N. Gómez-Zarzuela: «El salón náutico tradicional ya es un concepto del pasado»

N. Gómez-Zarzuela: «El salón náutico tradicional ya es un concepto del pasado»

Tras casi un intenso año de trabajo, se acerca el momento en que el Valencia Boat Show (VBS) empiece su nuevo rumbo en La Marina. A partir de la incorporación del experimentado periodista náutico Nacho Gómez-Zarzuela como director el pasado enero, el salón valenciano no sólo se ha reinventado a sí mismo, sino a la propia idea de feria náutica.

Gómez es explícito respecto al nuevo territorio que se va a explorar del 30 de octubre al 3 de noviembre: «Tengo una gran incertidumbre, la propia de una propuesta totalmente nueva. No hay un modelo de referencia en el que basarse. Estamos inventando; inventando algo en lo que creemos ciegamente, pero dictarán sentencia los visitantes, e incluso a lo mejor la meteorología. Si salen días buenos, con la gran cantidad de actividades gratuitas que ofrecemos, los valencianos y las personas de fuera que vengan en el puente, inundarán La Marina. Si no hace buen tiempo, quizás el análisis se tenga que centrar exclusivamente en cómo le haya ido al sector náutico».

Para hacernos una idea del alcance del «invento», baste con saber que las ferias de mayor volumen, Cannes y Génova, se celebran exclusivamente por y para los compradores y vendedores de barcos. «Se organiza alguna actividad paralela, pero el foco de esos salones están centrados en un 90% en el propio sector», señala Nacho Gómez. Por tanto, nada que ver con el nuevo VBS, que incorpora en grandes cantidades cine, conciertos, exposiciones, gastronomía, conferencias, análisis sobre el muy urgente problema de la sostenibilidad del mar, jornadas de I+D aplicada a la náutica -con participación del Ivace, Innsomnia, o la TIC Grupo Alfatec– un barco de la Armada Española abierto a visitas y hasta un homenaje al creador de Moby-Dick, Herman Melville, en el segundo centenario de su nacimiento. Mejor paro ya de enumerar y le cedo la palabra al director de semejante tinglado.

-A la vista de todas las actividades que habéis organizado, el VBS parece uan especie de OVNI tremendo que vaya a aterrizar en la ciudad. ¿Cómo surge este concepto de salón náutico?

-Hemos intentado crear algo nuevo. El concepto de salón náutico tradicional, cerrado y únicamente dedicado a la venta de barcos es ya un concepto del pasado. Es el músculo del evento, y es lo fundamental, que el sector náutico, que es muy potente en la Comunitat, lo rentabilice como su punto de encuentro anual, pero lo que está claro es que en los tiempos que corren hay que ofrecer mucho más. Ya que contamos con un escenario único como La Marina, nos planteamos un segundo objetivo: acercar el mar a la ciudadanía. Desenterrar de una vez todos los clichés de que navegar, relacionarte con el mar, es de pijos, un deporte caro. Lo que más se conoce es la versión cara de todo esto, como tener un barco de 2 millones de euros, cuando también hay versiones baratísimas, y todo acompañado por un contexto cultural que creo que es único.

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Nacho Gómez-Zarzuela presentando el VBS en la pasada Copa del Rey de Vela celebrada el pasado verano en Palma de Mallorca. | Foto: Laura G. Guerra

-Claro, pero una cosa es decir “vamos a hacer una feria náutica acompañada de actividades suplementarias”, y otra es que no haya pausa durante cuatro días. ¿Hubieras soñado con esta programación cuando empezasteis?

-La verdad es que no, creo que ha sido una suma de complicidades. Yo sólo puse el escenario a disposición de toda la gente relacionada con el mar, tanto a nivel de charlas, de exposiciones, de cine, a todas las personas que he ido conociendo y que creo que pueden aportar cosas. Sí es cierto que la respuesta ha sido totalmente inesperada. Pensábamos que haríamos dos o tres charlas, proyectaríamos alguna película, y si encima tuviéramos una exposición de fotos ya me hubiera parecido maravilloso. Pero la respuesta que hemos recibido ha sido tremenda y ya no podíamos ponerle puertas al campo. Al final, la mayor complicación para el equipo ha sido poder atender todos los compromisos que hemos adquirido por toda la oferta de actividades diferentes que se nos han ofrecido, y es un sueño ver lo que hemos sido capaces de congregar para que la gente pueda acercarse al mar desde todas sus múltiples vertientes.

-Lo explicas como si todo el mundo hubiera hecho cola para llamar a vuestra puerta, cuando en realidad, os habéis movido muchísimo. La política de comunicación ha sido sobresaliente y desde el principio definisteis actividades y espacios nuevos, y os acercasteis a personas e instituciones que nunca se habían relacionado con este tipo de eventos…

-Sí, ha sido como una sucesión de brainstormings continua. Cuando lográbamos algún objetivo, nos preguntábamos ¿qué locura se nos puede ocurrir relacionada con esto? La poníamos sobre la mesa, contactábamos con la gente…Y a nivel paralelo, creo que sí que hemos hecho una estrategia de comunicación buena, porque nos hemos encargado de transmitir este concepto de VBS para que resultara atractivo. Muchas veces se puede hacer el mismo trabajo para intentar atraer, pero que las empresas y entidades, sobre todo en un año de cambio del salón como es este, prefiera primero ver qué pasa y apuntarse para el siguiente. La gran suerte que hemos tenido es que ese esfuerzo de comunicación, de invitar a la gente a participar, ha obtenido un nivel de respuesta diría que prácticamente de un 90%.

-Por recapitular un poco, ¿cómo, quién y por qué contacta contigo para ponerte a los mandos del VBS?

-Me llamó Isabel Gil, la presidenta de la Unión de Empresas Náuticas (UEN), porque tengo relación con mucha gente de su entorno, sobre todo con navegantes profesionales, debido a que durante muchos años me dediqué a cubrir las regatas para distintos medios de comunicación. Gil llegó a la presidencia de la UEM el año pasado, y apostó por el cambio total en la estrategia del salón. Además querían a alguien que supiera qué es un gran evento, cosa que yo conocía por haber trabajado en la Volvo Ocean Race. Ella lo consensuó con Vicent Llorens, el director de general del Consorci València 2007 y coorganizador del evento, y decidieron llamarme. La verdad es que al principio me sorprendió que pensaran en mí para un proyecto tan grande. Luego pensé que, vale, pues adelante. Además es en mi tierra, es un salón con unas posibilidades de crecimiento brutales, lo vi como un proyecto precioso y acepté.

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Cartel del Valencia Boat Show diseñado por Javier Latorre. | E3

-Comunicar algo tan nuevo no debe ser fácil.

-Se trata de tener muy claro el proyecto. Y seguir los pasos correctos. Tienes que generar la idea y ser tú mismo el primero que crea en ella al 100%. Después, hay que transformarla bien en elementos visuales y mensajes. Además, desde el principio contamos con la participación de Javier Latorre, que tiene uno de los estudios de diseño más potentes de España (Latorre Studio), que se enamoró del proyecto y nos ayudó a convertir todos esos mensajes en elementos gráficos. Hemos ido encontrando por el camino una suma de complicidades. Apuestes por lo que apuestes, tienes que creértelo a muerte.

-Como has dicho, el fundamento del VBS es la compra-venta de barcos, y tendréis que evitar que quede enterrado debajo de todo lo demás. ¿Cuáles son los grandes atractivos que has conseguido en este área en lo que respecta a expositores, embarcaciones, etc?

-La gran mayoría de ingresos del salón vienen por todas esas empresas que apuestan por venir aquí a exhibir y exponer sus productos, no podemos olvidarlo nunca. Hay un logro que me alegra mucho y que demuestra la efectividad que ha tenido nuestro equipo comercial: hemos batido el récord de expositores de la historia del salón, que era de 74 hace un par de años, y tenemos ya 88 confirmados, hasta el punto que el viernes pasado tuvimos que no admitir más peticiones de expositores porque no nos caben en el plano que habíamos diseñado. Es verdad que La Marina es enorme y tendríamos una capacidad de crecimiento prácticamente infinita, pero no con el plan que teníamos preparado, que era más prudente, que al fin y al cabo es lo que hay que ser. Pero creo que el sector ha entendido y apoyado este cambio, lo que se ha traducido en ese récord de expositores y en el hecho de que hayamos ocupado todo el mapa que habíamos diseñado para el salón.

-A alguien no iniciado en el mundo náutico, le pueden sorprender las fechas elegidas, del 30 de octubre al 3 de noviembre, en pleno otoño. ¿Por qué se celebra estos días?

-En el mercado náutico es el momento en el que salen los nuevos modelos. De hecho, los grandes salones internacionales, como Cannes o Génova, se celebran en septiembre. Y el eje del salón es que todas las personas a las que les interesen los barcos puedan disfrutar de las últimas novedades. Nosotros pasamos a octubre la fecha para ser el último salón de la temporada, y eso es un valor añadido para el posible comprador, porque puede haber mirado en los salones anteriores y rematar su compra en València. Y además, aquí, la posibilidad de que haga buen tiempo es muchísimo mayor que en cualquier otro lugar de Europa, por lo que hay muchas más oportunidades de que salga bien. Ese fue el motivo estratégico por el que elegimos las fechas.

-Repasemos un poco la programación del salón, pero sin entrar en detalle porque si no, no acabaríamos nunca. Ya el miércoles 30, a las 10h, el Ivace estará presente casi en la apertura del VBS.

-Ese acto está relacionado con otra de las novedades que hemos introducido en el salón, la náutica 4.0. Hemos reforzado la presencia de la innovación porque es una de las estrategias básicas de La Marina. Hemos incluido actividad expositiva dentro de La Base, y un ciclo de tres charlas relacionadas con el I+D en la navegación. El Ivace va a exponer sus ayudas a la innovación en lo que tenga que ver en el ámbito de la náutica porque en este sector hace falta mucha información para que las empresas, y sobre todo los emprendedores, sepan qué caminos pueden tomar para crecer.

-También figura la entrega del Premio de la Asociación de Periodistas Náuticos (APN).

-La APN es una asociación que creó Perico Sardina, una de las grandes leyendas del periodismo de nuestro país, y hace tres años instauró estos premios. El primero se lo concedieron a Álex Pella, uno de los navegantes españoles más reconocidos; el año pasado fue para Luis Sáenz Mariscal, el abogado más reconocido en el mundo de la vela de competición; y este año, en lugar de concederse a una persona física se ha concedido a Salvamento Marítimo como institución. Hemos tenido la suerte de que hayan elegido el VBS para otorgar ese premio y será otro de los grandes eventos de la jornada inaugural.

-El buque Audaz de la Armada estará presente en una jornada de puertas abiertas y hará un «bautismo de mar… ¿Eso qué significa?

-Significa que los niños que quieran navegar en barcos tan increíbles como los de la Armada tendrán la oportunidad de vivir la experiencia por primera vez. El proceso para que pueda venir una embarcación así no es que sea complicado, pero sí muy burocrático, hay que dirigirse al Almirante Mayor de la Armada y tarda meses en resolverse. Me informé de los cauces que debía seguir para conseguirlo, me asesoraron bien, puse el escenario a disposición de la Armada y su respuesta fue maravillosa. Cuando se ven sus barcos en los puertos de España, hay enormes colas para poder visitarlos. De hecho, incluso van a poner un stand, y traerán la exposición con la que están celebrando el 500 Aniversario de la primera vuelta al mundo a vela de Magallanes y Elcano.

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Imagen del VBS de 2018. En 2019, el salón náutico ha batido su récord de expositores. | Foto: Vicent Bosch

-El viernes y el sábado, conciertos prácticamente todo el día.

-Sí, los hemos organizado con Quique Medina y su equipo. Al principio tuvimos la idea de trasladar los conciertos que hacen los sábados en La Pérgola con tanto éxito hasta la zona del salón, pero al final lo hemos convertido en un minifestival.

-Veo también que hay un concurso de pesca de altura…¿Te has dejado fuera algo que tenga que ver con el mundo del mar?

-(Ríe). Creo que no, pero seguro que cuando nos pongamos a pensar en el año que viene, nos saldrán mil cosas que este año no nos han entrado.

-En realidad, cada verano que pasa quien más y quien menos hace sus pinitos en vela, pesca, paddle o kite surf… En muchos aspectos, se podría decir que la náutica se está democratizando.

-Es el camino que debe recorrer el sector, y más en sitios como València, un lugar de mar con condiciones meteorológicas maravillosas donde se puede navegar prácticamente los 12 meses del año. Hay que ponérselo fácil a la gente.

-Vicent Llorens dijo que el VBS iba a ser la gran apuesta de La Marina, que se caracteriza por no parar de ofrecer todo tipo de iniciativas durante el año. ¿Cómo te sienta el traje de ser el director de esa «gran apuesta»?

-Es un honor, y no hay que olvidar que La Marina es, en esencia, un sitio para amarrar barcos. Es su origen y para lo que está hecha; todo lo demás son cosas que le dan valor añadido. Así que lo lógico es que la náutica sea el eje sobre el que giren el resto de actividades y propuestas.

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