Viernes, 26 de Abril de 2024
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Las elecciones generales ponen a prueba la fortaleza del Botànic

Las elecciones generales ponen a prueba la fortaleza del Botànic

Las elecciones generales del 10 de noviembre supondrán una prueba para la fortaleza del Gobierno valenciano del Botànic, la coalición entre tres partidos (PSPV, Compromís y Unides Podem) que se enfrentarán en una campaña en la que auguran tensiones pero esperan que estas no afecten al Consell.

Fuentes de esos partidos consultadas por Efe señalan que en los procesos electorales celebrados desde la firma del primer pacto del Botànic, en junio de 2015, han demostrado «suficiente madurez» como para que la competición electoral no supusiera un «peligro» en la gestión del Ejecutivo, y esperan que tampoco lo suponga ahora.

Admiten que, aunque puedan tener a veces «diferencias», como en las posturas sobre las retenciones de las entregas a cuenta de la financiación autonómica o sobre las obras del Ministerio de Fomento para ampliar la autovía V-21, saben diferenciar el escenario político nacional y el autonómico y que eso no implique problemas en el Consell.

Desde el PSPV-PSOE destacan que el Botànic ya ha pasado varias «pruebas», pues desde la constitución del pacto inicial se han celebrado ya seis procesos electorales (tres elecciones generales, unas autonómicas, unas locales y unas europeas), y en todas los partidos del Consell se han movido «en el terreno de la lealtad».

Fuentes del partido de Ximo Puig afirman que, aunque ha habido «exabruptos» en redes sociales entre militantes de estos partidos sobre la situación política de España, «al final la gente es responsable» y consciente de que la competencia electoral no debe poner en riesgo los «pilares fundamentales» del acuerdo del Botànic.

Desde Compromís, el partido de Mónica Oltra, admiten que las elecciones «siempre tensan», pero defienden que los firmantes del pacto de gobierno «cada día están más convencidos de que el Botànic es necesario y un bien a proteger», sobre todo porque fuera de él está «la suma de la derecha y la ultraderecha para retroceder en derechos».

El Botànic es «un proyecto común que está garantizado», aseguran en Compromís, que defienden que, más allá de enfrentamientos verbales en campaña o de reivindicaciones al Gobierno central, el acuerdo «está protegido y cuenta con una barrera antitensiones», incluso aunque ahora concurran junto a Más País y no con Podemos.

Unides Podem, que la pasada legislatura suscribió el pacto del Botànic pero no entró a formar parte del Consell, como sí ha hecho en esta tras presentarse a las elecciones autonómicas junto a Esquerra Unida, reivindica que hasta el momento se ha demostrado que son capaces de «poner por delante la estabilidad» del Ejecutivo.

«No le vamos a hacer a los partidos de la derecha el favor de mostrar grietas entre nosotros, vamos a ir todos a una en el Consell», aseguran en Podem, donde destacan que, aunque «evidentemente habrá diferencias» en la campaña electoral, los tres partidos son capaces de separar el ámbito estatal del autonómico.

En consecuencia, todos los partidos integrantes del Botànic II esperan que los comicios del 10 de noviembre no alteren la vida interna de un Consell que en 2015 puso fin a veinte años de gobierno del PP y que tras las elecciones autonómicas del pasado 28 de abril -celebradas el mismo día que las generales- reeditó el acuerdo.

Sostienen que si ya lo han conseguido en seis campañas electorales anteriores es «fácil» hacerlo una séptima, aunque por si acaso hay un veterano dirigente socialista que parafrasea a Heráclito para que no se olvide una de las máximas del filósofo griego: «Lo primero, no hacernos daño». 

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