Los 4 proyectos pioneros que están democratizando la sostenibilidad
La sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático se están introduciendo cada vez más no solo como políticas de refuerzo de la responsabilidad corporativa de las empresas, sino como razón de ser de las mismas. Aunque queda mucho recorrido por delante, están apareciendo proyectos que apuestan, desde su propia fundación, por implementar procesos y desarrollar servicios que aseguren una transición sostenible de las industrias y la sociedad.
En esta ocasión exponemos cuatro proyectos innovadores que están cambiando la forma de consumir para avanzar hacia la sostenibilidad y reducir la huella de carbono. Hablamos con Luis Linares, CEO y cofundador de Eave, una startup especializada en la instalación de paneles solares en hogares de forma accesible y económica; y con Pablo Valverde, CMO y cofundador de Crowmie, plataforma que permite invertir en proyectos sostenibles a cualquier persona.
Contamos también con Germán Agulló, CEO y cofundador de GDV Mobility, empresa especializada en la distribución y reparación de baterías y recambios para vehículos eléctricos; y con David Lanzas, COO y cofundador de Aliqindoi, plataforma de compraventa de móviles de segunda mano que ha desarrollado un sistema para verificar el estado de los dispositivos de forma remota.
Eave: la startup que democratiza el autoconsumo de energía limpia
Los fundadores de Eave se dieron cuenta en 2019 de que mucha gente quería tener energía limpia, pero que muy poca gente la tenía. Lanzaron una encuesta a 500 personas en Canarias preguntando si querían energía verde. Todas dijeron que sí. Sin embargo, les preguntaron si la tenían y todos dijeron que no.
Decidieron entonces averiguar por qué la gente no se lanzaba a la compra y obtuvieron datos muy reveladores: el 40% dijo que consideraba caro poner una planta de autoconsumo en su vivienda; el 30%, que era muy complejo; el 20% pensaba que directamente era ilegal; y el 10% restante pensaba que no era recomendable para vivienda en alquiler.
Fue entonces cuando decidieron crear una alternativa que pusiera la energía verde al alcance de todos. «Nos dimos cuenta de que faltaba una propuesta de fotovoltaica sencilla de entender, instalar y comprar. Nuestro proyecto consiste en que cada uno pueda adquirir los servicios que permitan encender su hogar por primera vez con energía generada autónomamente», cuenta Luis Linares, director ejecutivo de Eave.
Así lo explica el CEO: «Igual que Spotify consiguió que tuviéramos cualquier canción disponible en nuestra mano por una cuota al mes, Eave trata de que puedas disponer de toda la energía que necesitas en tu hogar por una cuota mensual. Nos encargamos de que en menos de 30 días puedas consumir tu propia energía sin tener que pagar la instalación ni gestionar ningún permiso».
El sistema funciona gracias a acuerdos con entidades financieras que permiten «cuotizar» el servicio: «En vez de realizar un pago inicial de, por ejemplo, 7.000 euros, tienes desde el principio una cuota orientada a tu consumo y conseguimos que siempre sea más baja que lo que estás pagando ahora».
El año pasado Eave llegó a facturar 5 millones de euros en Canarias, sobrepasando todos los planes iniciales. «Nos expandimos hacia la Península con una tasa de crecimiento fuerte y con la esperanza de movilizar a muchas más personas», relata Luis.
Crowmie: invertir en proyectos sostenibles ya está al alcance de todos
Crowmie nace con la visión de cambiar la forma tradicional de inversión en el sector energético. Sus fundadores vieron la tendencia de la inversión tokenizada en el sector del real estate que se estaba dando en Estados Unidos y España, con varias empresas que estaban rompiendo los mercados de inversión en su sector.
«Vimos que podíamos trasladar el modelo a la energía, no solo ayudando en la entrada de inversión, sino también aportando valor en la transición energética y frenando el cambio climático», explica Pablo Valverde, cofundador y director de marketing de la empresa.
Haciendo uso de IA, big data, cloud computing y blockchain, el sistema de Crowmie consigue que cualquier persona pueda invertir en proyectos sostenibles desde 100 euros, sin limitaciones geográficas y sin burocracia. Además, los usuarios pueden vender sus tokens en la plataforma «tan fácilmente como si vendieran algo por Wallapop», asegura el responsable de la organización.
Los proyectos que se publican en la plataforma son de autoconsumo industrial y la rentabilidad de los proyectos se obtiene por la venta de la energía. Gracias al blockchain, los inversores pueden realizar y consultar las transacciones en la red y ver dónde se destina el capital invertido, lo que genera transparencia, seguridad y confianza.
GDV Mobility: la economía circular llega al mercado de vehículos eléctricos
En GDV Mobility están contribuyendo a la sostenibilidad desde la distribución. Evitan que cientos de vehículos acaben en desguaces y chatarrerías. También están desarrollando la economía circular con GDV Battery, la mayor fábrica de Europa de reacondicionamiento de baterías de vehículo eléctrico. «Esto viene por la necesidad de ofrecer un recambio de calidad que antes no teníamos en consideración», explica Germán sobre el origen de este proyecto.
Lo que empezó como un servicio de reparación ha acabado convirtiéndose en un modelo industrial en el que se consigue que baterías que antes se trituraban ahora se reparen y se extraigan de ellas muchos de sus componentes. De esta manera se consigue que sigan teniendo vida útil en acumuladores solares. En concreto, la compañía está logrando evitar que se destruyan cerca de 500 toneladas de baterías al año, lo que equivale a casi 20.000 toneladas de CO2 que dejan de emitirse a la atmósfera.
Aliqindoi: móviles de segunda mano testeados con IA
En Europa solo un 4% de los móviles se venden para darles una segunda vida. «Este porcentaje es ridículo comparado con otros sectores como el de la automoción, donde esa cifra es del 80%», afirma David Lanzas, CMO de Aliqindoi, la empresa que se ha propuesto cambiar esa realidad solventando el problema de la desconfianza en la compraventa de dispositivos electrónicos usados.
Se trata de una especie de Wallapop, pero con un aporte esencial: se usa tecnología para hacer un diagnóstico remoto de los productos electrónicos que se venden. A través de una aplicación que se descarga en el teléfono móvil, se comprueba su software y su hardware para garantizar que está en buen estado. Además, la plataforma mantiene el pago suspendido hasta la entrega y gestiona la logística de forma automática. Solo cuando el comprador recibe el dispositivo electrónico, lo valida y acepta, se libera el dinero.
«De esta forma se evita tener que encontrarse con un desconocido e intercambiar dinero en la calle», explica David. La visión de Aliqindoi es dotar a cada individuo, pequeña, mediana y gran empresa de las herramientas necesarias para ser parte de la economía circular de forma segura. ¿Su objetivo? Conseguir que no menos de uno de cada diez dispositivos electrónicos tengan una segunda vida en los próximos tres años.
La transición sostenible: una suma de pequeñas acciones
Uno de los hándicaps de la sostenibilidad es que, para alcanzarla, debe producirse un cambio global en el comportamiento de empresas y consumidores. Pero un cambio global no es más que una gran suma de muchas pequeñas acciones y contribuciones. ¿Cómo se puede lograr que la gente se una a este tipo de iniciativas? ¿Y las empresas?
Según Germán Agulló, esta es una cuestión recurrente en el área de las baterías: «Podemos conseguir que una batería que estaba muerta, tras tratarla, vuelva al 70% u 80% de su vida útil. Pero a la gente le cuesta ver que, reutilizando, puedes tener un producto que, aunque nuevo te durase 2 años, reutilizado te duraría 1,5 años. Lo más gracioso es que, por ejemplo, en vez de costar 400 euros, el reacondicionado cuesta 90 euros en algunos modelos. Pero creo que poco a poco la gente se va adaptando y creo que es cuestión de tiempo».
Pablo Valverde destaca que, aunque la transición energética «es algo que nos concierne a todos», «hasta ahora, era de difícil acceso el poder colaborar en el desarrollo de proyectos de energías renovables a no ser que tuvieras una gran capacidad de inversión». Con Crowmie esto se vuelve posible, pues cualquier persona puede invertir y ayudar a acelerar la transición apoyando proyectos de energía limpia. «Se puede conseguir que cualquier país sea autosuficiente y sostenible energéticamente aprovechando sus recursos naturales», asegura.
«Cada vez son más las personas, organizaciones y gobiernos que están tomando medidas para reducir su huella de carbono y adoptar prácticas más sostenibles», asegura por otro lado Luis Linares, y señala que, en el caso de su sector, «los datos respaldan que hay un aumento en la adopción de vehículos eléctricos y en el uso de energía solar fotovoltaica». Los datos también avalan, según el experto, que «la conciencia climática y medioambiental está ganando terreno en la agenda pública y es probable que siga aumentando».
David Lanzas, cofundador de Aliqindoi, manifiesta que «el principal motor de cambio a nivel global pasa por la concienciación de los consumidores y empresas». «Si tomamos como ejemplo que, según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA), cada ciudadano europeo genera 16 kg de residuos eléctricos al año y tenemos en cuenta que en Europa somos 751 millones de habitantes, podemos hacernos a la idea del impacto que podemos tener con pequeños gestos como darle una segunda vida a un dispositivo electrónico».
«El problema es que muchas veces, para los ciudadanos, tomar iniciativas de este tipo es complejo. Les supone costes o no perciben los beneficios que dicha acción supone para el medio ambiente o para sí mismos», lamenta el emprendedor. La misión que se han marcado en Aliqindoi es democratizar y facilitar el acceso a la economía circular «no solo a los agentes habituales como los acondicionadores y profesionales del sector, sino a todos los particulares y empresas a través de un ecosistema que permite optimizar los costes para todos los participantes».
El papel de las empresas para liderar la transición hacia la sostenibilidad
Luis Linares afirma que, si bien las campañas de sensibilización y la educación ambiental pueden ayudar a la sociedad a tomar decisiones informadas y responsables, es incluso más importante que «las empresas tomen medidas concretas para reducir su huella ambiental y social, comunicando de manera transparente sus avances en este sentido». «Es más, estamos seguros de que las empresas pueden liderar el cambio global al adoptar prácticas sostenibles en sus operaciones y productos, lo que motivará a sus clientes y proveedores a seguir su ejemplo», sostiene.
En cambio, Pablo Valverde cree en una transformación de la industria empujada por la ciudadanía: «Es un proceso lento, pero que gracias a las nuevas generaciones va teniendo más protagonismo en nuestra sociedad. Son sobre todo los jóvenes quienes presionan a grandes corporaciones a producir de una manera más sostenible y tener una mirada más crítica con las malas prácticas. Si los emprendedores dirigimos nuestra acción hacia la sostenibilidad y los consumidores siguen presionando, poco a poco empujaremos a toda la sociedad a detener el cambio climático».
Tendencias en sostenibilidad y energía limpia
Luis Linares señala que las fuentes renovables como la solar y la eólica se están convirtiendo cada vez más en la forma preferida de generar electricidad: «En muchos países, la energía renovable ya está reemplazando a los combustibles fósiles en la red eléctrica y esta tendencia probablemente continuará en los próximos años». Se espera también, según apunta el experto, una mayor adopción de tecnologías de almacenamiento de energía y un mayor enfoque en la eficiencia energética.
Desde Aliqindoi afirman que vamos por buen camino para conseguir un modelo de consumo sostenible y nos dan algunas cifras reseñables. En 2021 se movieron más de 251 millones de unidades de teléfonos inteligentes usados en todo el mundo, un mercado que incluye teléfonos inteligentes usados y renovados oficialmente (los reacondicionados). Para 2027 habrá más de 200 millones de envíos más que en 2021, lo que dará como resultado una tasa de crecimiento anual del 10,23%.
Para Pablo Valverde, los proyectos que más impacto van a tener en la reducción de la huella de carbono son «los que ayuden a acelerar el uso de energía 100% renovable tanto a consumidores como empresas». No obstante, considera que todo esfuerzo es útil y destaca aquellos proyectos que ayudan a hacer un consumo responsable de alimentos, llevar a cabo buenas prácticas de agricultura y ganadería o acabar con el fast fashion.
Circularidad y sostenibilidad en España
Las empresas en España se están dando cuenta de la importancia de introducir sistemas y procesos que aseguren la circularidad y la sostenibilidad. Germán opina que poco a poco se está observando un cambio: «Al final se están dando cuenta de que muchas veces la circularidad y sostenibilidad supone un ahorro económico. Y cuando se le añade el tema económico al social, a una empresa le resulta mucho más atractivo».
«Si nos vamos al territorio español, si todos los tejados tuviesen paneles fotovoltaicos tendríamos 1,1 veces la energía que necesitamos en todo el país». Luis Linares resalta este dato y explica su relevancia: España puede ser de los pocos países autosuficientes del planeta. «La gente se está dando cuenta de eso y de que vamos a ser una potencia a nivel europeo en renovables. Antes había más dudas, pero ahora prácticamente todo el mundo tiene interiorizado el autoconsumo en el hogar», asegura.
Instauración del vehículo eléctrico
El CEO de GDV Mobility pronostica un crecimiento acelerado del mercado de vehículos eléctricos en los próximos años. Cree, además, que una de las claves estará en la parte de postventa: «Si os dais cuenta, en el vehículo normal, una gran parte del negocio del sector es el servicio de postventa y mantenimiento, algo que está por crear en lo eléctrico. Por lo tanto, creo que van a crecer muchas empresas muy rápido en este nicho de mercado. El futuro lo veo con muchos players del mercado trabajando juntos para crear un gran sector».
«Tenemos la oportunidad de priorizar los recambios reciclados y es algo que la gente va agradecer. Lo único es que, por desgracia, para tener recambios reciclados tienen que haber llegado a fin de vida muchos, y por ahora no es el caso», agrega Germán.
La regulación marcará el paso de la transición sostenible
Los gobiernos y las empresas están estableciendo objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger el medio ambiente. Una gran parte de la responsabilidad en la implantación de la sostenibilidad recae sobre la legislación y la regulación. Sin embargo, en Economía 3 nos preguntamos si es lo más importante a la hora de conseguir grandes transformaciones.
Germán Agulló recalca la relevancia de avanzar en términos legales y regulatorios: «Cuando decimos que la regulación está por crear es en todos los sentidos. En cuanto a normativa, en el tema de baterías está todo nuevo. Hay un montón de talleres clandestinos de baterías donde reparan sin conocimiento, donde se están produciendo incendios, donde se repara sin cumplir la normativa y sin darle importancia a la contaminación».
Para Luis Linares, la legislación y la regulación son clave en todas las instalaciones donde se involucre la electricidad: «La seguridad es lo primero». Sin embargo, puntualiza que «es fundamental que estas no interfieran en el desarrollo de la tecnología, ya que los cambios que estamos impulsando son tan importantes como urgentes». «La legislación y la regulación deben jugar papeles muy importantes en la gestión eficiente y controlada de las ayudas para un uso adecuado de los recursos, pero sin entorpecer el paso firme al que debe adoptarse la tecnología», defiende.
El cofundador de Crowmie, Pablo Valverde, también considera fundamental una «legislación fuerte», sin la cual el proceso «se torna demasiado paulatino». «Si la sociedad empuja las buenas prácticas pero las grandes empresas no colaboran, no conseguiremos mucho. La ley nos ayuda a fijar qué está bien y qué no, y si se regula en pos de la sostenibilidad y se persigue a los infractores de esta, nos permitirá acelerar realmente el proceso de detener el cambio climático».
En opinión de David Lanzas, «la legislación es la base sobre la que pueden y deben cimentarse todas esas transformaciones, pero la clave finalmente está en la concienciación de empresas y consumidores». Destaca, no obstante, la necesidad de que haya iniciativas como el «derecho a la reparación» o la «lucha contra la obsolescencia programada». «Sin ellas, habría muchas trabas para que los usuarios particulares pudieran alargar la vida de sus dispositivos electrónicos por mucho que pusieran todo su empeño en ello», señala.
Financiación pública
Además del liderazgo sostenible por parte de las empresas, el CEO de Eave recuerda que existen incentivos y regulaciones gubernamentales que pueden fomentar la sostenibilidad: «En estos momentos contamos con los fondos europeos Next Generation que pueden reducir hasta en un 45% el coste de la instalación fotovoltaica. Además, el ciudadano podrá beneficiarse de las ayudas sobre el ICIO, de las bonificaciones sobre el IRPF y sobre el IBI en su municipio».
Por otro lado, el director de GDV Mobility cree que desde Europa se está apoyando bastante la transición a nivel económico, y menciona el Fondo de Innovación como un recurso en el que «se prioriza la sostenibilidad» y «dan apoyo en cuanto a financiación a proyectos con sostenibilidad».
Retos en sostenibilidad para los próximos 10 años
Germán Agulló cita como retos más importantes «cambiar el concepto de la gente, que entienda que se puede reutilizar, y que prioricemos reutilizar a comprar algo nuevo». Por su parte, Luis Linares prioriza «reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el cambio climático y satisfacer la creciente demanda energética de forma sostenible».
Esto tan fácil de resumir es, en palabras de Luis, muy difícil de conseguir: «Desde Europa se pautan deadlines para consecución de objetivos y hay mucho trabajo por hacer. Uno de los retos será el cambio de mentalidad hacia el nuevo futuro que se avecina donde se descentralicen los modelos energéticos, se comparta la energía o las fuentes de producción y nuevos modelos que aparecerán para un uso mejor de los recursos energéticos y materiales».
Para Pablo Valverde, los desafíos son claros: «Buscar una economía circular desperdiciando menos, reutilizando más e innovando por la sostenibilidad. Hacer fuerza en proteger la biodiversidad que por culpa de malas prácticas y el cambio climático estamos destruyendo. Y proteger bienes escasos como el agua, que es fundamental para la vida».