La edad sí era un número: Cómo dejarlo todo y emprender más allá de los 60
El talento sénior en España emerge como una fuerza laboral valiosa y, sin embargo, subestimada. Los profesionales mayores de 50 años demuestran cada día que la edad -y no es una simple forma de hablar- es solo un número cuando se trata de contribuir al éxito empresarial y a la innovación.
Un informe de Randstad Reseach arroja datos muy significativos sobre este tema. Juzguen ustedes mismos: el crecimiento de la población entre 50 y 64 años crece cada año un 2% y representa en la actualidad el 26% de la población en edad laboral. Casi una de cada tres personas activas tiene más de 50 años. El 32% de los ocupados tienen entre 50 y 64 años de edad. Un potencial ignorado que, no obstante, es un pilar del mercado de trabajo de nuestro país.
Firme defensor de esta creencia es Alan D’Silva. Un emprendedor al que, de verdad, la edad no le importa lo más mínimo. Dejémoslo en que D’Silva cuenta con algo más de 60 primaveras -por aquello de que es de mala educación hablar en público de la edad de los demás. Una edad como cualquier otra para decidirse a poner en marcha su primera empresa.
Exsocio de una de las consultoras más importantes a nivel mundial, PwC, con una carrera de 30 años en el sector de la auditoría, un buen día nuestro protagonista decidió poner en marcha su primera empresa. Una startup, además. Valitae.
El renacer del talento sénior
Uno podría pensar que tras una experiencia laboral de más de tres décadas ya está todo dicho. ¿Para qué iba alguien a lanzarse a emprender, con todos los dolores de cabeza y desafíos que esto representa? D’Silva lo explica así: «Durante mis más de 30 años en PwC, tuve la oportunidad de acumular una valiosa experiencia y conocimientos en diversos campos en el ámbito empresarial. Mi carrera en la firma me brindó la oportunidad de observar de cerca la evolución del panorama empresarial e identificar oportunidades y desafíos».
La razón principal, explica a este medio, para la transición hacia el emprendimiento -en este caso, en el sector de la automoción- radicaba en su deseo de aplicar las habilidades y conocimientos acumulados. «Observando el entorno empresarial actual detecté oportunidades en el mercado automotriz, donde la mayor parte de compradores de coche realizan un gasto muy significativo, pero no evalúan los riegos asociados con dicha compra», expresa.
¿Un resumen? «El emprendimiento me brinda la libertad y flexibilidad para explorar nuevas ideas y soluciones, además de poder trabajar en entornos ágiles y creativos, donde la capacidad de tomar decisiones rápidas es fundamental para intentar alcanzar el éxito».
Los desafíos de un emprendedor de más de 60 años
Aunque no todo iba a ser un camino de rosas. Emprender a los 20 años conlleva numerosos retos y dificultades; a los 60, se multiplican. La clave para ‘no morir en el intento’ reside en dos variables: «Agilidad mental y adaptabilidad».
En cuanto a los desafíos, D’Silva comenta que uno de los más notables es «estar al día por los cambios tecnológicos, comportamientos de consumidores y de irrupción de competidores imprevistas». Sin embargo, la experiencia acumulada ayuda a afrontar estos desafíos: «Anticipar los impactos y consecuencias de las tecnologías emergentes puede ser un desafío. La familiaridad con las últimas tendencias tecnológicas y la capacidad de entenderlas para buscarles el sitio en tu negocio. En este sentido, para mí, personalmente, no ha sido un hándicap porque en mi vida profesional estaba muy vinculado con las empresas en el sector de tecnología y telecomunicaciones».
Emprender a los 20 vs. Emprender a los 60
«Pueden existir más dificultades en comparación con emprender a los 20, pero creo que la perspectiva cambia», apunta respecto a la diferencia generacional. Aunque reconoce «carecer de la misma agilidad mental y resistencia física que tenía en mi juventud», presume ahora de «una visión estratégica más clara y una comprensión más profunda de los retos en crear y gestionar empresas».
La red de contactos y las relaciones comerciales que ha cultivado a lo largo de los años también son activos valiosos. Por ello, «veo diferencial la creación de un equipo equilibrado, este reto lo asumimos en las primeras fases del proyecto, donde es muy importante analizar las habilidades y propuesta de valor de cada miembro, este punto ha sido diferencial para el éxito de Valitae».
¿Por cuenta propia o ajena?
Según el III Mapa de Talento Sénior, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación Mapfre, uno de cada tres autónomos en España son sénior, es decir, casi un millón de personas; mientras que tan solo uno de cada diez son jóvenes (menores de 35 años), esto es, 189.000 personas.
«Creo que trabajar para empresas privadas antes de emprender puede proporcionar una valiosa experiencia y conocimientos que son fundamentales para el éxito empresarial», afirma rotundo el directivo. ¿Y cuáles son estos conocimientos fundamentales? En su opinión, la exposición a la dinámica empresarial, la gestión de equipos, la toma de decisiones estratégicas y la comprensión de las complejidades del mercado. «La empresa privada puede brindar las herramientas necesarias para consolidar conocimientos y dinámicas de trabajo, que son beneficiosas y ahorrarán tiempo y dinero en tu fase inicial de emprendimiento», concluye.
El puzle generacional
¿Qué aporta el talento sénior a una organización? «Una combinación única de experiencia, estabilidad, perspectiva y visión estratégica. Mi historial me ha proporcionado un conocimiento profundo de los negocios y una comprensión de cómo enfrentar desafíos empresariales de manera efectiva. Mi madurez empresarial me permite tomar decisiones complejas de forma calmada y liderar y motivar a los equipos. Además, estoy comprometido con compartir mi experiencia contribuyendo al desarrollo profesional de los miembros».
Y es que, en ocasiones, el puzle generacional ‘joven vs. sénior’ no es fácil de encajar en las empresas. «Desde mi perspectiva como profesional sénior, considero que es esencial fomentar un ambiente laboral inclusivo y colaborativo. He encontrado que la mentoría inversa es una herramienta valiosa, donde puedo aprender habilidades tecnológicas actuales de mis colegas más jóvenes, al mismo tiempo que comparto mi experiencia. La formación cruzada es otra estrategia efectiva, ya que permite a los empleados de diferentes generaciones compartir conocimientos y habilidades», apostilla.
Además, «creo en la importancia de una comunicación abierta y celebrar la diversidad de perspectivas para construir un equipo fuerte y cohesionado».
Innovar en el sector de la automoción
El sector de la automoción está experimentando una transformación significativa con avances tecnológicos, cambios en las preferencias del consumidor y la necesidad de adoptar prácticas sostenibles. Como emprendedor, D’Silva no pasa por alto esta realidad: «Quiero estar a la vanguardia de esta transformación, contribuyendo con soluciones y modelos de negocios innovadoras y estrategias que impulsen el crecimiento sostenible de las empresas en este sector tan dinámico».
En Valitae, ofrecen un servicio revolucionario: un informe certificado para vehículos de segunda mano. El equipo proporciona peritajes profesionales que brindan seguridad y transparencia en la compra o venta de automóviles usados.
«El mercado de la automoción históricamente ha sido y sigue siendo muy competitivo, al disponer de puntos muy atomizados de compra, donde la guerra de precios siempre está presente para intentar ofertar al cliente la mejor opción, a lo que hay que sumar las guerras reputacionales entre marcas. Por ello, la presión de los profesionales de la automoción es máxima, siempre tienes que estar al día innovando y mejorando la experiencia de cliente», reflexiona.
Motivos para emprender
A un emprendedor sénior, D’Silva le aconsejaría aprovechar al máximo la experiencia acumulada a lo largo de los años: «La madurez empresarial es una ventaja significativa, confía en tu intuición y sabiduría al tomar decisiones».
En un mercado tan competitivo y dinámico esta experiencia puede ayudar a tu empresa a ir con una marcha más respecto a posibles competidores. Además, mantenerse actualizado con las tendencias del mercado y adoptar una mentalidad ágil «es clave para la adaptación continua del negocio».
Otro aspecto clave, en su opinión, es rodearse de gente con talento, «especialmente de jóvenes, compartir conocimientos con ellos, también aprender de ellos y dejar que tomen decisiones y asumir responsabilidades, pero siempre estar disponibles para apoyarles».
Emprender, queda claro después de charlar con el exsocio de PwC, es un camino abierto a cualquiera, «independientemente de su nivel de experiencia». Sobre todo, a tener en cuenta estas tres claves:
- Mantener una mentalidad abierta para aprender de los éxitos y fracasos.
- Buscar retroalimentación constantemente.
- Construir relaciones sólidas.
«Cuando charlo con colegas del emprendimiento me hacen muchas preguntas, pero la respuesta, sencillamente, puede ser común para todas ellas: ‘Analiza tus errores, ten la resiliencia necesaria e implanta la pasión por el negocio’. Estos puntos son los motores esenciales para superar los desafíos que aparecen en el camino», expone.
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