La fuga de talento representa uno de los más apremiantes desafíos a nivel global de 2024 para las empresas y, por lo tanto, necesita de una atención prioritaria.

Se trata de un reto que enfrenta al mercado laboral en su totalidad y es esencial reflexionar sobre la mejor manera de fidelizar a nuestros profesionales. Esta problemática contribuye a la brecha de habilidades entre países desarrollados y en desarrollo, afectando tanto a los receptores de talento, que experimentan un impulso económico, como a los países de origen, que pierden recursos humanos clave. Abordar este desafío global demanda una acción coordinada a nivel internacional.

Pese a que debemos tomar conciencia de que una parte de la fuga de talento es natural, ya que los jóvenes necesitan explorar, desarrollarse en diversos roles y aprender de sus experiencias, también tenemos que advertir que existen aspectos que podemos evitar. A veces, descuidamos la comunicación y el apoyo a los empleados, lo cual es crucial, ya que son quienes impulsan el crecimiento de una empresa.

Cuando el talento se va, las consecuencias son graves: pérdidas económicas, disminución de la productividad, reducción del conocimiento de la empresa y su cultura, y menor competitividad en el mercado. Sin embargo, existen fórmulas para evitar esta fuga de talento, que van más allá de aumentos salariales o medidas de conciliación familiar; se trata de comprender a los empleados, conocer sus motivaciones y brindarles un papel relevante en los proyectos y la estrategia de la empresa. Su nivel de fidelidad se incrementa cuando se sienten valorados por parte de la empresa.

Como personas que estamos a cargo de equipos, debemos tener siempre en mente que la comunicación efectiva es un aspecto clave en la fidelización del talento. La creación de canales abiertos y honestos invita a los empleados a compartir sus pensamientos, inquietudes y sugerencias. Este diálogo no solo construye un ambiente de confianza, sino que también permite a la empresa evolucionar y adaptarse según las necesidades cambiantes de su equipo.

Es fundamental que los empleados conozcan las expectativas que la empresa tiene de ellos, al igual que la empresa debe comprender sus expectativas. Estas acciones, aunque requieren más tiempo, son más simples de lo que pensamos y generan un impacto significativo. Conocer la dirección de la compañía y sentirse valorado son aspectos vitales para el bienestar emocional de los empleados y, en consecuencia, para su desempeño y desarrollo profesional y personal, que tanto valor aportará al negocio.

Entender al trabajador no es solo un enfoque estratégico, sino una conexión humana esencial para nutrir la relación entre la empresa y su equipo. Cada empleado es una persona con metas, habilidades y aspiraciones únicas que van más allá de las responsabilidades laborales asignadas.

En este sentido, las empresas debemos centrarnos en hacer que los empleados se sientan bien, cuidando su bienestar emocional y permitiendo que desarrollen todo su potencial para contribuir al éxito del negocio. Quisiera concluir compartiendo una reflexión que considero valiosa: ¿Qué es más importante: el viaje o el destino? Mi respuesta es el equipo con el que comparto el viaje hacia un destino.