La automovilística china BYD, la mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, ha anunciado una asociación estratégica con Uber. El anuncio, que ha pasado de puntillas por las cabeceras al amparo del parón estival, supone un nuevo -e importante- movimiento en la guerra que mantienen la Unión Europea (UE) y China por el control del mercado del eléctrico.
El acuerdo plurianual firmado entre BYD y Uber supone el suministro a la plataforma de 100.000 nuevos coches enchufables para su operativa en los mercados globales clave de Europa y América Latina. Todo un caballo de Troya para las intenciones proteccionistas de Bruselas.
Las hostilidades comenzaron el pasado mes de julio, cuando la Comisión Europea (CE) anunciaba la entrada en vigor de aranceles a la importación de coches eléctricos chinos por un importe de entre el 17% y el 38%. China respondió con un derechazo directo a las principales exportaciones europeas hacia el país asiático, entre las que figuraban el cerdo español.
Uber abre la puerta a BYD
A finales de 2023, la Comisión -en boca de su presidenta, Úrsula Von der Leyen– comenzaba a manifestar públicamente sus intenciones de reforzar la industria del automóvil europea de un competidor que consideraba «subsidiado» por el Estado chino. El anuncio del acuerdo entre Uber y BYD supone, por tanto, un gol por la escuadra europea.
Desde ambas compañías manifiestan que la alianza pretende reducir el coste total de propiedad de los coches enchufables para los conductores de Uber.
También puede suponer pisar el acelerador de la adopción de vehículos cero emisiones en la plataforma a nivel mundial. Algo que, desde Uber, afirman que persigue ofrecer a millones de usuarios «viajes más respetuosos» con el medioambiente.
El acuerdo, «una nueva era»
El acuerdo supone también un compromiso de colaboración entre las partes para desarrollar futuros modelos de BYD con sistemas de conducción autónomas, para los que la plataforma Uber servirá de laboratorio de pruebas.
De igual forma, podría incluir descuentos para la recarga de vehículos, su mantenimiento, seguros, así como ofertas de financiamiento y de ‘leasing’.
Para Stella Li, consejero delegado de la automovilística para el continente americano afirmó que el acuerdo «marca una nueva era en la electrificación de la movilidad urbana».
Hay que recordar que BYD se ha convertido en el mayor fabricante de automóviles eléctricos del mundo, superando a la estadounidense Tesla durante los dos últimos años.
En 2023, el fabricante chino exportó cerca de un cuarto de millón de vehículos por todo el mundo y prevé llegar al medio millón este año.
La estrategia europea no acaba de funcionar
A finales de abril, la consultora Rhodium, que cifró en más de 10.000 millones de euros las exportaciones de eléctricos desde China a Europa en 2023, aseguró que, incluso aunque la Comisión situase los aranceles cerca de un 30%, algunos productores chinos «seguirían siendo capaces de producir márgenes cómodos de beneficio por sus ventajas en materia de costes».
La consultora apuntaba que sería necesario situar las tasas en torno a un 40 o un 50%, incluso superiores en el caso de algunos fabricantes concretos como BYD, para hacer que el mercado europeo dejase de ser atractivo para las automotrices chinas.
Europa se mueve, no obstante, tras la estela marcada por los Estados Unidos, quienes han anunciado en el pasado aranceles del 100% a los eléctricos chinos.
Los estudios Bank of Communications indicaban ya en junio que el impacto de los aranceles europeos sería «controlable» y no podrían la internacionalización de los fabricantes chinos. La previsión parece confirmarse tras el último acuerdo de BYD y Uber.
La respuesta china
Junio terminaba con el anuncio del Ministerio de Comercio de China de una investigación «antidumping» (competencia desleal) contra ciertas importaciones de carne de cerdo y derivados procedentes de la UE. La medida pronto se enmarcó como una respuesta a los aranceles europeos y ponía el punto de mira sobre las exportaciones de los principales promotores de las medidas proteccionistas, Francia y España.
Nuestro país podría verse especialmente afectado por estas medidas. Según los datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC), España exportó durante 2022 carne de cerdo por valor de 5,92MM de dólares, siendo el séptimo producto del país en volumen de exportación, siendo China el principal receptor.
Algunos analistas ya habían indicado que Pekín buscaría que sus represalias por los aranceles se centrasen en los países considerados como sus impulsores. Las de alimentos son en nuestro país una de las exportaciones que más ha crecido durante los últimos años. Los últimos datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa cifran este crecimiento en un 20,5% interanual, con un superávit de 7.055,4 millones de euros.