Ha cumplido cinco años al frente del Consorcio 2007 de La Marina de València. El geógrafo e investigador Vicent Llorens (Xèraco, 1964), se hizo cargo de unas instalaciones abandonadas, en desuso y cargadas de deudas tras los fastuosos eventos de la Copa América y la Fórmula 1. Mucho ha cambiado La Marina desde entonces, empezando por su nombre. Llorens, responsable del plan de reurbanización de Gandia y director del Plan Estratégico para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (Perú), ha logrado que los ciudadanos vuelvan a pasear por su antiguo puerto y que algunas de las empresas más punteras en innovación desarrollen allí su actividad. Como señala en esta entrevista a Economía 3, ambas opciones son compatibles y necesarias. Le gusta “pensar la ciudad” y se considera un “pragmático” que disfruta ejecutando los proyectos que imagina.

– ¿El tema de la deuda ya está solucionado?

– Los presupuestos aprobados recogen que se pagará la deuda del Instituto de Crédito Oficial (ICO), pero, de momento, seguimos igual. Tenemos contenciosos administrativos en el Tribunal Supremo para que no nos embarguen las cuentas, esa es la realidad. Evidentemente, es un gran avance saberlo porque es una deuda que lastra a La Marina.

– ¿Por qué?

– Por dos razones: aunque somos un organismo público, si no pagamos al ICO, lo paga el Tesoro Público. Y este le dice a Hacienda que les debemos dinero. Hacienda es una máquina. Si no pagas, te embarga. Empleamos mucho tiempo y gastos en pleitos. El Estado asumirá la deuda, sí, pero, en el día a día, es muy complejo. Es como decir, usted no se preocupe, el agua no se la cortaremos. Pero luego resulta que, de cuando en cuando, la cortan porque debes dos facturas, y, como somos morosos de la Administración, no podemos acceder a subvenciones públicas para gestionar proyectos financiados por la Unión Europea, el Gobierno de España o la Generalitat Valenciana.

– ¿Quiere decir que trabajan a contracorriente?

– En una buena parte, sí. Una de las primeras cosas que piden para solicitar las ayudas es el certificado de estar al corriente de las obligaciones fiscales, tributarias y de la Seguridad Social. Con esta última lo estamos, pero al Tesoro le debemos 197 millones de euros de cuotas vencidas del ICO que no hemos pagado. Esa es la realidad: gestión y gasto. Sin poder llevar a cabo proyectos interesantes de economía sostenible. Le voy a contar una anécdota que refleja la situación. La Cámara de Comercio de València sacó hace tres años unas subvenciones para implantar señalización en espacios urbanos que tuvieran una vocación de uso turístico y comercial. Nos presentamos. Nos la concedieron y tuvimos que renunciar a ella porque cuando nos pidieron los certificados de estar al corriente de nuestras obligaciones fiscales y tributarias, salió negativo.

– ¿Cuál es la segunda razón que impide el total desarrollo de La Marina?

– El TCA ECDF Investments, el fondo que compró la deuda que La Marina tenía con el Banco Santander. La entidad financiera traspasó a un fondo norteamericano la deuda de 54 millones de euros más los intereses que arrastraba el Consorcio Valencia 2007. El origen de la deuda cedida es un derivado financiero (collar) que el Consorcio se vio obligado a contratar en febrero de 2006 para cubrir el riesgo del tipo de interés del crédito de 319 millones de euros que el ICO concedió para financiar las obras necesarias para la Copa del América de 2007. La entidad no ha podido hacer frente a ninguna de estas deudas, un juzgado embargó al Consorcio, pero quedan dos millones y medio todavía, que suponen 90.000 euros cada mes. El Gobierno de España paga el 40 %, la Generalitat 40 % y el Ayuntamiento el 20 %.

– ¿Qué propone?

– Que el collar y lo que queda del préstamo lo pague el Gobierno de España. El collar es un producto que va ligado a la línea de financiación del ICO para pagar la Copa del América. El Gobierno debe de asumir toda la deuda. No tiene sentido que lo pague el Ayuntamiento. El Gobierno se negó en su día, pero ahora hemos vuelto a negociar. Yo sostengo esa postura. La copa América era un evento de excepcional interés, homologado con la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona. Madrid olímpico no salió, pero el Gobierno abonó todo. Propongo que lo asuma el Gobierno; que lo pague en cómodos plazos, que negocie con el fondo TCA.