La inteligencia artificial ha llegado para quedarse y está transformando rápidamente nuestra sociedad. Desde sus primeros avances en el campo de las neuronas artificiales presentados por McCulloch y Walter Pitts en 1943, la IA ha evolucionado enormemente, permitiéndonos automatizar procesos y enfrentar nuevos desafíos relacionados con la auditoría y la propiedad intelectual.

Es comprensible que esta transformación genere preocupaciones, especialmente debido a la posibilidad de que algunos empleos sean reemplazados por la IA. Sin embargo, personalmente, creo en los beneficios que esta tecnología puede ofrecer y en su utilidad. Aun así, pienso que es necesario seguir trabajando para mejorar la IA y mitigar los posibles impactos negativos que puedan surgir.

Por ejemplo, al desarrollar y aplicar estas tecnologías, es importante tener en cuenta no solo los aspectos técnicos, sino también los éticos. Garantizar que se generen oportunidades de formación y reciclaje para aquellas personas que tengan empleos que se vean afectados por la automatización.

Un ejemplo destacado de la IA es ChatGPT, un modelo de lenguaje entrenado con muchos datos de texto. Posee la capacidad de comprender y generar respuestas en una conversación simulada. Esto lo convierte en una herramienta invaluable no solo para representantes de servicio al cliente, sino también para profesionales de ventas y estudiantes, al ofrecer información de referencia de manera rápida y, también, eficiente.

Si bien es cierto que algunos trabajos pueden verse menos afectados por la automatización, como aquellos que requieren creatividad o habilidades técnicas avanzadas, en sectores como la banca, las aseguradoras, las empresas financieras, el marketing y la generación de contenido, el impacto de la IA es total.

En el caso de profesiones como la programación, es probable que no desaparezcan por completo, pero se transformarán en algo diferente en el futuro. La IA tiene el potencial de ayudar a los programadores en tareas rutinarias y repetitivas, permitiéndoles enfocarse en tareas más complejas que requieren creatividad y resolución de problemas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la sustitución total de personas por tecnología rara vez ocurre, ya sea en la industria u en otros ámbitos. A menudo, la tecnología complementa y mejora las capacidades humanas en lugar de reemplazarlas. La IA puede automatizar y llevar a cabo análisis de datos complejos, pero las habilidades humanas, como la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico, siguen siendo valiosas y difíciles de replicar.

En el mundo laboral, la adopción de la IA ha demostrado tener un impacto significativo en la eficiencia y el rendimiento. Las compañías que logran implementarla de manera efectiva y ágil, presentan una ventaja competitiva, ya que pueden realizar más tareas en menos tiempo. Esto se asemeja a la transición que ocurrió en el pasado, donde las personas que dominaban herramientas como PowerPoint o Word superaron a aquellos que aún utilizaban máquinas de escribir, al menos, en un inicio.

Países como Alemania, han mostrado su rechazo a este tipo de cambios, debido a la protección de datos. En la compañía que dirijo, pfs, ya hemos adoptado la IA  sin comprometer la seguridad de los datos de los clientes. La prudencia y el cuidado en lo que compartimos no son medidas que debemos adoptar solo ahora, sino que deberíamos haberlas adoptado mucho antes. Es una cuestión de ser responsables con lo que compartimos. Tener una buena barrera de seguridad digital va a ser exactamente igual que tener una llave en la puerta y un pin en la tarjeta en un futuro no muy lejano.

Inicialmente, se darán grandes polémicas y conflictos de autoría, protección de datos y confidencialidad al adoptar la IA. Sin embargo, pienso que se acabará resolviendo positivamente, ya que la eficiencia y las ventajas que aporta serán factores determinantes.

Aunque existen desafíos y preocupaciones legítimas, con un enfoque adecuado, podemos aprovechar al máximo la IA para impulsar la eficiencia y el crecimiento empresarial. Aquellas organizaciones que se mantengan a la vanguardia en su implementación, estarán en una posición privilegiada y seguro que podrán obtener muchas ventajas competitivas.

La clave está en comprender cómo la IA puede complementar y mejorar las capacidades humanas, permitiendo a las empresas alcanzar un nivel de excelencia aún mayor en sus operaciones y servicios.