Como todos sabemos, y hemos padecido en mayor o menor medida, desde el inicio de la crisis sanitaria mundial iniciada en 2020 el paradigma internacional de comercio exterior no ha hecho más que cambiar drásticamente de forma ininterrumpida.

Previamente a la crisis de abastecimiento de materias primas generada por la pandemia y la variada respuesta política de los actores mundiales, ya habíamos asistido a una reducción de la oferta del transporte marítimo y a su consecuente aumento de precios. A la fiesta se unió la guerra de Ucrania, provocando la desaceleración y modificación del comercio internacional conocida y padecida por todos; una inflación de precios de materias primas, energía y transportes y una contracción de la demanda, tanto industrial como del cliente final.

Tras un período tan cambiante cabe preguntarnos desde Quimacova cuál ha sido la posición de la industria química española en general, y de la Comunitat Valenciana en particular, en busca de claves y estrategias que puedan echarnos un capote para este 2023 del que ya hemos apurado el primer trimestre.

Pese a todas las dificultades y contra viento (económico) y mareas (políticas y legislativas), la exportación de la industria química española alcanzó un valor de más de 57.000 millones de euros en 2022, siendo el segundo sector exportador más relevante de la economía española. Las empresas químicas de la Comunitat Valenciana hemos aportado más de 3.800 millones de euros a este montante, significando un 9,6% de todas las exportaciones de nuestra comunidad autónoma.

Estos datos confirman la recuperación de nuestro sector con respecto a 2020 ya observada en 2021, y su fortaleza para afrontar los retos sobrevenidos anteriormente citados. Como dicen mis hijas adolescentes: «Ni tan mal».

Pero ¿cuáles son las claves de esta fortaleza ante la tempestad? Y, sobre todo, ¿hacia dónde debemos dirigir nuestros esfuerzos en el futuro? Son preguntas ciertamente complejas que exceden la intención de este artículo, pero, sin entrar en matices, hay algunos aspectos muy relevantes que me gustaría destacar, más allá de cuestiones legales, logísticas o geoestratégicas.

En primer lugar, la diversificación de la industria química valenciana ha sido impresionante en estos últimos años. La región cuenta con una amplia gama de productos químicos de alta calidad, desde químicos inorgánicos hasta químicos orgánicos y plásticos, entre otros. Pero no solo hemos diversificado en la naturaleza de nuestra propuesta, sino que hemos diversificado el destino de nuestras exportaciones, áreas nuevas y aplicaciones nuevas. Calidad y diversificación hoy.

En segundo lugar, el desarrollo de nuevas tecnologías y productos innovadores en nuestra región nos ha permitido satisfacer las necesidades cambiantes del mercado global, respondiendo a los desafíos de sostenibilidad propios de nuestro tiempo. La investigación, el desarrollo y la innovación han sido elementos clave en este ciclo y son un cimiento sobre el que construir el futuro de la industria con garantías. Innovación y sostenibilidad hoy y para mañana.

Desde Quimacova el compromiso con estos aspectos viene ya de antiguo. El acompañamiento a los asociados dando soporte desde las distintas áreas de la asociación en el ‘todos los días’ de los exportadores químicos ha sido constante (formación, asesoramiento legislativo, misiones comerciales…) y es muy de agradecer en nuestro hoy exportador. Iniciativas como el Salón Eco Chemical Solutions, centrado en la sostenibilidad e innovación nos apoyan en el hoy y nos lanzan al futuro de la exportación química.