La planta Ford de Almussafes ha retomado este lunes la actividad tras el parón vacacional, con 200 trabajadores menos acordados en el ERE de extinción firmado antes de verano y con la incertidumbre de cómo puede afectar la pandemia a la producción y si les abocará a otro expediente de regulación temporal.

Así lo han expresado fuentes de los sindicatos en la factoría valenciana, que han advertido de que el regreso al trabajo con menos plantilla supone también movimientos internos y reorganización del trabajo aunque lo que prima es la expectación por ver cómo afecta el coronavirus al trabajo en la planta.

Fuentes de la dirección de Ford han señalado que la actividad se ha retomado con «total normalidad» y con el «mismo rigor, protocolo y exigencia dentro de la planta» por la pandemia que antes, y han incidido en que es «prematuro» hablar y «hacer especulaciones» de cómo puede afectar a la producción.

El presiente del comité de empresa y representante de UGT en la factoría, Carlos Faubel, ha explicado que durante septiembre esperan «mucho trabajo» por la salida pendiente de 150 trabajadores más, que se suman a los 200 que han salido durante julio y completan las 350 salidas voluntarias acoradas en el ERE, porque eso «llevará a movimientos internos de personal».

«Estamos pendientes de cómo evoluciona esta peculiar y maldita situación de la pandemia y qué incidencia pueda tener en la fábrica y en las ventas; veremos cómo será el último trimestre del año y si al final se hace necesario negociar un nuevo ERTE, que creo que tendremos que acabar haciéndolo», ha apuntado para recordar que la producción estaba en 1.640 unidades diarias.

Faubel ha advertido de que vuelven con «toda la incertidumbre del mundo» y una «lógica preocupación» porque regresan de una situación de movilidad, «no como cuando estuvimos confinados», aunque ha sostenido que las medidas internas «son igual de estrictas que durante el confinamiento».

Desde SMT-Intersindical Valenciana, segundo sindicato en representatividad, Paco González ha apuntado que se viven «momentos convulsos en el sector y en la sociedad» por cómo puede incidir la movilidad que ha habido en las vacaciones en la propagación de virus.

«En Ford estamos a la expectativa y esperamos que la gente se haya cuidado y que la producción se desarrolle con normalidad porque eso nos ayudará a afrontar los momentos complicados que se avecinan, tanto por la inestabilidad del mercado y el desconocimiento de cómo va a evolucionar, como por las medidas que pueda tomar Ford Europa a corto plazo«, ha sostenido.

Ha defendido que Almussafes es una «planta referencia en Europa» pero ha reconocido la «incertidumbre» y ha lamentado que «todo apunta» a que se tenga que negociar otro ERTE.

Jose Arocas, de CCOO, ha apuntado  que la actividad se retoma con «mucha incertidumbre» porque el último ERTE finalizó el 31 de julio y este lunes ha de incorporarse «el cien por cien» la plantilla, y porque desconocen cómo va a evolucionar la pandemia y los contagios, «lo que afecta a España pero también a Europa», donde exportan «entre el 80 y el 90 %» de su producción.

«Esto supone que si el mercado se contrae, nos vamos a encontrar con una posible negociación de otro ERTE a finales de año«, ha augurado, aunque ha apuntado que todavía es pronto y «en quince días se podrá ver cómo van las cosas».

Además, ha recordado que la salida de trabajadores por el ERE «va a suponer movimiento de gente para equilibrar turnos y plantas» y ha recordado que en septiembre debería entrar en funcionamiento la nueva nave de montaje de baterías.

El representante del sindicato CGT, Mariano Bosch, también ha reconocido que están «a la espera de ver qué ocurre con los rebrotes» aunque ha lamentado que ahora es diferente a cuando se fueron de vacaciones, cuando la situación de la pandemia era «de más normalidad».

Sobre cómo puede afectar a la producción, ha indicado que «la situación es bastante complicada» y que, aunque tiene «esperanza de que la empresa no tenga que pedir otro ERE, la cosa no pinta bien».