Martes, 07 de Mayo de 2024
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La economía valenciana tiene una buena y una mala noticia (y es la misma)

La economía valenciana tiene una buena y una mala noticia (y es la misma)

La economía valenciana tiene un grave problema de baja productividad. La buena y la mala noticia, al mismo tiempo, es que la competitividad de las empresas valencianas se mantiene por debajo de la media nacional del 25%. El dato, por tanto, que se sitúa en un 23,7%, no mejora significativamente, pero tampoco empeora significativamente.

Así se ha apuntado durante la presentación del último informe del Observatorio sobre Gobierno, Estrategia y Competitividad de las Empresas (GECE), elaborado por el Ivie y Caixabank, que analiza la evolución de la competitividad en las empresas valencianas entre 2014 y 2021.

De izda. a dcha. Enrique Nogués, Alejandro Escribá, Felipe Pulido, Jorge Escarpa, Sofía Frasquet y Joaquín Maudos

De izda. a dcha. Enrique Nogués, Alejandro Escribá, Felipe Pulido, Jorge Escarpa, Sofía Frasquet y Joaquín Maudos

La competitividad empresarial valenciana

El porcentaje de empresas altamente competitivas de la Comunitat Valenciana ha crecido 0,4 puntos porcentuales en la última década, hasta situarse en el 23,7%. Sin embargo, este ligero aumento no ha permitido alcanzar la media nacional del 25% que se toma como base.

Las empresas de alta competitividad aportan el 53,8% del PIB, pero su peso se ha reducido en 4,4 puntos porcentuales desde 2014, cuando generaban el 58,2% del valor añadido de la economía valenciana. Lo mismo ocurre en el caso del empleo, ya que mientras en 2014 las empresas más competitivas generaban el 48,4% del trabajo del sector privado, en 2021 se reduce 5,4 puntos porcentuales, hasta el 43,8%.

Por el contrario, ha aumentado el peso de las empresas de competitividad media-baja y baja en el PIB desde el 17,4% de 2014 al 21,8% de 2021. Esto significa que el valor generado por las empresas en la Comunitat Valenciana proviene cada vez más de compañías con niveles de competitividad modestos.

¿Importa el tamaño de las empresas?

¿Es el tamaño empresarial un factor competitivo realmente? Lo cierto es que las grandes compañías actúan como motores de la economía. Y eso que, en la Comunitat Valenciana, las microempresas (66,8%) y pequeñas empresas (27,5%) suman el 94,3% de las que operan en el territorio, mientras que las grandes apenas son el 1%.

En el total nacional los datos son similares, aunque con mayor relevancia de las grandes empresas, un 1,3% del total, y menor prevalencia de las micro (65,7%). Desde 2014 el peso de las grandes se ha mantenido estable en la Comunitat Valenciana, mientras que en la media nacional ha disminuido 0,2 pp. En cuanto a las micro, han reducido su peso tanto en la Comunitat (-1 pp) como en España (-0,3 pp).

La mayor presencia de microempresas y el déficit relativo de grandes empresas en la Comunitat Valenciana suponen una dificultad importante a la hora de afrontar una potencial mejora de la productividad, según han indicado.

En concreto, las grandes empresas valencianas aportan el 43,9% del PIB, mientras que las españolas representan un 57,7%. Una diferencia de casi 14 puntos que se explica, según el informe, por su menor número en la economía (1% respecto al 1,3 español). Algo similar se observa en la generación de empleo, hay una diferencia de 6,6 puntos entre el 41,6% que aportan las grandes empresas valencianas y el 48,2% de la media nacional. Esta brecha constituye un hándicap en la capacidad del territorio para afrontar los retos asociados a la innovación, la internacionalización o la digitalización.

Competitividad por sectores

Si se analiza la competitividad por sectores de actividad, los resultados muestran que el grueso de la especialización se concentra en sectores con baja intensidad tecnológica y de conocimiento, lo que lastra la competitividad global del territorio a largo plazo.

Las empresas con niveles de competitividad alto tienen mayor presencia en ramas de actividad con escaso peso en la economía regional. En total, de los 18 sectores en los que se divide la economía valenciana en el informe, solo en siete de ellos (cuyo peso se reduce al 22% sobre el PIB de la región) el nivel de competitividad se sitúa por encima de la media nacional.

Se trata de Agua y saneamiento, Información y comunicaciones, Finanzas y seguros, Educación, Sanidad, Industrias extractivas y otros servicios (actividades asociativas, servicios personales…).

Dos casos de éxito: Jumel Alimentaria y Sp-Berner

La profesionalización de Jumel Alimentaria

Jumel Alimentaria es una empresa familiar situada en la población valenciana de L’Alqueria de la Comtessa, donde cuenta con más de 16.000 metros cuadrados de instalaciones. Fundada en 1979 por Federico Frasquet, actualmente está dirigida por la segunda generación familiar.

Sofía Frasquet, CEO de Jumel Alimentaria, ha explicado que una de las primeras cosas que entendió la segunda generación cuando cogió las riendas de la compañía era que tenían que «profesionalizar» la empresa.

«Creamos departamento clave para esto como el de I+d+i o el de Seguridad alimentaria. Ahora, hemos entrado de lleno en la digitalización y la industria 4.0. También tiene un papel destacado, por supuesto, la sostenibilidad. Nuestro objetivo, en este sentido, es llegar a ser una empresa 100% de economía circular», ha comentado.

Los tres pilares de Sp-Berner

Sp-Berner es otro caso de empresa familiar de éxito. En 1964, Julián Escarpa, su fundador, comenzó a inyectar piezas de plástico en casa a pequeña escala. En la actualidad, con la tercera generación al frente del negocio, son un referente en la transformación de plásticos reciclados mediante tecnologías de inyección, fabricando productos que se encuentran en los principales lineales de la gran distribución nacional e internacional. Sp-Berner exporta a más de 50 países.

Su CEO, Jorge Escarpa, ha apuntado a cómo la sostenibilidad «forma parte del ADN de la empresa desde los inicios». ¿Pero cómo se alcanza la competitividad empresarial? «Trabajar con grandes clientes nos obliga a ser muy competitivos. Pero, sin duda, los tres pilares fundamentales son los métodos, los indicadores y las personas», responde.

Métodos, es decir, «contar con estándares claros. Para ello, hace unos años creamos un departamento de auditorías internas, que ha sido clave para la reinvención de la empresa». Indicadores que «estén vivos y que van cambiando para ayudarnos a tomar mejores decisiones. Es importante que lo estratégico y lo operativo tengan coherencia». Y, por último, las personas, ya que son «la clave del éxito o el fracaso de la compañía».

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