión. De hecho, según el estudio Valoración de usuarios y profesionales sanitarios sobre la teleconsulta en Atención Primaria elaborado por Elsevier revela que la mayoría de los profesionales de nueva generación que participaron en el informe manifiesta preferencia por los canales telemáticos para las actividades más administrativas, mientras que para los procedimientos de consulta mantienen preferencia por los canales presenciales, «debido sobre todo a las barreras de calidad de las conexiones y a la dificultad para interpretar adecuadamente la demanda asistencial».

La digitalización como palanca de eficiencia

En este contexto de tensión, la digitalización y la automatización de procesos emergen como herramientas esenciales. «La digitalización de los sistemas sanitarios representa una oportunidad estratégica para avanzar hacia la sostenibilidad económica y la mejora de la calidad asistencial», sostiene López Alcázar.

Automatizar procesos administrativos y tareas repetitivas, aclara el socio de KPMG, «no solo contribuye a un ahorro significativo de costes, sino que también permite optimizar el uso de recursos humanos, liberando al personal sanitario de labores que no requieren su experiencia clínica».

López Alcázar pone como ejemplos la gestión de citas, el registro de datos, la tramitación de recetas o la resolución de trámites burocráticos «procesos que pueden ser asumidos por sistemas tecnológicos avanzados como plataformas digitales, chatbots o inteligencia artificial, reduciendo la carga administrativa que recae sobre el personal sanitario y destinar más tiempo a actividades que aportan valor como la valoración clínica integral, el tratamiento personalizado de las personas y la toma de decisiones complejas basadas en su conocimiento y experiencia», apunta.

Menos errores humanos

Advierte también que «la automatización contribuye a minimizar errores humanos en tareas rutinarias, facilita el acceso y la trazabilidad de la información y agiliza la coordinación entre los distintos niveles asistenciales».  ¿Qué efectos conseguimos? López Alcázar apunta que todo ello repercute no solo en la eficiencia y los costes del sistema, sino también «en la experiencia de las personas usuarias, que ven acortados los tiempos de espera y mejorada la atención recibida».

Eso sí, manifiesta López Alcázar, la transformación digital debe ir acompañada de una estrategia de formación. «Es necesario asegurar que los profesionales cuentan con las competencias necesarias para aprovechar al máximo el potencial de las nuevas herramientas», añade. Además, la interoperabilidad y la protección de datos son elementos «fundamentales para garantizar un entorno seguro y eficiente«.

Inversión tecnológica para una sanidad sostenible

De cara al futuro, López Alcázar defiende que la tecnología debe considerarse una inversión estratégica y no un gasto. «El uso de tecnología es fundamental para ajustar los costes a largo plazo, posicionándose como una inversión cuyos beneficios se proyectan hacia la sostenibilidad económica futura», recalca.

El ahorro llega por varias vías: reducción del papel y el almacenamiento físico, eliminación de duplicidades, minimización de errores humanos y mejor trazabilidad de la información. «Además, la gestión eficiente de recursos mediante tecnologías de predicción y análisis de datos -expresa López Alcázar- ayuda a anticipar necesidades, ajustar la planificación y evitar sobrecostes por infrautilización o saturación de servicios».

Esa eficiencia, además, repercute directamente en la calidad asistencial ya que, según explica el socio de KPMG, «el aprovechamiento de la tecnología libera a los profesionales sanitarios para que puedan dedicarse plenamente a la labor clínica, repercutiendo en una atención de mayor calidad y en la satisfacción de las personas usuarias».

«Esto -observa López Alcázar- genera valor añadido y, a su vez, refuerza la confianza en el sistema público, evitando la fuga hacia servicios privados y manteniendo la viabilidad del modelo sanitario universal».

A largo plazo, la inversión en soluciones tecnológicas «se traduce en un sistema más resiliente, eficiente y sostenible, capaz de adaptarse mejor a los retos demográficos, epidemiológicos y financieros», advierte el experto de KPMG.

El papel de la transformación digital

En opinión del experto, «la sostenibilidad económica futura del sistema sanitario español se puede construir sobre pilares como el impulso a la transformación digital, acompañado de formación continua para el personal y una política robusta de protección de datos y interoperabilidad, garantizando el acceso equitativo y la excelencia asistencial para todas las personas».

«Algunas organizaciones -advierte López Alcázar- están utilizando la inteligencia artificial y la aplicación de técnicas de procesamiento masivo de datos para reducir la carga de trabajo del personal y generar confianza en la relación con los pacientes, pero aún no se ha producido de una manera planificada y ordenada de acuerdo con una estrategia corporativa».

El informe KPMG Global Tech Report 2023: Healthcare Insights identifica precisamente estos retos y apunta que las mejoras en los sistemas de admisión o los registros simplificados «reducirían la carga administrativa de los profesionales sanitarios y, a su vez, los tiempos de espera para citas y tratamientos, mejorando la experiencia y la comunicación con el paciente», concluye López Alcázar.