El aplazamiento de las Fallas y de la Magadalena es un varapalo para muchos sectores que ya habían iniciado preparativos para ambas festividades. Uno de los más perjudicados es el sector floral que según las estimaciones realizadas por la Asociación Española de Floristas (Aefi), preveía realizar 60.000 ramos, con aproximadamente 800.000 claveles y un impacto económico de 5 millones de euros. «Esta suspensión ha producido un gran perjuicio al sector de la floristería y, en especial, a los comercios minoristas de flores y plantas», señalan desde la asociación.
Indica Gabriel Lliso, miembro de la junta directiva de Aefi, que la mayor parte, entre 2,5 y 3 millones, son de los compromisos adquiridos en la ciudad de València para la Ofrenda. Apunta que todos los claveles ya están en tienda y que los floristas ya han realizado sus pedidos de flores a los proveedores así como la contratación de personal adicional para absorber el incremento de la demanda de ramos, que ya se han empezado a confeccionar. «Si las floristerías tienen que asumir el impacto económico, muchas se verán obligadas a cerrar», advierte Lliso.
Añade que el pago de los encargos suele realizarse tras las Fallas pero que por el momento no tienen claro quién asumirá las pérdidas. En está línea, recriminan desde la asociación que los daños colaterales hubieran sido menores si la decisión se hubiera tomado con mayor antelación ya que no se hubiera realizado la inversión. «Nos lo han comunicado de golpe», señala Lliso y apunta que no ha habido previsión por parte del Gobierno para gestionar la crisis.
Pese a ello, desde la Asociación Española de Floristas indican que entienden «la prioridad que representa la protección de la salud pública y la necesidad de adoptar medidas de prevención de contagio de coronavirus y que, en consecuencia, se haya decido aplazar la celebración de las Fallas de Valencia».
Por último señalan que esperan, como ha anunciado la vicealcaldesa de València, Sandra Gómez, que «se dispongan ayudas económicas para los sectores damnificados por esta coyuntura, como el de las flores, y que se establezcan no sólo en la capital sino a nivel autonómico, ya que son muchos en toda la región los distribuidores y pequeños comercios a los que estas pérdidas les causan un enorme perjuicio».