Hablamos con el máximo representante de los empresarios, Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) sobre la economía, el conflicto de Argelia, el estado del diálogo social o la prórroga de los presupuestos de 2023 por el Gobierno.
– Según un estudio de KPMG, las empresas esperan crecer en 2024 tanto en facturación e inversión como en empleo, a pesar de la situación geopolítica, la volatilidad de los precios de las materias primas y los tipos de interés, entre otras amenazas. Es un poco contradictorio… ¿En qué se basan para hacer estas afirmaciones? ¿Afectará más a unos sectores que a otros?
– La economía española tiene un patrón de crecimiento sostenible, es una economía fuerte y tiene un tejido empresarial potente que sostiene el empleo. Se trata de un sector privado resiliente que ejerce de base para el crecimiento económico y para que España sea un destino seguro, por ejemplo, para las inversiones extranjeras.
Crecimiento
Por ello, a pesar de que existen algunas incertidumbres y amenazas para la economía, las empresas siguen impulsando este crecimiento. Si bien, España cerró 2023 con un crecimiento en torno al 2,5 %, (hoy ha salido dato nuevo), pero para este año los pronósticos apuntan a una desaceleración en un contexto de incertidumbres. Según datos de la Comisión Europea, España va a crecer al 1,7 % en 2024 y según el Panorama Económico de CEOE un 1,8 %. Es decir, por encima de la media europea, de sus cinco mayores economías y del promedio de las economías más avanzadas del mundo, pero menos que en 2023. Por tanto, debemos ser prudentes.
En este escenario, las empresas necesitamos un clima de confianza, de moderación y entendimiento, de estabilidad y con una mayor calidad normativa e independencia de las instituciones. Precisamos de un marco en el que se ponga en valor el papel de los empresarios y la empresa como motor en la creación de riqueza y empleo y de prosperidad para el conjunto de la sociedad. Por eso, en el estudio que realizamos con KPMG, destacamos algunos puntos como la inseguridad jurídica, la incertidumbre política o los cambios regulatorios como las principales amenazas para ese tejido empresarial que sostiene nuestra economía.
El papel de la empresa
– Reclama un marco en el que se ponga en valor el papel de los empresarios como motor de riqueza y empleo. ¿Por qué marco apuesta?
– Es justo lo que estaba comentando anteriormente. Las empresas desarrollan un doble papel en la sociedad: económico y social, aunque desde muchos ámbitos se trate de negarlo o desvirtuarlo. Por un lado, antes de que exista una empresa, no hay nada. Cuando esta se pone en marcha, se cubre un espacio que antes estaba vacío. Ese espacio cubierto supone: actividad económica, creación de empleo y mayor recaudación de impuestos, porque hay un nuevo agente que paga Impuesto de Sociedades o genera nuevas rentas a efectos de IRPF. Si esa empresa prospera, esos tres factores aumentan en el tiempo. Y si sumamos la aportación de todas las empresas, lo que tenemos es que el sector privado es ese espacio en el que se genera la actividad, el empleo y la financiación del Estado; es el motor de la economía.
En datos…
Ese espacio se puede medir. Por ejemplo, el empleo que generan las empresas privadas roza los 17 millones de puestos, lo que supone casi el 83 % del total, según datos de la EPA. En términos de recaudación, la previsión que se incluye en los PGE para 2023 apunta a que el 34 % de los recursos obtenidos por el Estado es por la vía de los impuestos. No hay mayor política social que la generación de empleo, del que emanan los salarios.
Tomando como referencia un estudio sobre la aportación social de las empresas elaborado por la Fundación CEOE y Fundación PwC, el 25 % de los ingresos de las grandes empresas se redirigen directamente a la sociedad, a través de salarios y de impuestos, y otra buena parte retorna también a los proveedores, que no dejan de ser empresas, con sus propios empleados y que pagan también sus impuestos. En concreto, según este informe, la contribución social de las grandes empresas españolas fue de 574.861 M€ en 2022. Es más, el otro día leía los resultados del Trust Barometer que realiza cada año Edelman España y afirmaba que las empresas son la institución en la que más confían los españoles, 20 puntos por encima del Gobierno y 16 por encima de los medios de comunicación.
Teniendo todo esto delante, ¿cómo vamos a desvirtuar a nuestras empresas? Todo lo contrario, hablo de un marco en el que cuidemos a nuestras empresas y a nuestros empresarios, que están en la base de nuestra economía y de nuestra sociedad.
Desafíos
– La digitalización, el talento y la inteligencia artificial son nuevos retos a los que tienen que enfrentarse las empresas. ¿Cuál es su nivel?
– Sin duda son grandes retos que las empresas españolas deben abordar. Respecto al primero de ellos, el tejido empresarial español ya ha avanzado significativamente, especialmente desde la crisis de la covid-19. A partir de ahí, las empresas españolas tomaron conciencia de la necesidad de afrontar sus procesos de transformación digital y se ha hecho de una manera intensa, lo que nos ha llevado a mejorar en todos los indicadores, como refleja nuestro avance en el índice DESI, que compara el grado de digitalización de los distintos países europeos.
En cuanto al talento, España se encuentra con una importante carencia de profesionales TIC, por debajo, incluso, de la media europea. En consecuencia, a las empresas les cuesta mucho atraer y retener talento, especialmente a las pymes, que disponen de menos recursos, y que es precisamente el segmento de empresas que más necesita avanzar en su proceso de transformación digital.
Por último, la Inteligencia Artificial, tras el auge de la IA generativa, se presenta como un factor decisivo de competitividad y de productividad, por lo que todas las empresas quieren avanzar en su implantación. Lamentablemente, tanto España como Europa están muy lejos del objetivo propuesto por la Comisión Europea de que el 80 % de las empresas utilicen Big Data e IA en 2030, ya que, actualmente, el informe sobre la “Década Digital” señala que en ambos parámetros el porcentaje de uso ronda el 10 %, situándose España, incluso, por debajo de esa cifra que representa la media europea.
Diálogo social
– En cuanto al empleo, el Consejo de Ministros dio luz verde a la prevalencia de los convenios autonómicos frente a los nacionales. ¿Está roto el Diálogo Social? ¿Peligran la recepción de los fondos europeos previstos?
La modificación de las normas de los convenios colectivos, otorgando prioridad a los autonómicos frente a los de ámbito estatal, supone una afectación a la estructura de la negociación colectiva y a la unidad de mercado que garantizan los convenios colectivos sectoriales nacionales. Yo siempre digo que el diálogo social es la mayor infraestructura del país y esto debemos mantenerlo y cuidarlo. Este acuerdo de prevalencia no se ha abordado en el diálogo social y ni siquiera se ha consultado con los agentes sociales. Además, este tema se discutió en el proceso de negociación de la reforma laboral de 2021 y se descartó por la problemática que genera. Es decir, en el marco del diálogo social habíamos pactado no acordar este tema.
En la negociación de la reforma laboral se alcanzaron unos equilibrios entre empresarios, sindicatos y gobierno que permitieron llegar a un acuerdo y, con ello, al cumplimiento de uno de los hitos comprometidos con Europa en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, al que estaba asociada la recepción de 12.000 M€, y que contribuirían a impulsar nuestra recuperación en la pandemia. En esta línea, debemos seguir trabajando en el marco del diálogo social.
Con respecto a lo que me preguntabas, el diálogo social no está roto y nosotros nos seguimos sentando en las mesas cuando nos llaman, pero es verdad que necesitamos confianza en lo que acordamos para poder seguir trabajando.
Negociación colectiva
– ¿Esta decisión pone en peligro el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), para el periodo 2023-2025?
Con el V AENC, los interlocutores sociales hemos apostado por autogestionar las relaciones laborales a través de la negociación colectiva, aportando criterios y orientaciones a los negociadores de convenios para que procedan a su actualización y renovación, en aras a la necesaria adaptación a las necesidades de las personas trabajadoras y de las empresas. Aunque el AENC no aborda la estructura de la negociación colectiva, si esta se ve alterada por este cambio normativo, se verán afectados los equilibrios alcanzados en los convenios de ámbito nacional con clara injerencia en la autonomía colectiva y en su capacidad para fijar condiciones laborales que garanticen la unidad de mercado y la competencia leal.
Debemos tener en cuenta que la AENC se pacta de manera bipartita, empresarios-sindicatos, y este acuerdo lo realiza un tercer agente: el gobierno. Por lo tanto, estamos viendo cómo las decisiones políticas modifican directamente acuerdos que se han realizado en el seno del diálogo social bipartito.
Sostenibilidad
– En cuanto a sostenibilidad, habéis puesto en marcha un documento que recoge los ‘Principios para una movilidad sostenible’. ¿Cuáles son las claves de dicho documento?
El documento de “Principios para una Movilidad Sostenible” fue elaborado bajo el consenso de los miembros del Consejo de Movilidad Sostenible de CEOE, un consejo que integra a todos los modos de transporte, proveedores, fabricantes, distribuidores, es decir, todos los eslabones de la cadena de valor de los nuevos modelos de movilidad sostenible. El documento integra nueve principios básicos que tienen que ser la base para alcanzar los compromisos tanto energéticos como climáticos que se están adoptando desde Europa y que repercuten en el sector de la movilidad sostenible.
Desde el principio relacionado con integrar a todas las diferentes tecnologías para alcanzar los objetivos de descarbonización, es decir, la neutralidad tecnológica, pasando por definir una política industrial de largo recorrido, el impulso de su competitividad, la colaboración público-privada o la necesidad de promover la innovación e investigación en toda esta transformación que está viviendo el sector.
Argelia
– Por otra parte, ¿están hablando con el Gobierno para solucionar el cierre del mercado de Argelia?
Sí, por supuesto. Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para que el comercio bilateral con Argelia vuelva a recuperar la normalidad que mantienen el resto de los Estados miembros de la UE con el país norteafricano en el marco del Acuerdo de Asociación UE-Argelia. Uno de nuestros objetivos es interceder por las empresas españolas en el ámbito internacional y son muchas las compañías de nuestro país que tienen negocios, proveedores o intereses en el país vecino.
Además, con lo que respecta a las relaciones entre ambos países, nos preocupa que se esté perdiendo, con el paso del tiempo, el terreno duramente labrado por muchas de nuestras empresas en Argelia frente a competidores de otros países.
Incertidumbre
– El Gobierno ha decidido prorrogar los Presupuestos de 2023 y ha comenzado a trabajar para 2025. ¿Cómo afecta esta situación a la empresa, a la inversión en infraestructuras, a los territorios donde se ubican las empresas…?
Una prórroga de presupuestos afecta a las empresas porque aumenta el grado de incertidumbre, puesto que esta situación está relacionada directamente con la inestabilidad política y esto, sin duda, afecta a las decisiones del tejido empresarial.
Por otro lado, la prórroga de los presupuestos puede afectar a las empresas si se paralizan proyectos de inversión. Si bien es cierto que en la práctica se ejecutarán la mayor parte de los que están respaldados por los fondos europeos. No obstante, si la llegada de los fondos está condicionada por las reformas pendientes y estas no se aprueban, no llegarían los fondos y se retrasaría la ejecución tanto de las reformas como de la inversión. Esto podría ser un problema para nuestras empresas, debemos impulsar la inversión no paralizarla.
Próximos presupuestos
– ¿Qué pediría para los presupuestos de 2025?
A los presupuestos de 2025 les pediríamos una mayor disciplina presupuestaria, dados los niveles de déficit y deuda pública que tiene la economía española que superan la media de la Eurozona y suponen un foco de vulnerabilidad ante cualquier shock externo e interno. La propia Comisión Europea, en su documento “In-Depth Review 2024” para España, sostiene que las medidas para reducir el desequilibro de las finanzas públicas han sido muy limitadas en los últimos años y señala la necesidad de hacer un esfuerzo adicional para elaborar una estrategia fiscal creíble que garantice, sobre todo, una reducción significativa de sus altos niveles de deuda pública y déficit estructural.
Desde nuestro punto de vista, esta mayor disciplina debe venir de la vertiente del gasto público, siendo más eficiente, y no elevando la presión fiscal, dado que esta no ha dejado de crecer en los últimos años. Hay que recordar que estamos en máximos de recaudación fiscal y que hemos estado superando esta barrera año tras año a pesar del retraso en la recuperación de la economía española tras la pandemia.
“Impuestos a la carta”
– También ha mostrado su total rechazo por los “impuestos a la carta” (energéticas y banca). ¿Están hablando con el Gobierno para solucionar esta cuestión?
El Gobierno conoce nuestra opinión por múltiples declaraciones y vías, destacando varios estudios que hemos realizado a este respecto. Me gustaría destacar el informe monográfico del Instituto de Estudios Económicos (IEE) que está elaborado por expertos y que cuestionaba con rigor la legalidad y oportunidad de estos impuestos. De cualquier modo, nos preocupa que unos impuestos que nacieron con carácter extraordinario y temporal se puedan convertir en permanentes, con lo que podría suceder que, en el futuro, en un ejercicio con pérdidas, tuvieran que pagarse también estos impuestos.
– ¿Cómo están contribuyendo las empresas de mayor trayectoria a crear riqueza y empleo para nuestra sociedad?
El otro día leía un dato que decía que tres de cada diez sociedades fundadas en 2019 ya han desaparecido. Y pensaba que los empresarios son héroes sin capa que debemos proteger e impulsar. Poner en valor el papel de los empresarios y apoyar a las empresas debe ser prioritario si queremos seguir teniendo una sociedad pujante y próspera.
Las empresas españolas, las pymes y los autónomos estamos comprometidos con España y los españoles, con su empleo, y apostamos por un país en el que haya estabilidad política y calidad normativa para generar un clima de inversión favorable. Esas empresas de larga trayectoria nos dan un ejemplo a todos de esfuerzo y de compromiso con su territorio, su país, sus trabajadores y su entorno. Ojalá tengamos más empresas duraderas y más grandes que ejerzan de tractoras para su territorio, para otras empresas y para la sociedad. No nos olvidemos de que las empresas no son el problema, sino la solución