El Comité de Turismo y Competitividad de la Organización Mundial del Turismo (OMT) define el turismo gastronómico como «un tipo de actividad turística que se caracteriza por el hecho de que la experiencia del visitante, cuando viaja, está vinculada con la comida y con productos y actividades afines. Además de experiencias gastronómicas auténticas, tradicionales o innovadoras, el turismo gastronómico puede implicar también otras actividades afines tales como la visita a productores locales, la participación en festivales gastronómicos y la asistencia a clases de cocina. Por su parte, el enoturismo, un subtipo de turismo gastronómico, consiste en el turismo que tiene por propósito visitar viñedos y bodegas, realizar catas, y consumir o comprar vino, a menudo en el lugar en que se elabora o en sus cercanías».

Si bien la hostelería y el turismo se vieron afectados de manera importante por la pandemia de la covid-19, en 2021 la OMT apuntaba una recuperación del sector turístico que podía venir dada en un primer momento por la demanda de actividades en la naturaleza que permitiesen el disfrute de experiencias relacionadas con las tradiciones de la zona visitada. En este marco, cobra especial importancia la gastronomía, puesto que permite el acercamiento a dichas tradiciones y costumbres locales.

Según el Estudio del turismo gastronómico en España, realizado el pasado 2022 entre viajeros españoles por la empresa Dinamiza Asesores, el 20% de los mismos indicaba que la gastronomía marcaba el destino de sus viajes, mientras que casi el 89% consideraba la gastronomía como un factor que influía notablemente en la elección de su destino turístico. El tipo de viaje gastronómico, según este mismo estudio, presenta una duración de entre 3 y 5 días, si bien también cobran especial relevancia las escapadas de un par de días, modalidad elegida por más de la mitad de los turistas gastronómicos españoles. Además, los destinos cercanos y de proximidad (hasta 200 km) son los elegidos por casi el 45% de los entrevistados.

En este aspecto, es de destacar que la Comunidad Valenciana fue una de las que más se benefició de la recuperación del turismo en España (por detrás de Baleares y Canarias), siendo la demanda nacional la que más creció frente a la demanda internacional. Hay que subrayar, así mismo, el crecimiento de este tipo de turismo en cuanto al gasto realizado, situado por encima de la media del turista nacional.

Las previsiones de recuperación que apuntaba la Organización Mundial del Turismo se vieron confirmadas en el caso de la actividad turística en España, ya que, según datos de Exceltur, el sector obtuvo un crecimiento del 1,4% con respecto a los niveles prepandemia del año 2019. El turismo volvió a actuar como locomotora de la economía española, pues supuso un 61% de su crecimiento.

Sin embargo, a pesar de este crecimiento en el volumen de ventas, la realidad indica que los márgenes no han aumentado en la misma medida, debido, principalmente, al aumento de costes que, al igual que en otros sectores, están sufriendo las empresas turísticas. Así, el incremento de los costes energéticos, de los suministros y de los laborales ha estado muy por encima del incrementó medio de los precios, que fue del 6% según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Por ello, si bien los datos del sector turístico están siendo positivos, no se puede perder de vista la inestabilidad de la situación, que es motivo de incertidumbre para las empresas que lo componen. Así, según los datos del Observatorio 2022 de la Restauración de Marca elaborado por la consultora KPMG, Marcas de Restauración y NPD Group, la recuperación de la restauración se está viendo amenazada por una posible contracción de la demanda causada por el impacto de la inflación, que supone una perdida de poder adquisitivo para el consumidor, quien está modificando sus hábitos de consumo y limitando los importes destinados a gastos de productos y actividades no esenciales.

En definitiva, si bien 2022 ha supuesto un año de recuperación para el turismo y la restauración, no debemos perder de vista las posibles amenazas que pueden afectar al sector de cara a este 2023. A pesar de ello, y aunque a un ritmo más moderado que en 2022, 8 de cada 10 cadenas de la restauración de marca esperan seguir creciendo este año.