Sábado, 27 de Abril de 2024
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El Síndrome de Burnout amenaza las empresas, ¿qué es y cómo detectarlo?

El Síndrome de Burnout amenaza las empresas, ¿qué es y cómo detectarlo?
María José Gisbert, Técnico Referente en Psicosociología en Valora Prevención

El síndrome de burnout se entiende como el conjunto de signos y síntomas que se manifiestan durante un tiempo y que se caracterizan por un agotamiento emocional, la despersonalización o la insatisfacción o poca realización personal en el trabajo. Se considera una respuesta al estrés laboral crónico que presenta malestar y sentimientos negativos hacia el trabajo o hacia las personas.

En concreto, se traduce principalmente en:

Agotamiento emocional: el estado de cansancio afectivo en el que el trabajador no puede más debido a trabajar atendiendo a personas y en condiciones no adecuadas para el trabajador.

Despersonalización: consiste en la deshumanización y endurecimiento afectivo. Los profesionales con síndrome de burnout se vuelven insensibles y cínicos con los pacientes, clientes o usuarios que atienden.

Poca realización profesional: sensación de descontento e insatisfacción consigo mismo y con el trabajo realizado.

¿Cómo afecta a la salud?

El síndrome de burnout puede derivar en consecuencias para la salud de la persona que lo padece, con la aparición de consecuencias físicas como puedan ser  caída del cabello, contracturas musculares, problemas dermatológicos, cardiovasculares, digestivos, intestinales, sexuales o respiratorios, puede contribuir a padecer más enfermedades como resfriados e infecciones o puede manifestar consecuencias psicológicas con problemas emocionales y psicopatológicos, afectando a la autoestima, a la salud, al bienestar y a la calidad de vida de la persona.

También puede conducir a trastornos del estado del ánimo (como la depresión) y trastornos de ansiedad, o generar adicciones como el consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias psicotrópicas o estupefacientes, adicción al juego o las compras compulsivas.

Es por ello, que el síndrome de burnout debe abordarse de forma global, con técnicas en tres ámbitos complementarios: Técnicas orientadas al individuo, al grupo o colectivo/equipo y a la organización laboral.

A nivel individual

Se trata de mejorar los recursos de protección o de resistencia para afrontar de forma más eficiente los estresores propios de la función laboral y potenciar la percepción de control, la autoeficacia personal y la autoestima.

Desde la perspectiva cognitiva es esencial hacer frente a las cogniciones erróneas o desadaptativas, como expectativas irreales y falsas esperanzas. También pueden utilizarse técnicas de entrenamiento en relajación, de autorregulación o control, de gestión del tiempo, de mejora de habilidades sociales, etc.

A nivel grupal

Es preciso fortalecer los vínculos sociales entre los trabajadores, favorecer el trabajo en grupo y evitar el aislamiento. Formarles en estrategias de colaboración y cooperación grupal, así como promover y planificar el apoyo social en el trabajo. Para ello se recomienda realizar grupos de apoyo para discutir la relación con el trabajo por parte de los profesionales.

Otro factor importante consiste en dirigir bien y con un estilo adecuado. Formar a los gestores en ello mediane entrenamiento en habilidades sociales. También es preciso establecer sistemas democráticos-participativos en el trabajo.

Todo ello contribuye a consolidar la dinámica grupal para aumentar el control del trabajador sobre las demandas psicológicas del trabajo. Una buena opción para ello es establecer trabajos de supervisión profesional (en grupo) a los trabajadores.

A nivel organizacional

Las organizaciones pueden desempeñar un papel crucial en la prevención y mitigación de este fenómeno, implementando estrategias específicas que aborden diversas áreas identificadas. Proporcionar oportunidades regulares de formación continua y desarrollo profesional es esencial. Esto no solo mejora la competencia laboral, sino que también brinda un sentido de logro y crecimiento, contrarrestando así el agotamiento.

Asimismo, aumentar el grado de autonomía y descentralizar la toma de decisiones empodera a los empleados, permitiéndoles tener un mayor control sobre su trabajo. Esta autonomía no solo fomenta la responsabilidad individual, sino que también reduce la carga percibida y contribuye a un ambiente laboral más saludable.

Adecuar la carga de trabajo a las capacidades individuales es otra de las medidas cruciales. Regular las demandas laborales y garantizar que sean manejables promueve un equilibrio adecuado entre desafío y capacidad, reduciendo así el riesgo de agotamiento. Ofrecer opciones de flexibilidad horaria permite a los empleados gestionar mejor su equilibrio entre trabajo y vida personal, reduciendo así el estrés asociado con rigideces en horarios laborales.

En conjunto, estas estrategias forman un enfoque integral para abordar el burnout a nivel organizacional, creando un entorno laboral que respalda el bienestar y el desarrollo sostenible de sus empleados.

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