M. Cano, Canussa: «Diseñamos bolsos Made in Spain, de calidad y sostenibles»
María Cano, lleva el timón de Canussa, una compañía especialista en fabricar bolsos veganos. Nuestra entrevistada es ingeniera informática, nada que ver con la moda. Su espíritu emprendedor y su preocupación por la sostenibilidad en la moda, le llevó a fundar esta compañía que ya lleva siete años en el mercado. Pero este proceso no ha terminado aquí, también ha creado Canussa Lab que tiene como objetivo dar una nueva vida a los materiales sobrantes en los procesos productivos. El camino recorrido ha conllevado mucho esfuerzo y aprendizaje sobre un sector que no era el suyo.
– ¿Qué te llevó a poner en marcha Canussa?
Comencé mi vida profesional trabajado en la empresa familiar en la que permanecí diez años. Continué trabajando en Irlanda, Italia e Inglaterra en puestos de dirección en compañías como IBM y Sony. En mi última etapa sentí esa necesidad de emprender. Yo quería diseñar, producir y exportar. Aunque a mí, lo que más me gusta es la internacionalización, el B2B. En aquel momento me marqué como objetivo crear un producto que fuera 100% Made in Spain que pudiese exportar.
Por otro lado, he viajado mucho con mi ordenador y me costaba mucho encontrar un bolso que fuera práctico y a la vez bonito. No me gustaba tener que elegir entre ir cómodo y vestir bien.
En este punto, vi la oportunidad de diseñar y crear una mochila unisex para profesionales que fuera bonito pero que, al mismo tiempo, fuera muy práctico y funcional para diario.
Por otra parte, y como consumidora de marcas premium, y desde el punto de vista de la sostenibilidad, me compraba un pantalón o un bolso y a las pocas semanas se rompía. Mirabas la etiqueta de los productos en cuestión y estaban fabricados en China o Bangladesh. Este hecho me dolía como consumidora, al pensar en las grandes empresas fabricantes que tenemos en España.
Y sumando todas estas reflexiones se me ocurrió poner en el mercado una marca de bolsos de diseño unisex, funcionales y prácticos para el día a día, diseñados en España y concretamente en la Comunidad Valenciana.
– ¿Y los materiales?
Comenzamos trabajando con piel porque es el material por excelencia en marroquinería y por nuestra experiencia como país.
Sin embargo, normalmente la piel está curtida con cromo, aunque las curticiones que proceden de Europa ya están muy controladas y el agua que se utiliza en su trato ya se recicla.
A pesar de todo, la mayor parte de la piel procede de Asia y no llevan a cabo estos procesos sostenibles, sino que se emplea mucha agua, se curte con cromo, que es cancerígeno y las personas que trabajan no gozan de buenas condiciones laborales. Con lo cual decidimos que no íbamos a utilizar ningún componente de origen animal. Nos posicionamos como marca vegana y es importante diferenciar entre sostenibilidad con veganismo.
El veganismo implica no consumir ningún producto de origen animal, pero no significa que seas sostenible.
– ¿Qué se entiende por vegano en un producto como el vuestro?
Significa que no utilizamos materiales de origen animal. Para ello empleamos alternativas veganas. Es decir, la mayor parte de nuestros bolsos son de un material que parece piel pero no lo es.
Se trata de materiales innovadores de alta resistencia, que tienen la misma apariencia que la piel e incluso con más calidad.
En concreto, trabajamos con varios y además siempre van saliendo nuevos que nosotros vamos probando.
Por ejemplo, uno es de microfibra de alta resistencia reciclada. Para el forro utilizamos un textil de poliéster reciclado a partir de plásticos recuperados del mar.
«No nos casamos con ningún material»
Por otra parte, en la Comunidad Valenciana, la compañía Persiskin ha elaborado tejidos creados a partir del residuo de caqui de la Comunitat Valenciana, también hemos elaborado productos con residuos procedentes del Palmeral de Elche.
De todas formas, no nos casamos con ningún material. Estamos continuamente probando nuevos materiales.
– Además de bolsos, ¿qué otro tipo de productos fabricáis?
Arrancamos con el concepto de mochila para ordenador. Su inconveniente es que su producción en España es muy cara, acercándose a los 300 euros, un precio al que resulta muy difícil venderla. Con lo cual, estamos estudiando diferentes alternativas que pueden pasar por su rediseño.
A partir de la mochila ordenador comenzamos a diseñar y fabricar diferentes complementos como cinturones, carteras… También hemos desarrollado otro tipo de productos como unas zapatillas y unas bailarinas con El Naturalista. Pero no queremos entrar en la fabricación de calzado. Nuestro expertise reside en el diseño de bolsos y complementos.
– ¿Son productos para hombre y para mujer?
Intentamos que los diseños sean unisex en la medida de lo posible, pero a veces es complejo. De todas formas, los cinturones o las mochilas son unisex.
En el exterior, por ejemplo en Japón, donde los hombres llevan bolso, uno de nuestros modelos que va colgado al hombro lo llevan tanto hombres como mujeres, cosa que no ocurre lo mismo en España.
– ¿Cómo canalizáis la venta de vuestro producto?
Hay que tener en cuenta que la marca, desde que nacimos en 2017, ha ido evolucionando. En aquella época éramos muy nicho y nos dirigíamos a tiendas de moda sostenible vegana pero muchas han cerrado. Hay que tener en cuenta que el comercio está sufriendo mucho.
Con lo cual, sí que es cierto que inicialmente estabamos en tiendas exclusivamente sostenibles veganas, pero ahora nos estamos abriendo a otro tipo de establecimientos. Por ejemplo, en Japón y Corea nos compran por diseño y por calidad Made In Spain.
Quería recalcar también que la durabilidad para nosotros es un valor muy importante. También estamos llegando a algunas tiendas de Estados Unidos y en Europa vendemos a través del canal online.
– ¿Estáis presentes en grandes almacenes?
Nos estamos abriendo al pequeño comercio y a determinados grandes almacenes pero sin que nos conlleve ningún riesgo.
– ¿Tenéis otras líneas de negocio?
Sí, también elaboramos mucho regalo corporativo para empresas, incluso al mismo nivel que moda.
– En vuestro caso, el diseño y la calidad son tan importantes como la sostenibilidad.
Eso es, hay muchos países a los que llegamos por nuestro diseño, ya que el producto puede ser muy sostenible pero si no entra por los ojos no se vende. En Alemania y Reino Unido el porcentaje de población vegana y vegetariana ronda el 20%, muy superior a España y sí que valoran que los productos no sean de piel de origen animal.
«Yo lo veo todo en ceros y unos»
– ¿Quién se encarga de los diseños, siendo tu ingeniera informática?
Fue una trayectoria dura, porque no soy nada creativa, no tenía contactos en el mundo de la moda… Yo lo veo todo en ceros y unos y es una parte que he tenido que trabajar con formación. Incluso me trasladé a Ubrique (Cádiz), la cuna del cuero y he ido aprendiendo caminando…
A día de hoy contamos con una ecodiseñadora que sí que ha estudiado moda y sí que es creativa. Ahora mismo ya no diseño, aunque sí que la oriento sobre lo que queremos.
Por otra parte, sí que estamos trabajando mucho experimentando e intentando crear productos que sean muy diferenciados.
En cuanto al Made In Spain es algo que no queremos perder, pero sí que es verdad que la mochila, si no la fabricamos fuera no es competitiva en precio.
Con lo cual, ¿qué estamos haciendo? Desarrollando productos o nuevas tecnologías que nos permitan seguir produciendo en España, pero a precios más competitivos y sin perder la calidad.
– ¿Canussa solo diseña y comercializa?
Efectivamente. Contamos con partners para la fabricación de moda.
Qué hacer con el residuo textil
– Habéis creado también Canussa Lab. ¿Cuáles son sus funciones?
Lo pusimos en marcha hace dos años. Me preocupaba mucho el exceso de residuo textil que se generaba durante el proceso productivo y siempre me preguntaba que podía hacer con ello.
Después de analizar varios productos se nos ocurrió crear un cuelgabolsos donde se puede incorporar residuos tanto textiles como plásticos y, de esta forma, damos salida a los residuos que ya no tienen valor. A partir de aquí, pusimos en marcha Lab Canussa, una iniciativa a través de la cual ayudamos a otras empresas a valorizar sus residuos textiles y plásticos.
– ¿Qué planes te has marcado para el futuro?
En la parte de innovación vamos a seguir trabajando porque queda mucho camino por recorrer en todo aquello que esté relacionado con la moda circular. Nos gustaría que nuestra marca fuera reconocida fuera de España y por hacer las cosas bien.
Otro objetivo que nos hemos marcado es evitar que residuos textiles y plásticos acaben en un vertedero revalorizándolos y convirtiéndolos en productos de diseño bonitos y funcionales.
También queremos mantener el Made in Spain y crear empleo local en España gracias a la exportación, al mismo tiempo que seguimos innovando.
– ¿Os habéis marcado algún país para entrar?
En Estados Unidos estamos en alguna tienda, pero nos gustaría encontrar algún socio local porque se trata de un mercado muy interesante para nosotros. Valoran la calidad y la pueden pagar.
– Economía 3 cuenta con la Fundación Mujeres el Timón, que se encarga de dar visibilidad a todas las mujeres que han llegado a liderar una empresa por méritos propios. ¿Cómo has llevado este proceso de crear tu propia compañía donde has pasado de ser informática a diseñar bolsos?
Tal y como he comentado, provengo de una familia de empresarios. Cuando era más joven no quería trabajar con mi padre, pero al final me convenció y estuve diez años en la empresa familiar. A los 27 años ya era directora general. A los 26 años puse en marcha una empresa que importaba tractores de Corea.
Después me fui a Barcelona a gestionar las empresas de la familia. Cuando llegó la crisis de 2011, lo que yo llevaba en Barcelona se cerró y me fui a Inglaterra.
Cuando volví a España, no me veía de nuevo en el negocio familiar y decidí crear mi propia empresa, con mucha lucha y con mucho esfuerzo pero contenta por haber creado algo desde cero y el proyecto cumplió siete años en septiembre.