G. Caniego, Grupo Baux: “La sostenibilidad no es puntual es un camino constante”
Hablamos con Gerardo Caniego, vicepresidente Ejecutivo de Grupo Baux, una compañía que ha pasado de ser un eslabón en la cadena global del aluminio, «a convertirnos en una empresa más local y cercana, que adquiere chatarra de aluminio de proximidad y ofrece un servicio directo y personalizado a sus clientes», expresa.
Grupo Baux da empleo a 380 personas distribuidas en sus cuatro centros de trabajo de Castellón (planta de reciclaje y laminación), Albacete (planta de lacado), Madrid (centro de distribución) y Valencia (oficinas centrales). La compañía espera cerrar 2024 con una facturación cercana a los 206,5 M€ respaldada por una producción global de 54.000 toneladas de aluminio.
– Con 31 años de historia a sus espaldas. ¿Puedes darnos unas breves pinceladas de la historia de la empresa?
El proyecto nace de una empresa familiar dedicada a la fabricación de persianas que, para poder autoabastecerse, decide crear una planta para el lacado de aluminio en bobina. De esta idea nace Bancolor en 1993, una empresa dedicada al lacado de bobinas de aluminio en Elche de la Sierra (Albacete).
Hasta finales de los 90, el aluminio provenía de otros proveedores, pero en 2001 se inaugura la planta de reciclaje y laminación en Segorbe (Castellón). Compañía Valenciana de Aluminio Baux, opta por un proceso único en Europa de colada continua y desde el primer momento, se orienta a la producción de aluminio reciclado procedente de chatarras.
Unos años más tarde, Grupo Baux, compuesta por ambas compañías (Bancolor y CVAB) es adquirida finalmente por Jupiter Aluminum Corporation, un grupo industrial familiar americano que apuesta por ampliar significativamente las capacidades de todo el grupo.
Crecimiento imparable
– En tu opinión, ¿Cuáles serían los hitos que han definido el crecimiento de la compañía a lo largo de estas tres décadas?
En 1993, la creación de Bancolor sentó las bases para nuestro desarrollo en el sector, seguida de su ampliación en 1995 y nuevamente en 2002, con la incorporación de la segunda y tercera línea de lacado.
En el año 2001 se produjo el arranque de la planta de reciclaje y laminación (CVAB), que supuso un paso estratégico hacia la sostenibilidad y la innovación en el proceso productivo.
En el periodo que va desde 2008 a 2012, que coincidió con la crisis de la construcción, logramos una transformación en nuestra estrategia de mercado, pasando de exportar solo un 20% de nuestra producción al 80%, lo que fortaleció nuestra presencia internacional.
Dentro de ese lustro, en 2009 justamente, apostamos por el reciclaje de chatarra posconsumo mediante hornos rotativos, lo que nos permitió ampliar nuestras capacidades y trabajar con materiales de origen más complejo de manera eficiente y sostenible.
Jupiter Aluminum Corporation adquirió Grupo Baux en 2018, un grupo familiar industrial estadounidense, que consiguió reforzar nuestra proyección global y nuestra capacidad para afrontar nuevos desafíos.
En 2023, conseguimos la autorización para duplicar la capacidad productiva de CVAB, consolidando nuestra posición como referente en reciclaje y laminación de aluminio y este mismo año nos han autorizado un importante proyecto de ampliación en Bancolor, que marcará el inicio de una nueva etapa de crecimiento.
– ¿Cuál sería la foto actual de la compañía?
Actualmente, Grupo Baux está consolidada en el sector del aluminio, con un equipo de 380 empleados distribuidos en nuestros cuatro centros de trabajo.
Para el cierre de 2024 prevemos facturar 206,5 M€ respaldada por una producción global de 54.000 toneladas de aluminio.
Nuestra infraestructura y equipo humano nos permiten ofrecer soluciones innovadoras y sostenibles a nuestros clientes, con un fuerte compromiso con la economía circular y la reducción de la huella de carbono. Además, seguimos apostando por el crecimiento y la inversión en proyectos estratégicos que fortalezcan nuestra posición en el mercado.
Apuesta por la cercanía
– ¿Cómo ha evolucionado el modelo de negocio en este tiempo?
El modelo de negocio ha evolucionado significativamente a lo largo de estos años, integrando diferentes actividades de la cadena global del producto.
Nacimos con el objetivo de dar solución al aluminio lacado y, con el tiempo, incorporamos tanto la laminación como el reciclaje a nuestras operaciones.
Hoy transformamos la chatarra de aluminio en productos que nuestros clientes utilizan como su materia prima.
Hemos pasado de ser un eslabón en la extensa cadena global del aluminio, donde participan las grandes empresas productoras de aluminio primario, a convertirnos en una empresa más local y cercana, que adquiere chatarra de aluminio de proximidad y ofrece un servicio directo y personalizado a sus clientes.
Nuestro enfoque se basa en relaciones de confianza a largo plazo tanto con clientes como con proveedores, consolidando colaboraciones sostenibles y mutuamente beneficiosas.
– Abarcáis todo el proceso de vida del aluminio, desde el reciclaje hasta la obtención de la bobina. ¿Cómo llega hasta vosotros el aluminio reciclado? ¿De dónde lo obtenéis?
El aluminio reciclado que utilizamos proviene de proveedores autorizados de chatarra, con quienes priorizamos relaciones locales y materiales que hayan llegado al final de su vida útil.
Actualmente, el 92% de la chatarra que utilizamos es de origen posconsumo y cuenta con certificación de trazabilidad, lo que garantiza su procedencia y calidad.
El sector del reciclaje en España es muy potente. Desde 2005-2006 se han realizado inversiones significativas en equipos de clasificación y selección de chatarras, lo que ha permitido a nuestros proveedores, especializados en reciclaje, añadir valor mediante una correcta clasificación y tratamiento de los materiales.
La chatarra que recibimos incluye diferentes aleaciones y composiciones, y es fundamental que cumpla con los estándares de calidad necesarios para fabricar nuestros productos.
En la mayoría de los casos, este material posconsumo proviene del contenedor amarillo o de chatarrerías, formando parte de una cadena de valor del reciclaje cada vez más eficiente y consolidada en España, liderada por grandes empresas que garantizan un contenido metálico conocido y adecuado para nuestras necesidades.
La sostenibilidad, un camino constante
– Habéis obtenido la Declaración Ambiental de Producto (DAP) para vuestras bobinas de aluminio virgen y sois una de las compañías con más bajas emisiones en el sector, consolidando, así, vuestro compromiso con la sostenibilidad y las prácticas responsables. ¿Cómo lo habéis conseguido?
Para Grupo Baux, la DAP es el fruto del compromiso con la sostenibilidad y un trabajo riguroso en varias áreas clave:
En primer lugar, empleando exclusivamente aluminio reciclado para fabricar nuestras bobinas: Más del 99,5% de su contenido proviene de aluminio reciclado y más del 92% de este es aluminio posconsumo, lo que significa que provienen de productos que han completado su ciclo de vida.
Esto reduce drásticamente el impacto ambiental, ya que evita las emisiones asociadas a la extracción y procesamiento del aluminio primario.
En segunda posición se encuentra el uso de energías renovables. En concreto, el 100% de la energía eléctrica que utilizamos en nuestras plantas productivas proviene de fuentes renovables, reduciendo las emisiones asociadas a nuestro consumo energético.
Igualmente, llevamos a cabo una optimización del proceso productivo. ¿Cómo lo hacemos? Invertiendo en tecnologías y procesos más eficientes yenfocándonos en reducir las emisiones en cada etapa del ciclo de vida del producto.
Igualmente, trabajamos estrechamente con nuestros proveedores para garantizar la trazabilidad del aluminio que utilizamos.
Esto nos permite conocer con precisión el origen y la clasificación del material, ya sea preconsumo o posconsumo, y asegurar la transparencia en toda la cadena de valor.
Por último, la obtención de la Declaración Ambiental de Producto (DAP) es un ejemplo de nuestro compromiso con la transparencia y la mejora continua.
Este documento, verificado por terceros, no solo mide nuestra huella de carbono, sino que también avala nuestras prácticas responsables en términos de biodiversidad, uso de agua y emisiones.
La sostenibilidad no es un objetivo puntual, sino un camino constante. Por eso, el siguiente paso en nuestra hoja de ruta es obtener la Declaración Ambiental de Producto para nuestras bobinas lacadas, ampliando así nuestra capacidad de ofrecer soluciones sostenibles a nuestros clientes.
Este éxito es el resultado de un esfuerzo colectivo de todo el equipo de Grupo Baux, junto con la colaboración de nuestros proveedores y socios estratégicos, quienes comparten nuestra visión de un futuro más sostenible.
– ¿Se podría hablar de economía circular en vuestros procesos?
Por supuesto, nuestros procesos están profundamente alineados con los principios de la economía circular.
Para nosotros, la economía circular no es solo un concepto, sino una práctica integral que define nuestra forma de trabajar y producir.
Como he mencionado, todo el aluminio que utilizamos proviene de material reciclado, eliminando por completo la necesidad de emplear aluminio virgen. Esto incluye un 92% de material posconsumo procedente de productos que han completado su ciclo de vida, y el resto, de recortes y chatarra generados internamente.
De esta manera, damos una nueva vida a recursos ya existentes, minimizando el uso de nuevas materias primas.
Además, una de las grandes ventajas del aluminio es que puede reciclarse indefinidamente sin perder sus propiedades. Esto significa que nuestros productos no solo son sostenibles en su fabricación, sino que también están diseñados para ser reciclados al final de su vida útil, volviendo al ciclo productivo.
– ¿Cuál es el perfil de los clientes que acceden a vuestro aluminio?
Nuestros clientes son industriales que utilizan nuestro aluminio como materia prima para fabricar sus productos como persianas, canalones, matrículas, etc.
– ¿Hasta dónde llegan vuestros productos? ¿Dais servicio en todo el territorio nacional y en el ámbito internacional?
El 80% de nuestra producción se exporta. Principalmente a Europa, pero también a Asia, norte de África, incluso a Australia.
– ¿Cómo os ayuda en vuestros procesos de logística la sede que tenéis en Madrid?
A diferencia de Bancolor y CVAB que suministran bobinas de aluminio virgen o lacado a grandes clientes con mayor volumen de pedidos, el Centro de Distribución de Madrid se encarga de suministrar diferentes productos de aluminio virgen y lacado en pedidos más pequeños dirigidos a pequeños distribuidores o clientes en España, Portugal y sur de Francia.
Entre los productos que suministra, se encuentrans chapas de aluminio de una gran variedad de anchos y largos, bobinas de diferentes dimensiones, panel sándwich, etc. Todo ello en diferentes colores y acabados.
– ¿Qué previsiones de crecimiento tenéis para 2025?
Ahora mismo estamos en un proyecto de crecimiento muy importante, con una inversión de más de 30 M€. Este proyecto, que concluirá a mediados de 2025, nos permitirá duplicar la capacidad de aluminio laminado en frío, y por tanto, la capacidad de reciclaje.
Además, también hemos iniciado un proyecto de 30M€ de inversión en nuestra fábrica de Bancolor en Elche de la Sierra (Albacete) para instalar una nueva planta de lacado de aluminio. Esperamos que pueda estar operativa a finales de 2026.