Fundación Etnor AVE Grefusa Rolser Logifruit

Ética y valores para superar los obstáculos empresariales

Vicente Server, director general de Rolser comenta que «sin alma las empresas están avocadas al fracaso». Bernardo Gregori, director de Sostenibilidad, Relaciones Institucionales, Riesgos y presidente del Consejo de Familia de Grefusa, defiende los valores de su abuelo, fundador de la compañía, «la ética en los negocios, el trabajo constante y el esfuerzo tiene recompensa». Nuria Ballester, directora de Estrategia, Innovación y Comunicación de Logifruit, destaca la importancia de fomentar el «vínculo emocional» con los trabajadores porque «hacerlos participes asegura la supervivencia de la empresa a largo plazo».

La ética, los valores y la innovación, son el denominador común de las tres empresas valencianas que han participado en el seminario que organiza la Fundación Étnor y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). El frío y el viento no desanimó al público la noche del pasado jueves. La amplia sala de la sexta planta del hotel SH Valencia Palace se llenó y los empresarios invitados satisficieron las expectativas con una exposición sincera y muy animada sobre la trayectoria de sus compañías.

Logifruit comenzó su andadura en 1996. Es un proveedor de servicios logísticos especializado en la higienización, gestión y alquiler de envases reutilizables, proporciona envasado y transporte a más de 1.000 clientes. Cuenta con 1.225 empleados, 15 plataformas logísticas, una de ellas en Portugal, y maneja más de 18 millones de envases reutilizables. «Hay que hacer una escucha activa de los trabajadores, de todos los departamentos. Una escucha activa, de verdad. Saber que les preocupa, qué funciona mejor, dónde ven reflejados los valores de la empresa en su día a día. Para nosotros ha sido una lección muy interesante», explica Ballester.

Grefusa es una empresa histórica. Reconvertida a partir del 86 del tueste de frutos secos a la elaboración de snacks de cereales, Bernardo Gregori forma parte de la tercera generación de la empresa familiar fundada en 1929. La marca procede de la combinación del nombre de su abuelo; José Gregorio Furió. A partir de 1962, siguieron los hermanos gemelos, Agustín, padre de Bernardo, y su tío Alfredo. Ahora, en tercera generación, es Agustín, hermano de Bernardo, quién lidera el negocio.

La empresa valenciana firmó una alianza con la líder europea de aperitivos, Intersnack, con el objetivo de aumentar sus ventas internacionales. «Una empresa familiar de sexta generación que comparten nuestros valores y con la que hemos mantenido el accionariado». Unos valores definidos y concretos que aplican a todo y a todos. De hecho, cada empleado nuevo, debe firmarlo. Se trata de los Grefuvalores. Son siete: Somos uno; Somos cercanos; Dejamos huella positiva; Damos la cara: Nos atrevemos; Aspiramos a ser los mejores y Disfrutamos con lo que hacemos.

La competitividad de Grefusa está en los valores que cada generación ha ido transmitiendo a la siguiente. «Somos una empresa familiar y la cercanía es un valor clave. Nos gusta el contacto, reírnos juntos, pasar tiempo de calidad con nuestros equipos. Creemos en un modelo colaborativo, basado en la humildad, que huya de la prepotencia y de la gente “estirada”, porque no encajan en Grefusa», refleja la firma en su decálogo.

Para Rolser, empresa de Pedreguer con más de medio siglo a sus espaladas, ser autosuficientes, no depender de las entidades financieras y la estabilidad de la plantilla, son algunas de las claves del éxito de la compañía, las que la hace crecer, innovar y superar las etapas complicadas. En sus orígenes, en el altillo de la casa familiar, la empresa fundada por el matrimonio Vicent Server e Isabel Pérez, se dedicaba a la fabricación artesanal de capazos de palma. «Con muchos sueños y poco capital, la actividad evolucionó hacia un producto innovador, el carro de compra. La familia asumió el reto de levantar nuevas instalaciones que fueron creciendo hasta las plantas de producción actuales», resalta Vicent Server.

«En la vida, como en la empresa, dedicar todo el esfuerzo y dedicación se vuelve recompensa. Recompensa por mantener los orígenes. Por querer construir un sueño con los mimbres de la innovación, la superación y la constancia. Incorporando nuevas líneas de producto, llegando cada vez a más hogares, convirtiéndonos en uno más de la familia. Hemos llegado hasta aquí orgullosos por el trabajo bien hecho, pero al mismo tiempo, con mucho por hacer porque la historia es mucho más que el pasado, es la siembra del futuro», relataba el vídeo que la compañía de Pedreguer mostró durante el seminario.

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