Miércoles, 01 de Mayo de 2024
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Jaime Montalvo, CCE: «Las empresas deberán adaptarse a un mayor proteccionismo»

Jaime Montalvo, CCE: «Las empresas deberán adaptarse a un mayor proteccionismo»

En los últimos diez años, España ha mantenido su cuota en el mercado mundial con más de un 1,7 % en las exportaciones de bienes y cerca del 2,3 % en las de servicios. El buen comportamiento de nuestro sector exterior se ha traducido en una balanza por cuenta corriente con saldo positivo desde 2012, incluido en los años difíciles de la pandemia. Ese buen comportamiento ha sido fruto de la apuesta de nuestras empresas por la internacionalización tras la crisis de 2008.

Sin embargo, el complejo escenario internacional actual se ha traducido en una ralentización de nuestras exportaciones de bienes, que sólo han crecido un 0,3 % interanual de enero a septiembre de 2023, habiéndose reducido mucho más las importaciones. Con todo, nos mantenemos en una situación comparativamente mejor que los países de nuestro entorno.

Estas son las tendencias del comercio internacional afectan de lleno a una economía exportadora como la española. Jaime Montalvo, director de Internacional de la Cámara de Comercio de España nos da algunas claves para el nuevo año.

Previsión y condicionantes

– De cara a 2024, ¿cuál es la previsión que manejan?

Las previsiones de Cámara de España para 2024 son algo más conservadoras que las de las principales instituciones privadas. Apuntan a un crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios del 1,2 % (frente al 1,8 % de media de estas entidades) y a un aumento de las importaciones del 1,1 % (frente al 2,2 %).

– ¿Qué factores nos condicionan?

En primer lugar los factores de demanda, el crecimiento de las economías a las que exportamos, en general la UE y Reino Unido a donde se dirigen cerca del 67 % de nuestras ventas exteriores. Pero no es menos cierto que hemos recibido también el impacto de shocks de oferta negativos: la covid-19, problemas en el suministro de inputs como los semiconductores, escasez y aumento de precios o auge del proteccionismo. Sólo una mayor competitividad de nuestros bienes y servicios nos ha permitido resistir relativamente mejor que muchos de nuestros competidores.

– ¿Qué sectores se han visto más debilitados y cuáles más dinámicos?

Entre los sectores más impactados por la situación de los últimos años destacan el turismo y la automoción, que han repuntado con vigor en 2022 y 2023, sobre todo el primero que ha vuelto a niveles de prepandemia.

En general, observamos mayores dificultades en sectores intensivos en energía y componentes externos que están sufriendo mayores costes y vemos mayor dinamismo en los de tecnología y vinculados a la sostenibilidad, bienes de equipo como productos de consumo y, por supuesto, servicios de valor añadido incluido, lógicamente, el turismo.

Tensiones y desafíos

– ¿Cuáles considera que son los desafíos más importantes a corto plazo?

Uno de los mayores retos que enfrentan las empresas en su internacionalización es el de su competitividad, que en el complejo escenario actual pasa por la digitalización y la innovación tecnológica, pero también por el control de costes y la seguridad en sus suministros y el conjunto de su operativa. Esto es especialmente relevante para aquellas más integradas en las cadenas globales de valor.

Un desafío no menos importante es el de adaptarse a una nueva dinámica de mercado marcada por un mayor proteccionismo –medidas activas de defensa comercial puestas en marcha por varios países–, así como el creciente encarecimiento de la financiación.

– ¿Las tensiones geopolíticas siguen empañando el dinamismo?

Siguen teniendo un impacto relevante, no tanto en la reducción del volumen como en la reestructuración de las cadenas de suministro (donde se prima ahora la resiliencia sobre la eficiencia); así como en la fragmentación de mercados.

Las medidas de coerción económica, por un lado, y las sanciones, por otro, tienen como consecuencia no sólo una reducción, sino sobre todo, una desviación del comercio hacia nuevos clientes o proveedores, pero la situación no es neutral para las empresas que se ven afectadas.

Oportunidades en el comercio exterior

– ¿Qué oportunidades observan?

Por un lado, existe una muy potente agenda europea desarrollando proyectos vinculados a la transición verde y a la transformación digital; a la que se añade en el caso español el dinamismo de sectores como el agroalimentario, la salud y productos y servicios de alto valor añadido con los que nuestras empresas pueden crecer en el exterior.

Por otra, contamos con el marco que abren los nuevos acuerdos comerciales de la UE y los numerosos instrumentos de promoción, información y financiación, como palancas de oportunidad para las empresas.

– ¿Cuáles son algunas estrategias clave para estimular el comercio exterior?

Buena gestión de la información, control de costes, innovación y adaptación al mercado, y diversificación y aseguramiento de riesgos. Cada empresa tiene una realidad distinta y su flexibilidad, visión, constancia y capacidad de anticipación serán también claves.

Tendencias y nuevos instrumentos

– ¿Qué tendencias afectan a las actividades comerciales internacionales?

Las empresas son muy conscientes de los efectos que la revolución tecnológica está teniendo en los nuevos patrones de la demanda y en los canales que se abren en el comercio internacional. Identificarlos e incorporarlos en la estrategia de venta resulta fundamental para mantener su posición en los mercados. En cuanto al tamaño, sin perjuicio de la eficiencia que proporcionan las economías de escala, las pequeñas empresas están jugando un papel importante en nichos de mercado y en nuevos sectores basados en la innovación.

– ¿Qué nos puede comentar de los nuevos instrumentos europeos de defensa comercial, como el mecanismo antisubvención o el control de las exportaciones y de las inversiones?

Estos instrumentos se enmarcan en la necesidad de preservar la autonomía estratégica abierta de la UE plasmada en el concepto de “seguridad económica”. La UE apuesta por un cambio internacional basado en reglas, por valores que no sólo se defienden apostando por el multilateralismo sino también manteniendo nuestra capacidad de proteger los intereses estratégicos de una industria, como la europea, comprometida con los mayores estándares de sostenibilidad.

Considero que se trata de instrumentos proporcionados a determinadas amenazas al “fair play” en materia de comercio e inversiones.

– Ha incidido en que la tecnología y la digitalización son claves…

Determinante en la competitividad internacional de las empresas. Afecta a procesos internos y a la relación con clientes y proveedores por igual. La tecnología y la digitalización han sido los motores de la globalización, pero al mismo tiempo, sólo un uso adecuado de las mismas podría evitar que ese proceso se detenga.

Perspectivas de futuro

– ¿Y cómo está influyendo la sostenibilidad en las dinámicas del comercio exterior?

La sostenibilidad no es ya una opción sino una necesidad, no sólo a la hora de acceder o mantener mercados, donde ya es una exigencia, sino incluso a la hora de conseguir financiación propia (accionistas) o ajena, en los mercados internacionales.

– ¿Qué perspectivas para el futuro de la economía española seguirá teniendo el comercio exterior?

El sector exterior está llamado a seguir teniendo un papel fundamental en el crecimiento de nuestra economía. Somos un país abierto, dinámico y plenamente integrado en las cadenas de valor, con empresas competitivas que han consolidado su vocación internacional. Desde las administraciones es imprescindible continuar apoyando, tanto a nivel nacional como europeo, al sector exterior y las cámaras estamos en primera línea junto a todos ellos.

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