La tercera generación de una empresa centenaria española líder en su sector
La historia de Instituto Español, que tal y como afirma su director general, Vicente Granados, «ha vivido todos los momentos buenos y malos de la historia de España», comienza en 1903, aunque no forma parte de la familia hasta que su abuelo no la compra en subasta pública en 1982. Nuestro entrevistado representa ya la tercera generación.
«Mi abuelo y mi padre comenzaron a trabajar en Instituto Español, una empresa pequeña donde predominaba la perfumería y tenía marcas reconocidas como Ánfora de Oro, Chaqué, Noche Sevillana, etc.», explica.
Ambos comenzaron a desarrollar un catálogo con dos líneas de negocio: la perfumería y la de cuidado y bienestar. «A partir de este momento creamos productos como la línea de Aire de Sevilla y de Poseidón, que se venden en supermercados y perfumerías y que están por debajo de los 15 euros», incide.
La compañía, que facturó en 2022 54,5 millones y que forma parte del grupo Granados Royo, cuenta con otras dos líneas de negocio más. Una que engloba productos de cuidado personal como geles de baño, cremas hidratantes y aceites corporales. Y la segunda, que recoge una gama de productos destinados a pieles atópicas «que está funcionando muy bien», reconoce Granados.
La planta, donde se producen las 250 referencias con las que trabajan, está en Hinojos (Huelva). Su público objetivo es la familia. Es más, su eslogan es «Instituto Español, de familia a familia».
Instituto Español, 120 años de historia
– ¿Cuál es el leitmotiv de la compañía?
Nuestro objetivo es democratizar los conceptos. Es decir, ofrecer un producto de muy buena calidad a muy buen precio. Un ejemplo: si sufres dermatitis cutánea vas a buscar la solución a la farmacia y este tipo de productos, que no son medicamentos, tienen un coste elevado. Teniendo en cuenta que más del 15% de la población española tiene alguna patología cutánea, ¿qué hicimos? Recoger el concepto de farmacia y bajarlo al supermercado.
En definitiva, tratamos de leer el mercado y de esta forma nos diferenciamos de la competencia. Analizamos productos que necesita el consumidor, los bajamos al mercado, los hacemos atractivos y con muy buena calidad y a muy buen precio.
– ¿Qué empresas están bajo el paraguas de Granados Royo?
El Grupo integra Instituto Español de la que ‘cuelga’ Laboratorios Dermocosméticos, encargada de fabricar nuestros productos. Grupo Granados alberga también a GR Sevilla, que engloba apartamentos turísticos y patrimonio familiar; la bodega Colonias de Galeón en Cazalla de la Sierra (Sevilla); y Granados Agrícola centrada en la producción de aceites, entre otros productos.
Presencia en 62 países
– ¿Cómo y dónde se distribuyen vuestros productos?
De dos maneras. El 35% de nuestra facturación corresponde a exportación. Estamos en 62 países. Mientras que en el exterior disponemos de un distribuidor por país, en España contamos con una red de ventas integrada por doce personas. Así, estamos en prácticamente todos los supermercados del país. Entre nuestros principales clientes están Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Eroski, Consum, Masymas, Caprabo…
– ¿Vendéis a través de Amazon?
Es uno de nuestros principales clientes. Contribuye a nuestra facturación con un millón de euros. Nos relacionamos con Amazon de dos maneras o les vendemos nosotros directamente u otros clientes comercializan nuestros productos a través de su plataforma.
– ¿Fabricáis marca blanca?
No, siendo fiel a nuestra política de búsqueda de una buena relación calidad-precio entendemos que la marca blanca llega a ser uno de nuestros competidores.
Después de hacer una gran inversión en nuestra marca (Instituto Español) decidimos que todo el esfuerzo en marketing que realizáramos iba a ser sobre nosotros mismos. Ya que una gran verdad es que lo que sobrevive en el tiempo es la marca.
El talento de Instituto Español
– El 95% de vuestra plantilla está integrada por mujeres. ¿Cuál es la razón?
Cuando nos trasladamos a Hinojos en 1986, su población ascendía a 3.500 personas y las mujeres trabajaban en el campo. Pensamos que la mujer podía aportar mucho a nuestra compañía y decidimos que en nuestra plantilla solo tenían cabida las mujeres del pueblo y que nuestro horario iba a permitir la conciliación familiar –solo trabajamos de 7:00 h a 15:00 h–.
Para nosotros, ha sido importante siempre trabajar con mujeres en todos nuestros departamentos. Fue una iniciativa de mi abuelo y que mi padre llevó por bandera.
– ¿Qué otras políticas de captación y retención de talento lleváis a cabo en la compañía?
No atraemos talento, promocionamos el que tenemos. Contamos con profesionales muy válidos con un amplio conocimiento de la empresa y con un alto rendimiento.
Innovación
– ¿La innovación la desarrolláis a través de Laboratorios Dermocosméticos?
Eso es. Esta área está integrada por seis profesionales capitaneados por un director técnico graduado en Química, Farmacia y Óptica, encargado de llevar adelante la innovación para ser punta de lanza tanto en formatos como en formulación y lanzamientos.
De todas formas, estamos siempre pendientes del mercado ya que competimos con grandes multinacionales que cuentan con grandes presupuestos para innovación, desarrollo de nuevas técnicas y productos…
Por ello, tenemos que adaptar todos los lanzamientos que consideremos interesantes a nuestra empresa, a nuestra estructura y forma de trabajar. Eso significa que debemos ser muy ágiles y muy dinámicos.
Según nuestra propia política, el 8% de la facturación debe corresponder con nuevos lanzamientos en todas las líneas. Esto nos obliga a estar renovando el catálogo constantemente, estar despiertos y no dormirnos.
– ¿Habéis sufrido falta de materias primas? ¿Os habéis visto obligados a reformular algún producto?
2022 y 2023 han sido años para olvidar. Hemos sufrido escasez de materias primas. La base del gel estaba por las nubes, nos ha costado encontrar mucho la urea. Ha habido productos en los que hemos llegado a cambiar la formulación hasta cuatro veces. Pero es en estos momentos donde sale a relucir el buen hacer de nuestro equipo humano que han sido capaces de ofrecer el mismo producto con fórmulas diferentes.
Aunque pienso que el mercado de materias primas se está regularizando y los precios comienzan a estar estables.
Proyectos de futuro
– ¿Qué planes tenéis para 2023?
Ampliamos nuestras instalaciones. Actualmente contamos con 15.000 m2 de fábrica y 8.000 m2 de almacén y queremos ampliar 3.000 m2 más entre almacén y fábrica.
En cuanto a nuestra capacidad productiva estamos automatizando el proceso de fabricación de geles de baño. Vamos a conseguir que con solo darle a un botón, la receta y la fórmula estén hechas, lo que nos va a aportar rapidez y agilidad en el proceso de fabricación.
También tenemos previsto incorporar nuevos productos a la línea destinada a pieles atópicas que van a marcar un antes y un después. Estamos desarrollando también una línea de colonias de baño concentradas, dentro de la línea de ‘Gotas frescas’, uno de nuestros grandes éxitos de los últimos diez años. En total, pondremos 8 o 9 productos nuevos en el mercado.
Este año nos hemos propuesto seguir creando empleo de calidad. Actualmente, somos 268 personas y con la ampliación de la fábrica preveo que crearemos 15 puestos de empleo fijos.
En cuanto a la conquista de nuevos mercados, en estos momentos, nuestro principal cliente es EE.UU. y en Sudamérica estamos en todos los países menos en Argentina. Nos falta afianzarnos en Asia y estar presentes en países como Singapur y Camboya que tienen cifras elevadas de población y un alto consumo y puede ser interesante.
En Europa es donde menos presencia tenemos ya que se trata de un mercado muy maduro donde cuesta más entrar, pero no lo descartamos tampoco como un objetivo para este año. Nos faltaría llegar a Polonia. En Italia y Francia acabamos de entrar y en Alemania solo vendemos online.
Un impuesto «revolucionario»
– Otro de los grandes hándicaps del sector son los altos costes de la energía. ¿Cómo os están afectando?
Al estar en el entorno del Coto de Doñana fuimos pioneros en el autoconsumo. Es imposible abastecernos al 100%, pero sí que es verdad que hace diez años instalamos placas solares en el techo de nuestra fábrica. Ahora mismo, el autoconsumo alcanza el 65%. Una situación que nos ha venido muy bien para enfrentarnos al alza de los precios de la luz. A nosotros se nos ha duplicado la factura, pero somos de las empresas que menos lo hemos sufrido gracias a nuestra planta fotovoltaica.
Impuesto revolucionario
– ¿Cómo estáis gestionando el impuesto al plástico?
Desde mi punto de vista, se trata de un impuesto revolucionario. El gran problema es que no puedes abastecerte de plástico reciclado al 100%.
Hemos conseguido una botella con un 80% de plástico reciclado. Nosotros la lanzamos al mercado, pero conllevaba un incremento de precio. Finalmente, la retiramos porque el consumidor es más sensible al precio que al plástico. Además, pensamos que finalmente va a encarecer el precio final del producto.
– ¿En qué porcentaje incrementará el precio del producto final al consumidor el impuesto al plástico?
Depende del peso de cada producto. Creemos que entre tres o cuatro céntimos por unidad. El impuesto deben rehacerlo, No está bien pensado y estamos desinformados. A todo ello se suma que se trata de un impuesto que va con IVA.