Las ventas de helados han caído hasta el ecuador de la temporada de verano de 2020 entre un 35% y un 40%, algo menos de las previsiones, que al principio de la pandemia apuntaban a un 50%, al amortiguar en julio el desplome del consumo el turismo nacional, según ha evaluado el presidente de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (ANHCEA), Marco Miquel.
«Al principio todas las noticias eran sobre confinamiento, cerrar… y que el movimiento de la gente sería mínima, especialmente de los extranjeros, pero la sorpresa positiva ha sido que cuando se ha dejado salir a la gente a la calle, han querido sentarse en las terrazas y el turismo nacional, en julio que es mes de vacaciones por excelencia, ha hecho que no haya sido tan malo como en principio se creía«, relata el representante del gremio.
Este pequeño alivio no quita para que balance apunte a estar muy lejos de lo habitual en los últimos años, dado que todavía perduran medidas de seguridad muy estrictas que repercuten en esta actividad hostelera, sobre todo, las limitaciones de aforo en los establecimientos, de ocupación de la vía pública.
Miquel subraya que, en consecuencia, estas restricciones de espacio también está dejándose notar en unas cifras inferiores de contratación de personal y que los profesionales «están adoptando medidas adaptándose a las circunstancias de cada momento» y pendientes de la actualidad internacional, como cuando llegan «noticias de si hay cuarentena en un país y los turistas de esa procedencia serán reacios a venir a España«.
Cambio de hábitos
Otra peculiaridad de la actual campaña está en un cambio en las costumbres de los consumidores, motivado por el temor al coronavirus y las limitaciones de aforo: «La gente prefiere las terrazas a los espacios interiores, quieren que les dé el aire fuera, después de haber estado confinados, además de que no se pueden habilitar todas las mesas dentro por la distancia de seguridad«.
No obstante, ahora, con los rebrotes, está fallando el ambiente más nocturno, «hay miedo de salir después de cenar para ir a las terrazas, por alguna gente joven que se mueve sin precaución y pueda contagiar, eso se nota en zonas de discotecas próximas a restaurantes, áreas portuarias…«, señala Miquel.
En cuanto al consumo a domicilio, en casa, solo se notó su aumento al principio de la desescalada, cuando no se podía salir de casa con normalidad, solo unas horas y «no apetecía«, mientras que ahora hay más movimiento de personas, en las playas se pasea y este tipo de venta de helados para llevar «no es significativa» en comparación con otros años. «El fin de semana sí se vende algo de barras de helado, tartas, pero la mayoría de profesionales del sector no trabajan ese producto», precisa el presidente de ANHCEA.
Concurso internacional de artesanos, en el aire
Acerca de la actividad y eventos del sector, están todos los profesionales pendientes de todas las ferias y los mismos proveedores tampoco se atreven aún a confirmar ni anular. Las previstas para este año seguramente acabarán por suspenderse y para 2021, en febrero está programado el concurso internacional del mejor heladero artesano.
De momento, los organizadores lo tienen todo preparado por si se celebra, aunque todavía es pronto para saberlo. De cara al invierno, estamos todos intranquilos, porque si ya habitualmente está la gripe, este año además se junta con el Covid.