Tres años de retroceso económico y más de siete en el mercado laboral. La pandemia sólo había enseñado su ‘patita’ y ya en el primer trimestre del año ha dejado unas muescas que se presentan de difícil recuperación para la provincia de Alicante. El Informe de coyuntura socioeconómica de Ineca, el primero del año, muestra indicadores

Si bien los datos ya son conocidos, el Instituto de Estudios Económicos ofrece una perspectiva y un histórico que ayuda a contextualizar una situación compleja. El director de Estudios, Francisco Llopis, ha comentado que el mes de enero y febrero siguieron aumentando el número de afiliados a la Seguridad Social, si bien a finales de marzo el dato se hundió, al igual que en España.

En el caso de Alicante, se ha puesto fin a 76 meses consecutivos con incrementos anuales, en concreto desde noviembre del 2013.
En el conjunto de España, el ajuste en marzo se quedó con una reducción anual del 3,8%, dejando en el 3,27% el peso relativo de la provincia

El número de trabajadores afiliados al régimen general en la provincia de Alicante comenzó el año con variaciones positivas. Así en enero y febrero los incrementos anuales fueron respectivamente del 2,5% y el 3,3%. En el mes de marzo, por el contrario, el dato fue claramente negativo, con un descenso del 7,3%, y ello a pesar de la gran aplicación de la figura de los ERTE que acogió a más de 100.000 trabajadores entre los últimos días de marzo y primeros de abril.

El informe confirma como, a pesar de que sólo se trataron de 15 días de estado de alarma, se ocasionó una «paralización completa de la mejora» en la serie de afiliados a la Seguridad Social. Tras prácticamente 6 años y medio con variaciones positivas, marzo finaliza con una contracción del 6,2%, y más de 40.000 trabajadores dejando de cotizar.

Esta pérdida de cotizantes fue especialmente sangrante en el colectivo de trabajadores del régimen general, mientras que entre los autónomos todavía se apreció un ligero incremento. Este índice general se replica en el análisis comarcal que hace Ineca y que permite comprobar que un tercio de los afiliados están en la comarca de L’Alacantí, otro tercio se reparte entre el Baix Vinalopó y el Bajo Segura, mientras que el tercio restante se distribuye entre las otras comarcas. Así, a grandes rasgos, en la mitad norte de la provincia, con 6 comarcas, reside el 34,2% de los afiliados, mientras que, desde la capital hacia el sur, se localiza el restante 65,8% de los trabajadores.

Fuente: Ineca

Respecto a los autónomos, el documento del Instituto supone que no encontremos unos datos tan negativos desde 2012. Los trabajadores cotizantes por el régimen de autónomo en Alicante comenzaron el 2020 con cifras de crecimiento similares a la de los meses previos. En enero y febrero los aumentos fueros del 2,3% y 2,5% respectivamente y manteniendo la tónica de los últimos años los valores del conjunto nacional.

El mes de marzo trajo un ajuste importante que, aunque, permitió sumar un nuevo incremento anual de escasamente el 0,3%. Desde Ineca, destacan que si tomamos conjuntamente ambos regímenes de cotización, la provincia de Alicante acusó a finales de marzo una reducción del 5,8%, con 36.000 trabajadores menos cotizando. En el territorio nacional el ajuste fue del 3,3%, y en ambos casos estos datos están al margen de los trabajadores acogidos a la figura del ERTE.

Conclusiones sobre la recuperación

En su exposición inicial, Ineca refleja que «ahora ya comienzan a verse más claro las enormes consecuencias que tanto en lo económico como en lo social va a tener. Dejando totalmente obsoletas las primeras predicciones del alcance de la pandemia, las cuales van derivando hacia una mayor, si cabe, contracción».

Sobre la conocida recuperación en forma de V, el informe advierte ya de un riesgo en el primer trimestre. «En un primer momento se pensó que la salida de esta crisis, nueva y sin precedentes podía ser rápida, en forma de “V”, pero lo cierto es que el parón sufrido por la sociedad, la economía y el tejido productivo, ha dejado a muchas unidades productivas sin capacidad de reacción y han tenido que abandonar el mercado; otras todavía están buscando su hueco en el nuevo entorno que se va delimitando, y mientras tanto hay que seguir produciendo los bienes y servicios esenciales. La secuela de todo ello es un lado derecho de dicha “V” desdibujado y con trazo variable».

Para el actual contexto, Ineca propone la receta de la reacción inmediata: «tenemos que acostumbrarnos rápidamente a nuevos límites o restricciones en las reglas de juego del mercado, y en especial en la provincia de Alicante».

Optimismo condicionado 

En el informe, el Instituto indica que «con este escenario, la provincia de Alicante tiene una nueva oportunidad, y es de esas que no se deben dejar pasar, porque no se sabe cuándo volverá a ver una similar». Para Ineca, la provincia debe aprovechar el parón generalizado en la economía española, para “resetear” o reiniciar la situación y arrancar un nuevo ciclo con mayor energía que la media nacional y de este modo, volver a recuperar posiciones.

La entidad viene desde hace años advirtiendo de la ralentización de la economía en esta provincia y su aviso se ha transformado ahora en un jarro de agua fría. En este sentido, indican que la aparente recuperación de la crisis anterior era, precisamente, aparente. «Es decir, en otras provincias se estaban haciendo mejor las cosas. Aquí seguíamos conformándonos con los pequeños avances mientras en otros sitios se dan pasos grandes y focalizando los esfuerzos en sectores de mayor valor añadido y más abiertos al comercio exterior, con productos que incorporan un mayor componente de  manufactura realizada en España».